Las dos caras de Elena

  • Elena
    Poniatowska: el allende en el aquende
Por Montserrat Brugada
Distrito Federal, 20/05/14, (N22).- Mi primer acercamiento como lectora con Elena Poniatowska
fue en la preparatoria, en la clase de historia de México la profesora leyó
fragmentos del libro La noche de
Tlatelolco
, los relatos fueron tan impactantes, tan detallados, al saber
que eran voces de las víctimas sobrevivientes de un gran crimen político, podía
ver y sentir como si lo estuviera viviendo, me sentí identificada.
Después de esa clase, mi interés por saber más del
movimiento del 68’ me llevó a querer seguir leyendo su libro. Al concluirlo, no
sólo había cambiado mi forma de ver los movimientos sociales, sino mi
concepción del país y su régimen gubernamental.
Luego, supe que lo que había leído era una crónica, un
ejercicio periodístico, y que esa forma de exponer los testimonios representaba
una innovación en el ámbito del periodismo mexicano, y que su autora era muy
reconocida. Para mí, Elena Poniatowska, desde ese momento, representó una
persona valiente, al dejar un testimonio de esa atroz noche y que muchos
quisieron desmentir, ocultar y olvidar.

¿Quién es Elena
Poniatowska?

Hablar de Elena, es hablar de sus diferentes facetas a lo
largo de su trayectoria como periodista y escritora. Poniatowska, la princesa
polaca (llamada así por ser la descendiente del último rey de Polonia, Stanislas
Augusto Poniatowski y del Mariscal de Francia, el príncipe Josef Ciolek
Poniatowski) nacida en París en 1932, emigró a México a los 10 años junto con
su mamá y su hermana Kitzia quienes huían de una Europa devastada por la
Segunda Guerra Mundial.
Mencionar su nombre en México es referirse a una de las
escritoras que gozan de mayor atención entre lectores y la crítica, ya sea por
su militancia política o por su constante lucha contra las desigualdades e
injusticias que existen en el país.
Poniatowska comenzó su educación en Francia, donde su
abuelo le dio sus primeras clases de francés y matemáticas. Al llegar a México
continuó sus estudios de primaria en el Windsor School. Concluyó su educación
formal en el Convento del Sagrado Corazón de Eden Hall en Torresdale, cerca de
Filadelfia. Aunque sus profesores le aconsejaron que continuara sus estudios en
Manhattanville College, debido a una devaluación económica en México, sus
padres no pudieron financiar su educación universitaria y Elena regresó a este
país.

Sus primeros
pasos en el periodismo.

En 1954 comenzó su carrera periodística: trabajó primero
en el periódico Excélsior, y al año
siguiente comenzó su colaboración en el periódico Novedades, que continuaría prácticamente durante toda su vida. Actualmente
escribe para el periódico La Jornada.
“El universo narrativo de Elena Poniatowska es
fundamentalmente periodístico, ella se ha movido muy bien en ese medio, en ese
ámbito. Tiene una larga experiencia como cronista, como reportera, sobre todo
como entrevistadora, y ha terminado haciendo interesantes libros basados en
testimonios en historias, que ella ha conocido, que le han platicado o que ella
misma ha investigado a través de entrevistas, y los resultados ahí los tenemos,
una gran cantidad de libros exitosos que suelen gustar al público mexicano.”
René Avilés Favila escritor, periodista y académico de la Universidad Autónoma
Metropolitana.
El gran acierto de Elena Poniatowska tiene que ver con
que ella construyó su propio estilo narrativo. Cuando ella empezó a trabajar como
periodista no había en México muchas voces femeninas que estuvieran trabajando
el tema de las crónicas y las entrevistas como ella las planteó.
Poniatowska ha sabido calibrar los diferentes momentos de
cambio en nuestro país, ha estado en el lugar y momento precisos para
registrarlos en papel y palabras, buscando constantemente temas y formas para
retratar el México que se vive.
“Lo que hace la obra de Poniatowska, junto con la de Carlos Monsiváis,
es expandir lo que constituye la ‘literatura’ en México. Lo hace en su
incorporación de voces marginalizadas, en sus recursos periodísticos, en su
trabajo con el género cronístico.” Ignacio M. Sánchez Prado, investigador de la
Universidad Washington en Saint
Louis.

Mujer que navega con bandera de inocente, tierna, se deja
querer y por ello, algunos la ven como su “abuelita”, sabe llegarle a su
entrevistado, se gana su confianza para que le confiesen hasta lo que no.
Comprometida con la verdad, no se detiene ante nada, incluso si para
encontrarla debe rastrear debajo de las piedras o debajo de las consciencias.
Poniatowska también se ha encargado de describir los
acontecimientos que han marcado profundamente a México como nación y muestra
excepcional de esto es La noche de
Tlatelolco (1971)
, crónica colectiva del enfrentamiento entre estudiantes y
soldados, constituida por un collage de voces que sirven al mismo tiempo de
forma y contenido. Hasta no verte Jesús
mío
, novela realista, es también testimonio, el de una mujer rezongona y
admirable que luchó en la Revolución mexicana.

