Las semillas del fin del mundo corren riesgo

La bóveda se encuentra en Longyearbyen, ubicada en el archipiélago noruego de Svalbard, a unos mil kilómetros del Polo Norte

Ciudad de México (N22/ Redacción). – La llamada «Bóveda de Semillas del Fin del Mundo» está en peligro debido al cambio climático. Este dispositivo es la salvaguarda agrícola más imperante del planeta porque almacena semillas de reserva para cada uno de los cultivos alimentarios de la humanidad. La ubicación y el diseño de la bóveda protegen su contenido de los efectos de la luz solar, los terremotos, las erupciones volcánicas, la guerra y los conflictos políticos.

Un nuevo informe del Centro Noruego de Servicios Climáticos advierte que el aumento de las temperaturas del Ártico está poniendo en peligro el depósito de semillas y la zona circundante. Los autores proyectan que las temperaturas del aire alcanzarán -7.7 grados Celsius para el año 2100 si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando. También advierten que los casos de fuertes lluvias en el área de Svalbard serán más frecuentes, con un 45% a 65% más de precipitaciones anuales, lo que significa que el terreno tendrá más agua y por lo tanto mayor derretimiento, inundaciones y avalanchas.

Los científicos informaron que Svalbard tiene el permafrost (capa de suelo congelado de manera permanente) más cálido al norte en el Ártico. Si las emisiones continúan el permafrost podría descongelarse y desaparecer completamente en el próximo siglo. Incluso si las emisiones se reducen de acuerdo con los objetivos del acuerdo climático de París, se espera que el permafrost del Ártico se reduzca en un 45%, según un informe de las Naciones Unidas.

El informe también estima que las temperaturas de la ciudad han aumentado drásticamente. La temperatura media anual de la ciudad hace unos 120 años era de 7.7° ha aumentado casi el triple del nivel mundial. De 1880 a 2012 la temperatura media mundial aumentó 0. 85 °.

La bóveda contiene más de 983 mil 500 muestras de semillas guardadas en paquetes de tres capas de papel aluminio almacenadas en cajas colocadas dentro de la cámara acorazada. Los científicos sólo pueden acceder a la bóveda a través de un túnel de 120 metros de largo. Para depositar semillas, deben pasar por cinco puertas con cerraduras codificadas.

El gobierno noruego aún no ha decidido implementar acciones que contrarresten el riesgo, aunque sí se encuentra trabajando en mejoras para la bóveda. Jon Georg Dale, Ministro de Agricultura y Alimentación de Noruega, dijo el año pasado que «es una tarea grande e importante salvaguardar todo el material genético que es crucial para la seguridad alimentaria mundial».

Con información de Business Insider