Desde las palabras y la ilustración, Silvana Ávila da voz a la artista nacida en España y naturalizada mexicana, en La mágica vida y obra de Remedios Varo
Ciudad de México (N22/Alizbeth Mercado). – Esta historia comienza en Anglés, un pueblo ubicado en la provincia española de Girona. Ahí nació y vivió sus primeros años Remedios Varo, protagonista de un libro ilustrado, por Silvana Ávila, que la muestra como antes no se había hecho, desde su historia de vida, más que artística, «más humana de lo que sólo podemos sentir al ver una obra», nos cuenta Ávila.
Quizá por magia o por serendipia, Remedios llegó a la vida de Silvana gracias a una de las editoras de Planeta que fue a uno de sus talleres de ilustración y le propuso hacerlo. «Me dieron varias opciones yo elegí Remedios porque me parecía que era el personaje menos explorado y podría ofrecerme más satisfacción investigar y había más campo de acción.»
Para poder crear La mágica vida y obra de Remedios Varo (Lumen, 2019) Silvana se dedicó a leer textos académicos sobre la obra de Varo y fotos de distintos periodos en la vida de la pintora. «Hubo cosas que escribí viendo fotos de los surrealistas, de ella, imaginando cómo pudo haber sido. Investigué el pueblo en el que nació y creció. El pueblo es hermoso, tiene arquitectura de los siglos XII, XV, XVII, XIX, todo mezclado, hay un bosque, una fábrica, historias de hadas y seres mágicos; entonces traté de agarrarme de donde sentí que los biógrafos no habían metido la cuchara.»
El texto puede verse como una línea de tiempo donde las ciudades y personajes que habitaron la vida al lado de Remedio tienen la misma importancia, así como el amor y las cuestiones mágicas que plasmó en su obra. Está narrado en primera persona, Silvana hace las veces de un escritor fantasma y Remedios nos habla.
¿Por qué decidiste escribirlo en primera persona?
Lo que yo quería era separar este libro del rigor académico, donde hay varias tesis que han tratado, pero siempre hablan en tercera persona. Después de haber leído esto yo quería hacer algo más “normal”, más cercano a las personas y, al final, investigar tanto sobre ella ya te hace quererla como una tía, como una persona, no como una artista. Para mí se le quitó el anquilosamiento, ver todos los viajes que se avienta, los novios que tiene y las desgracias que le pasan; yo solo sentía mucha cercanía y quería que la gente lo sintiera. La mejor manera de transmitir esta cercanía y esta humanidad era escribir en primera persona.
¿Por eso apareces sólo en el epílogo?
Para mí era muy importante hacer la separación, para que la gente realmente conectara con ella, que fue una mujer muy evolucionada para su tiempo, por su tipo de personalidad, por su libertad, por la manera en que murió y creo que murió muy prematuramente, en un periodo donde había cierto conservadurismo, creo que es hizo que su imagen se mantuviera como una fotografía que se enfocaba sólo en su obra como “la gran artista”, pero lo que yo quería hacer era darle más cuerpo, emoción humana y que la gente renovara la imagen que tenía de ella, se enamorara.
Cuando entiendes todo lo que pasó, entiendes que es un gran logro que su pintura haya llegado hasta nosotros.
¿Por ejemplo, Walter Gruen, su última pareja?
Para mí resultó muy fascinante ir descubriendo a toda la gente que conoció, que le ayudó a sobrevivir, un poco era el objetivo, rendir homenaje, sobre todo a Walter que nadie sabe cuál es la razón por la que la obra de remedios vive aquí y me parecía muy importante, como una pieza fundamental de que ella existe, sin él, ella no existiría en nuestro imaginario colectivo.
Los biógrafos siempre se centran en la artista, pero la vida de ella fue tan generosa, al convivir con tantas personas… al no ser como este artista ególatra que estaba en su casa pintando, ella tuvo una vida tan rica, compleja y azarosa, que le permitió conectar con tantas mentes, al final, transmitir eso también, que las grandes personalidades también conviven.
Ella tomaba lo mejor de los demás y lo convertía en una pieza artística.
¿Qué te habría gustado saber?
Hablar con más detalle de sus amores, me causaba mucha fascinación, obvio como mujer, tantos novios, tantos amantes, realmente me causaba mucha curiosidad qué tipo de hombres eran los que le fascinaban. Me hubiera gustado tocar más el amor, pero si hay cartas, quizás las tiene la familia, pero me hubiera gustado entender más su corazón y dónde ponía su amor. Su vida era como la de una hoja al viento.
Sin embargo, sí tocas las relaciones pero a la par de las amistades.
