¿Tecnología mexicana para mejorar servicio del Metro?

  • Una de las soluciones tecnológicas que ofrecerá el centro público de investigación es sistematizar el tiempo de arribo de los trenes.

Ciudad de
México 14/12/16 (N22/Conacyt).- El Sistema de
Transporte Colectivo (STC) Metro de la Ciudad de México tiene una gran
historia. Inaugurado el 4 de septiembre de 1969, fue símbolo de modernidad y de
una nueva forma de transportarse en la capital del país.
Con el paso del
tiempo fue creciendo para satisfacer la demanda de la población y lograr la
conectividad de una de las urbes más grandes del mundo. Ello provocó que el
servicio no fuera el óptimo debido a los problemas que consigo trae el uso.
En las últimas
décadas, este medio de transporte se enfrenta a trabas como el deterioro de
trenes, escasez de material rodante y falta de refacciones, producto del rezago
tecnológico de casi 40 años y la dependencia que tiene de fabricantes
extranjeros.
Sin embargo, una
nueva etapa en su historia está escribiéndose. Con respaldo de grupos de
investigadores y tecnólogos nacionales, se trabaja en mejorar el servicio que
ofrece a más de cinco millones de pasajeros al día, a través del desarrollo de
tecnología y refacciones mexicanas que detonen la operatividad en sus 12
líneas.
Desde 2008, el
Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (Cidesi) colabora con mejoras en
los sistemas de funcionamiento del también llamado “gusano naranja”. Comenzó
con el establecimiento del Laboratorio de Metrología, siguió con la creación
del Laboratorio de Electrónica Digital Avanzada del Metro (LEDA) y actualmente
se ejecuta un tercer proyecto que promueve el fortalecimiento de la
infraestructura tecnológica y que consta de tres objetivos: el desarrollo de
sistemas electrónicos que propicien la mejora en la calidad del servicio y la
disminución de interrupciones en la operación; el desarrollo de proveedores de
partes y componentes mecánicas, material rodante e instalaciones físicas, así como
la formación de recursos humanos especializados.
A partir de un
convenio de colaboración financiado por el Fondo Institucional de Fomento
Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (Fordecyt),
se desarrollan sistemas inteligentes para el tiempo de arribo de los trenes,
para el monitoreo de usuarios que pasan por los torniquetes y de megafonía;
bancos de prueba para motocompresores y bancos de prueba para pilotaje
automático, entre otros.
Esta nueva etapa
marca un antes y un después en materia de innovación tecnológica y en la manera
de operar el principal medio de transporte de la Ciudad de México y su Zona
Metropolitana, pues con base en la sinergia entre ambas instituciones se
fortalecerán las capacidades de innovación del Metro para eliminar su
dependencia tecnológica y de proveeduría del extranjero.
Y es que con
anterioridad se compraban tarjetas electrónicas provenientes de Brasil o
Francia, y a la fecha ya se fabrican en el LEDA en las instalaciones de
Zaragoza. Además que algunas refacciones muy específicas se importaban de Gran
Bretaña y por medio del reciente convenio de colaboración se pretende sean
fabricadas en nuestro país.
Mejorar el servicio

Es lunes por la
mañana, la estación Indios Verdes —que el año pasado registró la mayor
afluencia al recibir casi 44 millones de usuarios— luce su estampa cotidiana: a
lo largo del andén un conglomerado de gente espera el arribo de un tren con la
incertidumbre de no saber en qué momento lo hará.
Una de las
soluciones tecnológicas que ofrecerá el centro público de investigación es
sistematizar el tiempo de arribo de los trenes.
El maestro Sadot
Arciniega Montiel, director de Electrónica Avanzada del Cidesi y responsable
del proyecto, detalla que este sistema inteligente consistirá en gestionar y
notificar el tiempo que tardan los trenes en llegar a las estaciones.
“Este proyecto
es de gran impacto para la sociedad porque se implementará una aplicación móvil
(un tipo Waze ferroviario), porque los pasajeros quieren saber en cuánto tiempo
arribará el tren. Entonces con esta aplicación, antes de ingresar al andén
podrán conocer el tiempo y el flujo de los vagones en vías”, dice a la Agencia
Informativa Conacyt.
Otro proyecto
importante corresponde al sistema de megafonía de los vagones, porque en la
actualidad no todos lo tienen integrado. Este sistema —que informa a los
usuarios el cierre de puertas y las medidas de seguridad— se completará con
tarjetas electrónicas que ya las fabrica el propio STC Metro.
En tanto, se
habilitará un sistema de telemetría en cárcamos que consiste en el monitoreo en
tiempo real sobre el nivel de agua en los cárcamos (especialmente en las líneas
con estaciones en la superficie), a fin de que se extraiga la acumulación por
lluvia y evitar el deslizamiento involuntario de los vagones.
Adicionalmente
se trabaja en un mecanismo para contabilizar el número de usuarios que ingresan
por los torniquetes y la cantidad de boletos y recargas electrónicas que se
realizan, con el propósito de comparar las cifras para conocer el estado
financiero por este concepto.
Por otra parte,
se integrarán bancos de prueba para motocompresores —que contribuyen en la
operación de los sistemas de tracción y frenado, así como en la apertura y
cierre de puertas—, bancos de prueba de pilotaje automático e infraestructura
en el LEDA para la instalación de una línea de ensamble de tarjetas
electrónicas, con el propósito de poder exportarlas a países latinoamericanos,
como Chile que ya está interesado.
Durante los
próximos dos años se implementarán 13 líneas de acción que constan de mejoras
en los vagones, en seguridad y relacionadas con dar mayor tiempo de vida útil a
los componentes.
Más trenes en operación

