Geochicas: mujeres mapeando el mundo

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Un ejercicio de mapeo colaborativo y humanitario que busca visibilizar zonas de peligro o crear rutas para dar solución a prácticas culturales que agreden a minorías, en este caso a las mujeres; un ejercicio preventivo y reactivo

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Ciudad de México (N22/Alizbeth Mercado).- Si te necesitas mover de un punto a otro ¿qué es lo primero que haces? ¿Preguntar a una persona que sabe la dirección?, ¿consultar el mapa en tu celular?, ¿salir al azar y dejarlo todo a la intuición? Probablemente la respuesta es la segunda opción.

Con herramientas como Google Maps es  más sencillo leer planos y saber cómo trasladarnos, pero hay puntos que no están registrados. Céline Jacquin y Miriam González son parte de Geochicas, un grupo de mapeo colaborativo que pertenece a la red mundial Open Street Map y que “busca compartir información a las mujeres de manera más enfocada, más fácil, más accesible, incluyendo a personas que no saben nada de datos, de geografía ni de mapas.”

La iniciativa Geochicas surgió en 2016 con la inquietud de invitar a más mujeres a participar en la creación de datos dentro de la plataforma de Openstreetmap. Para conmemorar el Día de la Mujer 2018 crearon una serie de infografías llamadas “Mujeres mapeando al mundo” para saber cuántas mujeres han estado involucradas en el desarrollo de cuestiones cartográficas y geoespaciales. Entre las iniciativas de mapeo actuales está conocer los lugares vulnerables como “zonas de cuidado infantil, lugares de cuestiones ginecológicas, no están tampoco muy mapeados, algunas zonas que no tienen alumbrado público también se pueden mapear bastante bien”, dice Miriam.

A propósito del peligro, en los mapas hay zonas grises, áreas sin registro que no aparecen porque nadie se ha dado a la tarea de incluirlas o porque no son relevantes para determinados fines. “Todo lo que implica una sensación de seguridad o inseguridad en el espacio público, es un espacio de movilidad cotidiana, por ejemplo, hay muchos criterios que los mismos urbanistas no ponen, por ser mayoritariamente hombres y arquitectos no toman mucho en cuenta, pero la visibilidad en el espacio público es muy importante para sentirme segura, porque si mu camino está lleno de obstáculos viduales, en la acera no veo si llega alguien y eso me genera un sentimiento de angustia y eventualmente me pone en peligro”, añadió Céline.

A nivel global, el proyecto de OSM y Geochicas tienen inictaivas para apoyar el cambio de costumbres que siguen afectando a las mujeres. Por ejemplo, en Tanzania OpenStreetMap mapeó zonas seguras para que las adolescentes puedan refugiarse para evitar la mutilación femenina que sucede en temporada vacacional, dos meses al año, cuando se concentra esta práctica. “Se han mapeado rutas de escape que las dirigen a áreas seguras donde pueden resguardarse dos o tres meses en cuanto pase esa temporada de corte y se haya hablado con las familias para convencerlas de que es una práctica que puede afectar muchísimo su desarrollo”. En los últimos dos años ha decrecido el número de mutilaciones, de acuerdo con Miriam.

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“Toda diversidad lingüística, étnica, religiosa, de edades, de condiciones físicas, de género; todo debe estar incluida en el ejercicio de construcción del mapa. Nosotras tratamos el tema de género, pero es una manera de llamar  las comunidades de Openstreetmap, de datos y tecnologías libres a pensar en más equidad dentro todo esto de sus procesos”: Céline

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¿Libre o gratis?

Para lograr que el conocimiento llegue a las mujeres, se debe hacer una distinción. Los mapas digitales son gratis como los de Google Maps pero no son libres, libre significa que se encuentran en acceso abierto para cualquier tipo de uso.

“Google Maps educó mucho a la gente en cómo leer los mapas, sin embargo, aunque sean para consulta, no es información que se pueda descargar, no son open data (de acceso abierto), entonces es cuando entramos: a través de OSM, una plataforma que tiene más de cuatro millones de contribuidores a nivel mundial en la cual cualquier persona puede participar, puede agregar un punto de interés, puede incluir una escuela, una vialidad, un área que tiene ciertos riesgos, todo esto se puede complementar a través de un mapeo colaborativo en el cual tú y yo podemos ser parte”, explicó Miriam.

Esta información puede llenar vacíos de datos institucionales y puede ser una herramienta preventiva y reactiva, la información puede ayudar a los momentos de emergencia. Por ejemplo, durante el terremoto en Haití de 2010 (que no teníainformación censal oficial) y otras emergencias como el pasado 19S de México.

“Los datos de Openstreetmap pueden ayudar a que las situaciones de reconstrucción se hagan más eficientes y estén transparentadas y que se restablezca la normalidad de las comunidades más rápido porque estamos visibilizando y flexibilizando el intercambio de cierta información sobre las condiciones locales, impulsando así que los servicios públicos retomen su marcha. aportando los datos, estamos ayudando a toda esta comunidad, en particular a las mujeres por ser las más movilizadas en sus comunidades en situación de crisis. Es una reflexión indirecta que tenemos sobre la utilidad de los datos: en zonas vulneradas, las más vulneradas son las mujeres. Pero, además, la calidad de los datos es mayor si son mujeres quienes mapean, y aún mejor, mujeres locales porque tienen mayor sensibilidad a las condiciones que se viven. Es un conjunto de problemáticas”.

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¿Cómo lo hacen?

El camino que se sigue para mapear consta de tres pasos: 

Una es el mapeo remoto que puede hacer cualquier persona y añadir referencias donde hagan falta en el mapa por medio de una imagen satelital. Encima se dibuja lo que ves en esa imagen para poder tenerlo en datos geoespaciales.

La segunda forma es con aplicaciones en el teléfono móvil por medio de GPS, se pueden hacer fotos (fotomaping), audio (audiomapping) y mapeo a través de trazas donde se pueden agregar puntos. Hay varias aplicaciones como Maps.Me, Open Street Cam, Mapillary, OSMTracker, OSMand, entre muchas otras.

La tercera forma es in situ mediante llenado de Fieldpapers, hojas con zonas divididas en cuadrantes. Cada cuadrante tiene un número. Las mapeadoras revisan que en cada cuadrante se encuentren las edificaciones que están señaladas, confirman si es un negocio, institución, servicio, cualquier detalle que se pueda aportar, o si hay algún cambio espacial. Con este método utilizan JSOM y escanean el código QR para trasladar los datos a la fuente digital y convierten la información a Openstreetmap con JOSM.

El grupo de mapeadoras es de cerca de 150 alrededor del mundo. Si quieres sumarte a esta causa puedes buscarlas en sus redes sociales (Tw:@GeochicasOSM),  e involucrarte tanto como quieras. Ellas dan promueven capacitaciones en un modo horizontal y comparten tutoriales en línea.

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