“Roma”, un paisaje sonoro a cargo de Sergio Díaz

Sergio Díaz habla de su llegada a Roma, los meses de preparación y sus periplos por la memoria de la Ciudad de México en los años setenta, y por la del director de la cinta, Alfonso Cuarón

 

Ciudad de México (N22).- “Estás en un proyecto muy importante pero todavía no lo sabes”, estas palabras susurradas por el productor Nicolás Celis al oído de Sergio Díaz en un lejano marzo del 2016, durante una ceremonia, cambiaron los días del supervisor de sonido de la cinta Roma.

Luego, nada fue igual. Tras unos meses y después de la llegada de algunas cartas de confidencialidad, Sergio Díaz supo que aquél proyecto era Roma y que su director era Alfonso Cuarón. La única referencia dada: la temporalidad, sería el inicio de los años setenta. Nada más. Después algunas especificaciones: la cinta iba a ser mezclada con la más alta tecnología: Dolby Atmos, razón por la que Díaz pasó 18 meses preparándose para llegar a la sala.

“Había una cacofónica muy particular en los setentas a diferencia de hoy. Es muy industrial al día de hoy, en aquella época había menos autos, habían muchos árboles y por lo tanto había más naturaleza y más aves. Fue todo un reto y empecé desde julio. […] Por ejemplo, afuera del cine del Metropolitan hay una cacofonía espectacular, es como un mantra, todo el mundo está hablando al mismo tiempo. Está el vendedor de los carritos motorizados el de los merengues, el de la calaverita, el de las pepitas aquí abajo, el “viene, viene”, hay una burbuja de elementos. Toda esa secuencia se tuvo que recrear porque Alfonso fue muy preciso en particular porque quería que el sonido se desdoblara y para poder lograr o conseguir lo que quería, había que tener todos los elementos por separado.”

Aquí el azar no tuvo lugar. Es más, se precisó de un proceso quirúrgico para controlar la producción y reproducción de cada sonido. En la escena antes mencionada, se pasaron diez meses trabajando, llamando al estudio a cada personaje que aparecía para que ahí “reprodujeran todo lo que habían hecho en escena, porque era la única manera que los podíamos tener por separado.”

Y ahí está la magia, dice Sergio, “recolectar, editar y con esa construcción sonora transmitir sentimientos a la audiencia.” Ni más, ni menos. Se trata tan sólo de imaginar, de apelar a la memoria de la ciudad y a la del cineasta que tenía muy bien definido lo que quería que el sonido contara.

Al trabajo de Sergio Díaz en Roma, lo anteceden colaboraciones con Amat Escalante, Luis Mandoki, Guillermo del Toro, Alejandro G. Iñárritu e incluso, Mel Gibson. También un reconocimiento: The Golden Reel Award, entregado a los mejores trabajos de sonido del año. Con la cinta Desierto (2016), estuvo nominado al Premio Fénix en la categoría de sonido.

La memoria de la memoria sonora de esos años ocupa 20 teras “y todos están por categorías porque la película tiene diferentes mundos, el mundo de la Ciudad de México, el mundo de los hospitales, el mundo de Ciudad Neza, el mundo de la playa, El Halconazo, todos ellos debían de tener una calificación muy precisa porque sabíamos que durante el proceso de mezcla Alfonso podría requerir otra cosa.”

Todo este trabajo, cuenta Sergio, fue realizado por 45 o 50 editores mexicanos en su mayoría, “luego se sumaron otros en la mezcla de Nueva York y Vancouver.” Así, estos editores se convirtieron en una especie de arqueólogos, indagando, excavando, buscando los sonidos de esos años y el rastro que éstos dejaron en los recuerdos del cineasta.

Con la misma incertidumbre que dejaron aquellas palabras pronunciadas por Celis, Sergio espera el próximo 24 de febrero, día que se llevarán a cabo los Premios Óscar y en los que está nominado en la categoría de Edición de sonido.  “No sé qué vaya a pasar”, dice, pero “lo que me toca hoy lo estoy abrazando.”

 

 

 

Programa especial Rumbo al Óscar, viernes 22 de febrero, 22:15 horas y domingo 24, a las 17 horas, por el 22,1

 

Entrevista: Julio López

Redacción: Ana León

Imagen: © Ireli Vázquez