Fifípolis se encuentra en su última semana de exhibición en la galería MAIA Contemporary
Ciudad de México (N22/Alberto Aranda).- «La principal instalación de esta exposición es una alegoría a la ciudad, a esta unidad política, autónoma, que en la antigüedad surgió como la primera forma de gobierno en que los ciudadanos participaron en la vida pública entonces, a lo largo de la historia, tenemos varias ciudades estado», exploca Alejandro Sordo, curador de la muestra.
Desde el pasado 23 de noviembre y hasta el próximo 12 de enero se puede ver esta muestra en la galería MAIA Contemporary, donde Pedro Friedeberg juega con el título de su exhibición para llamar la atención sobre lo que estamos viviendo en el país.
«Con el toque de ironía del maestro, el concepto de Fifípolis surgió muy natural precisamente por este léxico del régimen contemporáneo que ha introducido esta palabra; de alguna forma es una palabra divisiva (sic). […] El maestro no trabaja el tema de lo político; él encuentra este nuevo termino de «fifí» y le parece algo, de alguna una forma, denigrante.»
Sentado en una de sus creaciones, Pedro Friedeberg a veces se cubre con una máscara y en otro momento juega con la ironía para hablar por momentos de sus mascotas, su admiración por otros creadores y de las 108 esculturas y cuadros que ha reunido:
«Creo que tengo una influencia de las ruinas de Mitla por ejemplo, todos los ornamentos, patrones, son tomados de arquitecturas yucatecas y de Monte Albán y de sobre todo de cultura churrigueresca. Creo que la máxima construcción del planeta se llama la iglesia de Santa María Tonantzintla en Puebla.»
Al encontrarse en la colonia Roma recordó a sus amigos como Remedios Varo, Kati Horna, Leonora Carrington y algunos otros representantes del surrealismo.
«Ya todo el mundo es surrealista, no sólo México es la capital del surrealismo. Hay surrealismo en Washington, París, Moscú, en todos lados hay surrealismo. Los surrealistas fueron unos grandes profetas»
Fifípolis, de Pedro Friedeberg, en el 2020 se presentará en Zona Maco, en la Casa de México en Madrid y la Casa Ruiz Gili en Nueva York.
Imagen: MAIA Contemporary / © Hans Paul Brauns