¿Un gran asteroide podría impactar la Tierra?

  • “Un asteroide de 50 metros es capaz de destruir en su totalidad la zona metropolitana de una ciudad grande, como la Ciudad de México o Londres, de ahí que sean potencialmente muy peligrosos y la urgencia por encontrarlos antes de que uno de ellos nos encuentre a nosotros”, advirtió el investigador.

Tonantzintla,
14/12/16, (N22/Conacyt).-  El impacto de
un asteroide es el único fenómeno natural predecible que se puede evitar.
Aunque el riesgo de impacto en la Tierra es muy bajo, las consecuencias pueden
ser catastróficas y no se descartan o consideran como algo improbable en su
totalidad, consideró en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt el
doctor en ciencias aeroespaciales, Sergio Camacho Lara, secretario general del
Centro Regional de Enseñanza de Ciencia y Tecnología del Espacio para América Latina
y el Caribe (CRECTEALC).
CRECTEALC fue
establecido por los gobiernos de México y Brasil bajo la tutela de la Oficina
para Asuntos del Espacio Ultraterrestre de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) en 1997, con la finalidad de enriquecer el conocimiento en las
disciplinas espaciales, a través de programas de enseñanza, investigación y
aplicación práctica orientada a la teleobservación, telecomunicación por
satélite, meteorología mediante satélites y los sistemas de información
espaciales. El CRECTEALC tiene un campus en Brasil y otro en México.
El Campus México
del CRECTEALC fue hospedado por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y
Electrónica (INAOE) en 2002
. El investigador del INAOE y director del Campus
México, el doctor José Guichard Romero, destacó que entre los proyectos que el
Campus México realiza en colaboración con el INAOE está la observación
astronómica de objetos cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés).
Los NEO incluyen asteroides y cometas, aunque la gran mayoría de los objetos
cercanos a la Tierra son asteroides.
Por sus órbitas,
a una categoría de asteroides se le conoce como asteroides potencialmente
peligrosos y son estos los que preferentemente se observan con la cámara
Schmidt en Tonantzintla y con el telescopio de 2.2 metros en el Observatorio
Guillermo Haro del INAOE. Este monitoreo fotométrico y espectroscópico de
asteroides sirve para determinar sus parámetros físicos (periodos de rotación,
forma, tamaño, orientación del eje de rotación, etcétera). El conocimiento de
estos parámetros permite calcular la probabilidad de que un asteroide impacte
la Tierra.
Riesgo y consecuencias de impacto a la
Tierra

Asteroides y
cometas han impactado la Tierra desde su creación. Se sabe que los dinosaurios,
junto con 80 por ciento de la biodiversidad que existía, se extinguieron hace
unos 65 millones de años como consecuencia del impacto de un asteroide de entre
10 y 14 kilómetros de diámetro en Chicxulub, Yucatán. A la fecha se han encontrado
del orden de 16 mil asteroides, chicos y grandes, en órbitas cercanas a la
Tierra. De los que miden más de un kilómetro ya se han detectado más de 95 por
ciento.
El astrofísico
investigador del INAOE, doctor José Guichard, explicó en entrevista que la atmósfera
protege en general a la Tierra de impactos por asteroides de tamaños de 30
metros y menores. Sin embargo, se calcula que hay del orden de un millón de
asteroides de más de 30 metros y menos de un km de diámetro orbitando cerca de
la Tierra. Por ser muy numerosos y aún no detectados, estos son un peligro.
“Un asteroide de
50 metros es capaz de destruir en su totalidad la zona metropolitana de una
ciudad grande, como la Ciudad de México o Londres, de ahí que sean
potencialmente muy peligrosos y la urgencia por encontrarlos antes de que uno
de ellos nos encuentre a nosotros”, advirtió el investigador.
Cálculos por los siguientes 100 años
Por su parte, el
doctor Sergio Camacho Lara relató que en 1999 la ONU, dentro de sus
iniciativas, estableció la necesidad de estudiar el estado de conocimiento
sobre NEO a nivel internacional a fin de determinar el riesgo de impacto a la
Tierra y posibles acciones que permitieran evitarlo o mitigar las
consecuencias. El tema cobró importancia en diciembre de 2004 por el
descubrimiento de Apofis, un asteroide con altas probabilidades de impactar la
Tierra en 2036. Observaciones adicionales de este asteroide permitieron bajar
la probabilidad de impacto a uno en 250 mil.
“Hasta el momento no hemos encontrado un
asteroide que vaya a impactar la Tierra de aquí a 100 años.
Cada vez que se
encuentra un asteroide, se determina su órbita por medio de múltiples
observaciones y se proyecta la órbita que seguirá en los próximos 100 años, o
más si se quisiera”, aclaró el doctor Sergio Camacho Lara.
No obstante,
añadió que iniciar con la planeación de medidas de respuesta no es un asunto de
menor importancia
, ya que si un asteroide de un kilómetro se impactara contra
el planeta, se estima que mataría a la mitad de la población en el mundo, es
decir, morirían miles de millones de personas.
Explicó que la
NASA recibió un mandato del Congreso de Estados Unidos en los años noventa para
encontrar 90 por ciento de los asteroides cercanos a la Tierra que fueran de un
kilómetro o más. La NASA aceleró la búsqueda y hasta la fecha se han encontrado
entre 95 y 97 por ciento de lo que se estima puede ser el total de asteroides
de esos tamaños. De ahí la confianza de que en los próximos 100 años no haya un
asteroide de ese tamaño con posibilidad de impactar la Tierra; sin embargo, aún
falta de tres a cinco por ciento de esa búsqueda, indicó el doctor Camacho
Lara.
“La buena
noticia es que los asteroides más grandes son más fáciles de ver, pero hay
muchos más asteroides de menos de un kilómetro cercanos a la Tierra que aún
debemos encontrar”.
Iniciativa internacional para la seguridad
de la Tierra