Me habría encantado inventar, pero hay muy pocas fotos. En general no lo retrata, si pudiera tener una máquina del tiempo me gustaría preguntarle sobre el amor, su vida romántica. Pero no tenía que descubrir todo y está bien, nos puede dar de qué pensar.
Sobre la cuestión esotérica, ¿cómo ilustrar esto tan personal y complejo de abstraer?
No puedes ver la pintura y pensar que solo está hablando de lo que se ve. Para mí era muy importante darle un valor porque estoy segura de que ella, y todo su círculo, le daban un valor [a la cuestión esotérica] y cómo no dárselo cuando estuvo tan cerca de morir o ser atrapada. Hubo escritores, de su círculo íntimo, que no lo lograron, muchos murieron en la guerra o en los campos de concentración.
Creo que, por eso, exploró tanto el esoterismo en su obra porque estaba agradecida e intrigada de cuál había sido la razón por la que tanta coincidencia había obrado en su vida para mantenerla con vida, encontrar una familia europea… ¿cómo te explicas qué energía actuaba a través de todos ellos para que se encontraran en México?
Ella es muy apasionante y seguro se hizo preguntas sobre ella.
Cuando llegan a México, mencionas que el recibimiento no fue tan cálido, y siempre pensamos en Lázaro Cárdenas recibiendo a los niños, ¿por qué dibujar esta escena?, ¿qué decían las fuentes que consultaste?
Mucha gente en las investigaciones menciona que los artistas trataron de involucrarse con Diego, Frida, Siqueiros, pero ellos estaban en su propia cosa de la mexicanidad, y creo que tampoco traté de generar un choque. Traté de poner los hechos como está contado en tantas biografías, porque se me hace comprensible y me daba la impresión de que los artistas europeos lo entendían, el momento en el que habían llegado y se habían hecho pequeños, hacían de todo para sobrevivir, ella restauraba cosas, entendían que nuestro país estaba naciendo, encontrando su voz, lo cual se me hace un gesto de respeto a la tierra que te acoge.
Quería ponerlo para que la gente entendiera la idea de los exiliados de tantos sitios, algunos hablan el idioma, otros no, y llegan acá y es diferente, ellos tuvieron que adaptarse a la cultura y creo que lo toqué porque en muchos textos académicos vi la pregunta constante de ¿por qué no había elementos mexicanos en el trabajo de Remedios? Creo que era una preocupación en los sesenta, cuando murió.
Además del peso de la ilustración ¿por qué hacer la escritura en fragmentos?
Eso es porque he ilustrado libros infantiles durante mucho tiempo y creo que, de alguna manera, eso es entrenamiento de ilustradora, nuestra mente trabaja de forma fragmentaria. Alguien me dijo ¿eso es una novela, una historia para niños? En realidad, es difícil, no sé si tiene que estar en una categoría, pero un niño de 12 años lo puede leer y pretende ser un libro ameno que puedas disfrutar y leer con los ojos y las palabras. De alguna manera, que tengas una referencia no sólo a la obra de Remedios, sino a su imaginario, a las aves, las ventanas, las plantas.
Quería hacer un libro que pudiera tener la gente en su casa, y lo he pensado estos días, ella que tuvo que padecer no tener un hogar fijo, ahora puede vivir para siempre en tantas casas. Creo que es bonito, así como ella recibió a tantos exiliados, ella será recibida en tantas casas.
La historia es lineal, lo que facilita su lectura, pero para ti ¿qué tan complejo fue tratar el tema de su muerte?
La primera vez que recibí un comentario sobre su muerte (en el libro) fue de un chico y me sorprendí porque yo también cuando lo terminé y llegué al último capítulo pensé “es muy fuerte despedirte de alguien a quien conoces tan bien” y temía un poco, y sentí que fue abrupto, pero creo que eso sintieron todos cuando murió. Me sorprende que a las personas les genera emoción, fue muy duro imaginarlo, me tomó mucho tiempo sacarme del sistema la historia y buscar fotos, investigar, hilar en mi mente. Me tomó mucho tiempo cambiar de canal.
Veo que tienes cuestiones que dejaste para después, pero ¿cómo lees a Remedios después del libro?
Para mí ella es súper mágica. No había sentido que era tan mágica hasta que llegué hasta aquí y está moviendo cosas. Leía su historia como trágica y amorosa, respecto a que se entregó a lo que quería. La leo como alguien que vivía en la magia y traía magia a los demás y cuya vida era mágica, pero en el sentido de atarse a la verdad, al mundo espiritual.
Imagen dentro de texto: © Alizbeth Mercado