- A la mitad de la segunda década del siglo XXI la idea de lo “oaxaqueño” ha cambiado, ahora los artistas buscan nuevas plataformas y expresiones alejadas de lo folclórico
Por Huemanzin Rodríguez
Ciudad de México, México, 10/04/15, (N22).- A finales de los años 90 la
ciudad de Oaxaca gozaba de la atención de los amantes de la plástica mexicana, la
fama internacional de lo que fue Rufino Tamayo y se sumaban las presencias
activas de Francisco Toledo, Rodolfo Morales y Sergio Hernández.
ciudad de Oaxaca gozaba de la atención de los amantes de la plástica mexicana, la
fama internacional de lo que fue Rufino Tamayo y se sumaban las presencias
activas de Francisco Toledo, Rodolfo Morales y Sergio Hernández.
El escritor Andrés
Henestrosa bautizó a esa pléyade con el nombre de “La Escuela Oaxaqueña de
pintura”, que provocó muchas críticas, pero, también generó una gran cantidad
de expresiones plásticas que las imitaron frente a los ojos de los turistas y
las galerías que aprovecharon el momento.
Henestrosa bautizó a esa pléyade con el nombre de “La Escuela Oaxaqueña de
pintura”, que provocó muchas críticas, pero, también generó una gran cantidad
de expresiones plásticas que las imitaron frente a los ojos de los turistas y
las galerías que aprovecharon el momento.
En esos años la periodista
Angélica Abelleyra entrevistó a los protagonistas y publicó el libro De espejos y espejismos. A casi 15 años
de ser editado el texto, el panorama de la plástica oaxaqueña ha cambiado.
Angélica Abelleyra entrevistó a los protagonistas y publicó el libro De espejos y espejismos. A casi 15 años
de ser editado el texto, el panorama de la plástica oaxaqueña ha cambiado.
“En estos años que fue de
1998 al 2000, cuando hice la serie de entrevistas, era mucho más restringido el
universo plástico oaxaqueño, muy ceñido a todos estos clichés que conocemos: el
folclorismo del color, de la magia, del mito oaxaqueño”, recordó la periodista.
1998 al 2000, cuando hice la serie de entrevistas, era mucho más restringido el
universo plástico oaxaqueño, muy ceñido a todos estos clichés que conocemos: el
folclorismo del color, de la magia, del mito oaxaqueño”, recordó la periodista.
De esa efervescencia
desarticulada que vivió el arte contemporáneo en los años 90, quedaron pocos
artistas sólidos en el siglo XXI, ya que en opinión de Abelleyra “había poca
profesionalización, muchos cafés, muchas boutiques de arte que cerraron o
permanecen pero con poca calidad”.
desarticulada que vivió el arte contemporáneo en los años 90, quedaron pocos
artistas sólidos en el siglo XXI, ya que en opinión de Abelleyra “había poca
profesionalización, muchos cafés, muchas boutiques de arte que cerraron o
permanecen pero con poca calidad”.
Ella observó el desarrollo
de la crítica de Artes Plásticas en Oaxaca, entonces eran pocos los que la
ejercían con seriedad, y coincidía con aquellos extranjeros que hicieron de
esta parte del país, su hogar, como el poeta chileno Ludwik Zeller, el inglés
Robert Valerio o la artista estadounidense Laurie Litowitz.
de la crítica de Artes Plásticas en Oaxaca, entonces eran pocos los que la
ejercían con seriedad, y coincidía con aquellos extranjeros que hicieron de
esta parte del país, su hogar, como el poeta chileno Ludwik Zeller, el inglés
Robert Valerio o la artista estadounidense Laurie Litowitz.
A la mitad de la segunda
década del siglo XXI la idea de lo “oaxaqueño” ha cambiado, ahora los artistas
buscan nuevas plataformas y expresiones alejadas de lo folclórico:
década del siglo XXI la idea de lo “oaxaqueño” ha cambiado, ahora los artistas
buscan nuevas plataformas y expresiones alejadas de lo folclórico:
“Nos guste o no, hay nombres
que existen y que persisten, como Toledo. Que ha hecho experimentación, sea en
otras temáticas y en otros materiales. Y que él mismo se ha diversificado. Es
un autor de los que conozco que tiene menos complacencias consigo mismo”
aseguró la periodista.
que existen y que persisten, como Toledo. Que ha hecho experimentación, sea en
otras temáticas y en otros materiales. Y que él mismo se ha diversificado. Es
un autor de los que conozco que tiene menos complacencias consigo mismo”
aseguró la periodista.
Como rasgo distintivo que
encuentra Abelleyra en los artistas plásticos de Oaxaca está el trabajo
colectivo y comunitario, con Toledo y Flores a la cabeza. Desde 1990 los
artistas se han profesionalizado, y de
igual manera los coleccionistas.
encuentra Abelleyra en los artistas plásticos de Oaxaca está el trabajo
colectivo y comunitario, con Toledo y Flores a la cabeza. Desde 1990 los
artistas se han profesionalizado, y de
igual manera los coleccionistas.
La expresión plástica en
Oaxaca se debe, desde la perspectiva de Abelleyra, a muchos otros factores como
la condición turística favorable, por ejemplo,
“hay una playa relativamente cerca. Hay un personaje como Francisco
Toledo, pero también está Harp Helú. Hay una tradición artesanal, la cocina
oaxaqueña, mercados maravillosos. Todo eso abona a un ambiente cultural, que
Toledo animó durante muchos años y ojalá lo siga haciendo”.
Oaxaca se debe, desde la perspectiva de Abelleyra, a muchos otros factores como
la condición turística favorable, por ejemplo,
“hay una playa relativamente cerca. Hay un personaje como Francisco
Toledo, pero también está Harp Helú. Hay una tradición artesanal, la cocina
oaxaqueña, mercados maravillosos. Todo eso abona a un ambiente cultural, que
Toledo animó durante muchos años y ojalá lo siga haciendo”.
Para la periodista
especializada en arte, son pocos los lugares en México que podrían lograr una
identidad plástica gracias a su tradición y entorno, como las ciudades de
Zacatecas o Monterrey.
especializada en arte, son pocos los lugares en México que podrían lograr una
identidad plástica gracias a su tradición y entorno, como las ciudades de
Zacatecas o Monterrey.
Imagen:http://bit.ly/1IRrxrZ
http://bit.ly/1PtlPBH
http://bit.ly/1yj6JK4
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