La Asociación de
Exploradores Espaciales, integrada por astronautas y cosmonautas que han
viajado al espacio, organizó un panel de expertos para preparar un informe
sobre asteroides, riesgos de impacto a la Tierra y acciones necesarias para
preparar una respuesta internacional ante una amenaza de impacto. El informe
motivó que el tema fuera tomado a nivel de gobiernos en 2009 por la Subcomisión
de Asuntos Científicos y Técnicos (SACT) de la Comisión de Naciones Unidas para
la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (COPUOS).
La subcomisión
condujo su trabajo a través de un Equipo de Acción sobre Objetos Cercanos a la
Tierra compuesto por expertos provenientes de agencias espaciales, universidades
y otras instituciones con actividades afines. Entre 2009 y 2013, el equipo
presentó informes anuales a la subcomisión, la cual a nivel de gobiernos, los
consideró por medio de un Grupo de Trabajo sobre Objetos Cercanos a la Tierra.
México tomaría la Presidencia del Equipo de Acción y del Grupo de Trabajo sobre
NEO, a través del doctor Sergio Camacho.
El resultado fue
un acuerdo de la Asamblea General de Naciones Unidas en 2013 para que se creara
una Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN, por sus siglas en inglés)
y un Grupo Consultivo de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG, por sus
siglas en inglés). Los miembros de IAWN son instituciones con telescopios para
buscar y caracterizar asteroides y SMPAG incluye agencias espaciales que podrían
evitar que un asteroide impacte la Tierra.
Entre IAWN y
SMPAG se prepararía una respuesta internacional en caso de amenaza de impacto a
la Tierra por un NEO. La Agencia Espacial Mexicana (AEM) es miembro de SMPAG.
Sobre la
importancia de la observación de asteroides, el doctor José Guichard Romero
destaca en entrevista que el INAOE fue una de las cinco primeras instituciones
a nivel mundial en signar un compromiso para observar y monitorear asteroides.
Este compromiso incorporó al INAOE y al CRECTEALC a IAWN.
¿Cómo evitar el impacto de un asteroide?

“Hay varias
formas para evitar el impacto de un asteroide. Una forma es lanzar una misión
con dos satélites: uno para examinarlo de cerca y otro para posicionarlo
enfrente o detrás, para que por gravedad lo acelere o lo frene a lo largo de su
órbita. Esto funcionaría si tenemos de 10 a 20 años antes del impacto. Con
menos tiempo disponible se puede aumentar o reducir la velocidad del asteroide
a lo largo de su órbita más rápidamente para evitar la colisión impactándolo
con uno o más satélites”, explica el doctor Sergio Camacho Lara.
• Asteroide:
masa de roca o rocas que tiene una órbita.
• Meteoro:
asteroide que llega a la Tierra pero se desintegra por las capas atmosféricas.
• Meteorito:
meteoro que sí llega a colisionar en un lugar de la Tierra.
Si el tiempo de
impacto no es suficiente para utilizar alguna de las formas mencionadas, se
podría recurrir a un dispositivo nuclear que estalle junto al asteroide para
que el calor de la explosión queme un lado del asteroide y, por consiguiente,
aumente o disminuya su velocidad a lo largo de su órbita.
Sin embargo, en
el uso de un dispositivo nuclear intervienen otros factores que tienen que ver
con políticas internacionales, ya que están prohibidas las explosiones
nucleares en el espacio. Dependiendo de la gravedad de las consecuencias del
impacto, correspondería a la comunidad internacional, quizá a través del
Consejo de Seguridad de la ONU, tomar la decisión.
“Hay mucho por
estudiar y resolver, ya que a veces los asteroides están conformados por una
gran roca sólida, o a veces son un montón de rocas pequeñas que se van moviendo
como si fueran un cuerpo y la gravedad las mantiene juntas, así que una misión
satelital puede que no surta efecto, o bien una explosión nuclear sea
contraproducente”, dijo el doctor Camacho Lara.
 La
experiencia con los asteroides

A pesar de las
certezas y los riesgos, existen pruebas realizadas por el ser humano para
conocer más de cerca un asteroide o cometa. Fue en septiembre de este año
cuando la sonda Rosetta, emitida por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus
siglas en inglés), concluyó su misión al impactarse con el cometa 67P-Churyumov
Gerasimenko, conocido como Chury. La misión abre nuevas líneas de investigación
y posibilita que, sumada a las experiencias de las misiones DAWN de la NASA y
Hayabusa de la JAXA de Japón, se tenga información detallada de objetos
celestes de este tipo.

“La importancia
de la observación de NEO permitirá tomar una decisión adecuada. Por ejemplo,
nosotros como INAOE y CRECTEALC ya tuvimos acercamiento con la Agencia Espacial
Mexicana y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), para
iniciar con la formación de un grupo de trabajo que identifique a las
instituciones nacionales que deben coordinar las acciones que se deban tomar en
México en caso de una eventualidad. Se espera una propuesta de legislación al
respecto para que se instituya un protocolo de seguridad, que permita más adelante
realizar simulacros y la población, tanto como el gobierno, puedan estar
preparados ante un fenómeno que no podemos descartar”, concluyó el doctor
Camacho Lara.
Imagen:Conacyt
16AM

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