Bárbara Enríquez y Eugenio Caballero creadores del universo de «Roma»

Los detalles, recuperar la memoria de aquellos objetos y espacios que marcaron la vida de cientos de mexicanos fue una tarea titánica y enriquecedora  

 

 

Ciudad de México (N22/Julio López).- Bárbara Enríquez y Eugenio Caballero son responsables de recrear el México de los años 70 para la película Roma. Por este trabajo están nominados al Óscar 2019 en la categoría de Mejor Diseño de Producción y no es para menos pues pareciera que tenían una máquina del tiempo capaz de llevarnos 40 años atrás.

En términos simples el director de producción junto con su equipo, se encarga de hacer el concepto visual de una película: es todo lo que se ve en pantalla y que no representa el trabajo de los actores. Un pequeño ejército de 300 personas se vio involucrado en este proyecto, todos comandados por el ganador del Óscar, Eugenio Caballero.

Bárbara Enríquez fue su mano derecha en este largometraje. Desde el inicio se sumó, primero fue contratada como decoradora y luego se encargó de la investigación histórica, algo natural tomando en cuenta su formación académica como historiadora del arte. Nunca había tenido la posibilidad de realizar una investigación tan amplia y tan profunda, ya sea por falta de tiempo o de recursos. En febrero de 2016 comenzó a recopilar información sobre la década de los años setenta.  

“La investigación histórica, lo que se ve en la pantalla, de alguna manera está basada en dos cosas: la investigación histórica que hizo Bárbara y que acabamos completando todos; y las conversaciones con Alfonso Cuarón”, cuenta Eugenio Caballero  

Su trabajo inició en los archivos fotográficos de la ciudad. También se zambulló en el Archivo Histórico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Para “El Halconazo” tomó como punto de partida el documental del Canal 6 de julio, además, con paciencia y dedicación encontró verdaderos hallazgos en internet.    

“Hay una foto que Alfonso recodaba, una foto muy conocida de El Halconazo, pero en el momento que yo empecé la búsqueda no estaba tan fácil de encontrar. Se ve un halcón en primer plano y atrás la mueblería donde ocurre lo de Cleo. Si tú vas ahorita a la México Tacuba no vas a tener ni idea de que había una mueblería porque ya no queda nada de eso. Y apareció en internet buscando fotos”, detalla Bárbara.

El trabajo en hemerotecas fue de suma importancia, ahí fotografiaron todas las revistas de la época, plagadas de publicidad, marcas y modelos de productos que inundaba el mercado en aquellos años. Las firmas comerciales son parte fundamental de la vida cotidiana en cualquier época.

“Cuando uno hace una película trata de evitar las marcas comerciales”, nos explica Bárbara, “porque para poder estrenar la película tienes que tener permisos, licencias de todas estas cosas. Nosotros en Roma dijimos esto va a ser al revés si nosotros quitamos las marcas comerciales estamos yendo en contra del corazón mismo de lo que queríamos hacer con la recreación de época.”

No solo tuvieron que diseñarlas y crearlas de cero, además tenían a un grupo de abogados buscando las licencias y los permisos de las marcas que recordábamos, que Alfonso Cuarón recodaba o que salían de la investigación.

La búsqueda de locaciones fue un trabajo titánico. Desde el inicio se pensó filmar lo más posible en los lugares donde sucedieron las cosas como en la colonia Roma o Centro Médico, pero muy pronto se dieron cuenta que otros lugares eran completamente diferentes como Ciudad Nezahualcóyotl y las avenidas Insurgentes y Baja California.

“Las dos grandes avenidas de la película fueron creadas desde cero, pusimos desde el pavimento, banquetas, todas las fachadas eran sets de 250 metros, de hasta 6 o 7 metros de altura que estaban totalmente construidos diseñados por nosotros y ambientado por el equipo de Bárbara.”

La casa es un protagonista más de la historia. El espacio donde se filmaron los interiores no se encuentra en la Roma sino en la colonia Narvarte. Aquí los detalles importaban muchísimo. En la medida de lo posible se trajeron los muebles que originalmente formaban parte de la casa de Alfonso Cuarón, lo demás se consiguió apelando a sus recuerdos.

Bárbara:

“Dentro de la casa, lo que fue la creación de ese espacio, era principalmente recuerdos de Alfonso. Ahí si no importaba, puedes tener muchos objetos de la época correcta, pero tenían que ser los objetos que él recordaba dentro de la casa. Fue muy difícil porque eran cosas muy específicas”,

Roma es un trabajo monumental y su universo fue creado de manera magistral por Bárbara Enríquez y Eugenio Caballero.  

 

 

 

 

 

Imagen: © Ireli Vázquez