El escritor es testigo de su época: Fernando Jiménez

  • Se
    me haría dañino que no hubiera cuentos sobre el narcotráfico, ya que los escritores
    son testigos de su época: Fernando de Jesús Jiménez Delgado.
  • Empecé
    a escribir a los 22 años y fue para gustarle a una chica de la facultad.


Por
Alberto Cruz
Distrito Federal, 03/08/15, (N22).- El ganador del primer Premio
Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila es Fernando de Jesús Jiménez
Delgado, proveniente de Querétaro. Fue acreedor al premio, que incluyó la
cantidad de 100 mil pesos y la publicación impresa de la obra, con su cuento Combatir al pecado.
En entrevista para Agencia N22, el escritor recordó que
supo del certamen por un compañero del taller donde trabajaba sus textos, “yo
le decía a un amigo que es como cuando compras un boleto de lotería, estaría
chido ganarlo”.
Jiménez Delgado señaló que
trabajaba en un libro de cuentos, “ya lo tengo bastante  avanzado, tomé los tres
cuentos que me gustaron más de ese libro y los metí a concursar, Combatir al pecado fue el primero que
mandé y el que ganó”.
En diciembre del año pasado
comenzó a trabajar en su libro de cuentos, el texto ganador del Premio Amparo
Dávila lo escribió a principios de febrero de este año. Añadió que no tiene
mucho que escribe, “empecé como a los 22 años y fue para gustarle a una chica
de la facultad, tiene muy poco».
“Mis autores favoritos son
José Agustín, Woody Allen, ya después fue Jorge Ibargüengoitia y otros más pero
José Agustín fue el primer autor por el que me volví loco”, afirmó el autor. 
Agregó que Stephen King y Howard Philips Lovecraft le fascinan, “a los 20 años
yo no había leído ni La metamorfosis
(Franz Kafka), ya luego me volví loco y empecé a leer todo lo que pude”.
Aseguró que fueron dos
libros los que lo “sacudieron”; el primero fue Buick 8 de Stephen King, “me lo compré en un tianguis, estaba todo
orinado y como con café, pero lo vi y como los de King siempre los dan muy
caros, pregunté y me lo vendieron en 10 pesos. Cuando lo leí fue como un mundo,
ese libro me sacudió completamente, lo compré como a los 17 años”.
El segundo libro fue Dos horas de sol de José Agustín, “fue
toda una experiencia, a uno le llega la educación literaria como bien raro, tus
tres inyecciones del Mío Cid en la secundaria, no sabes ni qué es eso”. Afirmó
que cuando leyó Dos horas de sol fue
un viaje, el autor “se echa dos páginas describiendo una flatulencia en una
junta, yo decía ‘también esto se puede escribir” indicó.

No
basta con que te guste escribir para poderte dedicar a eso
“Me gusta mi carrera, me
gusta mi profesión: la psicología. Me gusta la música, yo toco el son jarocho,
me gusta versar y demás” aseguró el escritor. No descartó poder vivir de
escribir, sin embargo, tiene más cosas que le gustaría seguir haciendo.
Respecto a los apoyos
económicos a la cultura afirmó que es todo un tema: “lo más común es decir que
no hay dinero, yo creo que tenemos que ir más allá de eso, siempre hay grupos
de poder, en todos los lugares del mundo, las letras no escapan de eso”.
Y lamentó que nos encontremos
con “un sistema lastimado»: Una vez me tocó ir a un foro que hubo sobre la beca
que se iba a dar y se estaban peleado dos grupitos, de que a uno siempre le
daban una beca, era para jóvenes creadores, con un apoyo de cuatro mil pesos al
mes, suponen que esa beca te sirve para muchas cosas, pues yo creo que no.
Afirmó que como recién egresado
no tiene trabajo ni sus compañeros, “yo fui el segundo lugar en calificaciones
de mi generación y no sirvió para ni madres, son muchas cosas, siempre lo más
sencillo es decir que falta dinero pero quién sabe si se resolviera con dinero,
yo no creo” dijo el joven escritor.

El
escritor es testigo de su época
Al escritor se le pone un
peso de más, admitió, “tiene que ser una suerte de secretario del momento
histórico que está transcurriendo, el momento histórico no es ‘politiquear’
como luego se piensa, va más allá”. Agregó que se le haría dañino que no
hubiera cuentos sobre el narcotráfico, ya que, en su opinión, los escritores
son testigos de su época.
“Por ejemplo, a José Agustín
le llegaron los años 60 y pone epígrafes de Bob Dylan, atestigua cierta generación
de chavos que se la pasaron muy bien. Si miramos a un escritor, nos encontramos
muchas cosas así, de dónde vienen y qué dicen”, puntualizó.

Combatir
al pecado
fue inspirado en su natal Querétaro, el galardonado
indicó que toca el son jarocho en las cocinas económicas del centro y fue en
una de esas calles donde sacó a todos los personajes de su cuento.
“Llegué a la plaza y estaba
un predicador loco, hasta el testigo de Jehová lo vi ahí parado, solo, con sus
libros, era un predicador como tantos, el de Querétaro es muy loco porque es
como gringo, me llamó la atención como se refería al pecado, como si fuera una
persona, desde ahí me dije que quería materializarlo”, aseveró Jiménez Delgado.
Este premio fue una
iniciativa del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el
Gobierno de la Capital de Zacatecas a través de su Dirección de Arte y
Cultura  con el fin de divulgar y
promover la obra de la autora Amparo Dávila. El pasado 7 de julio fue cuando se
dio a conocer que Jiménez Delgado había ganado por unanimidad.

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