Con un
financiamiento de 80 millones de pesos —50 millones aportados por el gobierno
de la Ciudad de México y 30 millones por el Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (Conacyt)—, este proyecto está encaminado a dotar de independencia
tecnológica al Metro, particularmente en el rubro de refacciones.
Debido a que la
mayoría de ellas ha sido importada a elevados costos, un gran número de vagones
se encuentra en los talleres en la espera de suministro. Es por ello que ambas
instituciones resolvieron impulsar la proveeduría de componentes y partes
desarrolladas por los científicos de Cidesi.
El doctor
Vicente Bringas Rico, director adjunto de investigación, desarrollo e
innovación, es responsable del desarrollo de proveedores de partes y
componentes mecánicos, y de material rodante.
En entrevista
dice que en muchos casos las refacciones datan de la década de los 70 y tiene
el problema de que los fabricantes ya no las suministran. Fue por ello que esta
iniciativa implicó un diagnóstico en conjunto con los especialistas del Metro
para identificar los componentes obsoletos y sin posibilidades de
refaccionamiento, aquellos con costos elevados, así como la identificación de
sus modos de falla.
Esos componentes
son sometidos a pruebas exhaustivas de liberación en los laboratorios del Metro
y montados en los vagones para probar su intercambiabilidad.
Hasta el momento
se han producido piezas importantes para el sistema de frenado, como eslabones,
zapatas, pequeños actuadores y enganches de los vagones, pivotes y partes de
suspensión, los cuales están siendo sujetos a inspecciones y validaciones.
La fabricación
masiva de estas partes no es el propósito del Cidesi, sino transferir este
conocimiento a un proveedor que las produzca para dar sustentabilidad al refaccionamiento.
En ese sentido,
el investigador indica que han tenido acercamiento con una empresa que se
dedica a procesos de forja y fundición, una etapa que ha sido complicada debido
a que en el país no hay grandes proveedores independientes en el área.
Beneficios directos

En la
actualidad, el Metro cuenta con una flota de 390 trenes y se estima que cada
falla de más de cinco minutos de un tren afecta a 30 mil usuarios en promedio.
La alianza del
Metro con Cidesi ha traído beneficios de impacto directo. Por ejemplo, a partir
de la fabricación de las tarjetas electrónicas se incrementaron algunos de los
trenes de seis a nueve vagones, aumentando la capacidad de servicio. Y es que
un convoy de seis vagones puede transportar a mil 20 pasajeros, mientras que el
de nueve permite el traslado de mil 530 personas.
Los resultados
favorables se deben a que la institución ofrece al Metro tecnología y
acompañamiento continuo, así como formación de recursos humanos y capacitación
de sus grupos de ingeniería, a fin de que tengan la habilidad de replicar estos
sistemas en otras líneas.
“La clave del
éxito de la primera etapa fue por la colaboración muy cercana que tuvimos. Hoy
en día hay cuestiones en las que necesitan ayuda y seguimos estamos ahí; porque
lo que necesita el Sistema de Transporte Colectivo es un brazo tecnológico que
lo acompañe cuando tenga una necesidad técnica”, dice el maestro Sadot
Arciniega.

Mientras que
para este centro de investigación, esta sinergia ha contribuido a fortalecer su
quehacer científico mediante la investigación que se ha generado al diseñar,
construir y probar dispositivos electrónicos, así como desarrollos
tecnológicos.
Imagen:Conacyt
16AM

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