«Demasiados lobos sueltos» o la importancia de narrar historias no mediáticas

  • La
    censura está presente, no todos los medios quieren publicar historias, muchos
    están casados con la noticia: Nel San Martín
  • El
    periodismo lo hace la gente todos los días y eso nos interesa más que lo que ya
    todo el mundo trajo, lo que todo el mundo ya reportó


Por
Alberto Cruz

Distrito Federal, 14/07/15, (N22).- Demasiados
lobos andan sueltos. Crónicas infarrealistas
 (Rayuela. 2015) es una complicación
que reúne nueve relatos que tienen un objetivo en común: la reflexión en el
lector. Son crónicas sobre diversos temas, desde la tragedia en la guardería
ABC en Sonora, las consecuencias de la violencia del narcotráfico, la historia
de un joven que superó las drogas en un lienzo charro o la historia no conocida
del bombero mexicano que estuvo como 
voluntario salvando personas en los ataques de Nueva York en 2001.
En este ejemplar participan Alejandro
Almazán, Diego Enrique Osorno, Juan Carlos Reyna, Wilbert Torre, Alejandro
Sánchez y Javier Valdez, como -en el otro extremo- las nuevas plumas de México:
Manuel Larios, Nel San Martín y José Luis Valencia.

 Un
vaquero rock en Ecatepec”, de Nel San Martín, trata sobre un ex adicto de la
calle, que había encontrado un lugar donde se sentía a gusto: un lienzo charro.
Quería rehabilitarse y aprendió a hacer acrobacias con los caballos así como
llevar a cabo la equino terapia, al final del texto no consiguió rehabilitarse
y desapareció. San Martín destacó en Demasiados
lobos andan sueltos
 por ser la única
mujer entre los cronistas de la compilación:
Cuando José Luis Valencia quiso
hacer este compilado invitó a mucha gente y no sé qué pasó, yo fui una de las
que levantó la mano y mandé mi crónica, supe de dos chicas a las que invitó y
no mandaron.  

Una
historia de esperanza dentro del caos 
Nel San Martín, en
entrevista para Agencia N22, afirmó
que su participación en Demasiados lobos
andan sueltos
llegó a ella por casualidad ya que recién empezaba a escribir
crónicas de forma seria.
“Conocí la historia del
chavo, del lienzo y me llamó la atención, por todo el contexto, el lugar donde
estaban. Fui invitada por un grupo de fotógrafos que estaban haciendo fotos de
las acrobacias con los caballos”.
Al tener su crónica
terminada, San Martín se la mostró al periodista Diego Enrique Osorno quien le
dijo que podría ser publicada en el diario Más
por Más
. Sin embargo, después de un tiempo el escritor José Luis Valencia
le comentó sobre el libro y la intención de juntar varias crónicas sueltas, es
decir “dar un discurso de periodismo infrarrealista en torno al manifiesto que
hace Diego Enrique Osorno”.

¿Qué son las Crónicas
infrarrealistas? El título evoca al movimiento poético; sin embargo, la
cronista agregó que puede ser “un poco engañoso, porque cuando recopilan bajo
este concepto está más bien pensando en el manifiesto de Osorno, quien es
seguidor de los infrarrealistas, pero tiene más que ver con el manifiesto; no a
las voces oficiales, darle voz a la gente, meterte en las historias de la gente
cotidiana que está sufriendo la violencia, la corrupción”.
«El periodismo
infrarrealista no cuenta muertos: Cuenta las historias de los muertos. El
periodismo infrarrealista sabe que no es lo mismo la retórica de guerra que la
guerra. El periodismo infrarrealista busca la versión de quienes no tienen
vocero ni oficina de comunicación social, de quienes nunca han convocado a una
conferencia de prensa», asegura Diego E. Osorno, en Gatopardo.
El
lienzo
La cronista recordó que el
proceso de escribir la historia le tomó seis meses a partir de que lo conoció
(al joven), en parte fue porque otros proyectos la ocuparon y porque buscaba
conocer su historia, “estaba muy interesada en seguirlo, en conocer qué había
pasado realmente con él, en hablar con gente cercana, los visitaba en el lienzo
hasta que desapareció pero mi intención era realmente conocerlo, saber qué onda
con él e incluso ahora lo sigo en Facebook.
Ya que muchos periodistas
están enfocados en los desaparecidos y la violencia fuera del discurso oficial,
ella quiso buscar una historia de esperanza dentro del caos.
“Decidí adentrarme, no era una realidad que me
tocaba tan de cerca por eso quise meterme. El personaje lo elegí porque me llamó
mucho la atención la historia, el mensaje de esperanza que tenía, porque en
este libro se destaca como un halo trágico de la barbarie en la que estamos
metidos, de historias de la violencia, de cosas muy fuertes”.
Destacó que la gente está
acostumbrada a guiarse por lo mediático, “por los personajes que son retratados
como héroes o como villanos, pero en ese intermedio hay mucha gente que
interviene en los procesos sociales democráticos y esa gente tiene muchísima
importancia”.
Agregó que se tiene que
voltear a ver a todos los involucrados, “romper con lo que siempre se ve,
contar algo nuevo, algo distinto, ir humanizando las historias porque en la
noticia no llegas a profundizar tanto como en este caso”.

“Los
medios cada vez se están cerrando más”

“Creo que todos estos
escritores y periodistas tienen en la cabeza que el periodismo lo hace la gente
todos los días y eso nos interesa más que lo que ya todo el mundo trajo, lo que
todo el mundo ya reportó”, aseguró la periodista.

Señaló que todos los
cronistas de la recopilación coinciden en que el papel del periodista es ser un
puente entre un suceso y el lector, “en este caso de las crónicas es ir más
allá, es escarbar es decir ‘miren, aquí abajo del puente también hay cosas’ y
contar eso”.
San Martín aseveró que los
medios cada vez se están cerrando más, la relación prensa – Estado es una
relación muy complicada y los espacios no están abiertos:
De repente parecen que se
abren pero se vuelven a cerrar, la censura está presente, no todos los medios
quieren publicar historias, muchos están casados con la noticia que es
necesaria y está muy bien, pero es un momento complicado para el periodismo.
Resaltó que el periodismo de investigación es muy
necesario
, “casos como la Casa Blanca que hizo Daniel Lizárraga y su
equipo, Tlatlaya de Pablo Ferri, son cosas que están empujando o que abren
conciencias, en mi caso me indigna, no sé qué vaya a pasar”.
Destacó que Ryszard
Kapuściński, Julio Scherer y Tom Wolfe son grandes influencias para ella, así
como periodistas que no son reconocidos. “Leo mucho a José Revueltas, me gusta
mucho José Agustín, de cronistas he estado leyendo mucho a Leila Guerriero y
Alma Guillermoprieto”.

Empecé a involucrarme con la
crónica en un proyecto que hice con unos amigos que se llama Spleen! Journal que duró
dos años y ahí me inspiraba mucho ver que había jóvenes de Ciudad Juárez, de
Veracruz, de cualquier lugar de la geografía que estaban haciendo crónicas bien
chingonas, concluyó.
Imagen:http://bit.ly/1SlCPIK
             http://bit.ly/1I0u5Iw
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