Ganadora del Premio Nacional de Bellas Artes de Literatura 2012, esta obra aborda la historia de un veterano de guerra, los estragos de los recuerdos y el terror de su pérdida
Ciudad de México (N22/Salvador Perches).- Hablando de la infraestructura teatral de la UNAM, que está de manteles largos, por supuesto que el Teatro Santa Catarina es pieza angular de la escena en nuestro país.
«Ése lo hice yo por mi cuenta y después lo tomó, lo compró la universidad. Se trataba de hacer teatros que no hubiera», dice Alejandro Luna, escenógrafo e iluminador.
En este teatro de formato tan original, se representa la obra Sepulturas.
«Sepulturas es una obra que no es realista pero habla de las consecuencias de la guerra de Vietnam en un veterano de guerra mexicano que se enrola en las filas norteamericanas para luchar en esta guerra inútil y sin sentido que duró casi 30 años», comenta Emma Dib, adaptadora y directora.
Un tema prácticamente inadvertido del centro al sur del país.
«Yo nunca había reflexionado acerca de personajes como éste que es el que interpreto, se llama Robert, un ex combatiente mexicano de la guerra de Vietnam. Hijo de mexicanos que migraron a los Estados Unidos y que forma parte del ejército en algún momento, porque formar parte del ejército siendo mexicano en Estados Unidos, pues es lograr un cierto status, un cierto reconocimiento como ciudadano norteamericano aún siendo hijo de mexicanos. […] El autor, que es Hugo Alfredo Hinojosa, es un autor muy joven originario de Tijuana y ha vivido en esta dicotomía de vivir en Estados Unidos, en México, con familia en Estados Unidos y en México», dice el actor Arturo Ríos.
«Y un poco recuerda A puerta cerrada de Sartre. El existencialismo es una influencia fuerte para Hugo Alfredo y para mí también», continúa Emma Dib.
La obra fue ganadora del Premio Nacional de Bellas Artes de Literatura 2012.
«La obra no tiene un planteamiento realista, en ese sentido, desde la escenografía, incluso ni desde el texto, es un texto bastante abstracto con una estructura minimalista que da una especie de sensación como de regreso de déjà vu. Todo el tiempo se avanza, pero se vuelve a regresar», explica Arturo Ríos.