La noche de Tlatelolco y hay gente que critica ese libro y Elena supo hacer esta gran crónica coral en la que todos los involucrados hablan entorno a un movimiento fundamental social para el México contemporáneo.
“Además lo que tiene Elena es una filiación, una comunión con el lector, que el lector no queda endeble a la literatura de Elena, hay mucho sentimiento, desparpajo, la gente siente muy cercana la literatura de Elena cuando la lee, y eso sin duda es fundamental para que una obra sea leída y sea importante en la crítica mexicana. A mí me parece que es una de las obras fundamentales, tanto en el periodismo, en la crónica, en la novela.” Sergio Téllez-Pon, ensayista.

Una literatura
militante

Odiada y amada al mismo tiempo, “La Poni” como algunos le
dicen de cariño, ha generado siempre polémica, críticas y opiniones a su
alrededor, por su militancia política de izquierda, por su crítica a los
poderes fácticos, por ser la defensora de los oprimidos y expresar su opinión
sin rodeos.

Esto es lo que la hace odiada, porque no guarda las
formas, porque rompe con ciertos protocolos, por su manera de hablar, la manera
en cómo se conduce. Es estar como afuera de un comportamiento establecido en la
élite cultural y ella va en contra de todo eso y eso es lo que fascina y lo que
atrae de una mujer como ella.” Jacaranda Correa, documentalista.

Si bien Poniatowska ha disfrutado de un enorme éxito como
periodista y escritora, siempre se ha sentido un poco abandonada por los
círculos literarios. Como periodista, anduvo tras la noticia y por estar
reporteando día y noche, nunca tuvo tiempo de participar en la sociedad
literaria del momento. Además, desde muy joven empezó a creer que había que
hacer libros útiles, libros para la sociedad, y sobre esto Carlos Fuentes dijo:
“Mira la pobrecita de la Poni, ya se va en su vochito a entrevistar al director
del rastro”. Por lo visto, el precio de las cebollas y los jitomates, los
desalojos y las invasiones de tierra, resultaron para ella mucho más
importantes que los estados de ánimo o las vanguardias literarias del momento.
Quizá por eso un día la autora declaró que algunos escritores la consideran “la
cocinera, la barrendera, la criada que está limpiando los excusados de la gran
casa de la literatura”.

La sancho panza
de los pobres

Elena Poniatowska, recientemente galardonada con el
Premio Cervantes de Literatura, ha desatado una serie de opiniones tanto
positivas como negativas, pues algunos se preguntan ¿será merecedora de dicho
premio?
Según el jurado del Cervantes, es “una brillante
trayectoria literaria en diversos géneros, de manera particular en la narrativa
y en su dedicación ejemplar al periodismo. Su obra destaca por su firme
compromiso con la historia contemporánea. Autora de obras emblemáticas que
describen el siglo XX desde una proyección internacional e integradora. Elena
Poniatowska constituye una de las voces más poderosas de la literatura en
español de estos días”.
Por otra parte, el Rey Juan Carlos mencionó que la
Humanidad es el centro de gravedad de la obra de la escritora mexicana. “La
necesidad de poner voz a los desfavorecidos, de poner en evidencia las
contradicciones del progreso, de denunciar la discriminación social y toda
clase de injusticias”.
“Un premio como este debe reconocer tanto aquellos que
trabajan excepcionalmente dentro de los parámetros establecidos en la estética
literaria (el caso, por ejemplo, de Sergio Pitol) y aquellos que rompen con las
expectativas de la estética literaria, con ello amplían la literatura, que es
lo que hace Poniatowska.” Ignacio M. Sánchez Prado, investigador de la
Universidad Washington en Saint
Louis.

El otorgamiento del premio tal vez tenga un peso más
ideológico que literario, por ser mujer, por su militancia política, por defender
a las mujeres, a los indígenas, darle voz a los que no la tienen. Sí, se le
reconoce que ha creado muchos lectores, que ha plasmado en crónicas y novelas acontecimientos
de México e historias basadas en gente real. Ella tiene la tendencia al
periodismo y no tanto a la imaginación.
La escritora cuenta con un total de 41 obras, en
las que se encuentran Lilus Kikus (1954),  la cual fue su título inaugural, escrita bajo la tutela de J. J. Arreola. En 1963, con ilustraciones
de Alberto Beltrán, publicó Todo empezó el domingo, reunión de
relatos-crónicas acerca de la vida dominical de los habitantes de la ciudad. Hasta
no verte Jesús mío
de 1969 es el divertido relato costumbrista de las
peripecias de una empleada doméstica.

En Querido Diego, te abraza Quiela de 1978, recrea
la relación entre los pintores Diego Rivera y Angelina Beloff. De noche
vienes
(1979) es una amena fábula sobre una mujer polígama. Con Tinísima
(1992) rindió homenaje a la fotógrafa de origen italiano Tina Modotti. También
dedicó ensayos a Gabriel Figueroa, Juan Soriano y Octavio Paz.

Su obra traslada un carácter activo, que incita al cambio
e invita a una toma de conciencia sobre los desposeídos, los niños de la calle
y las mujeres, entre múltiples y significativos grupos humanos de la realidad
contemporánea mexicana. Con La piel
del cielo
(2001) obtuvo en España el premio Alfaguara de Novela. En 2005 se
publicó El tren pasa primero; que tiene como protagonista a un líder
sindical ferroviario, y con la que se hizo merecedora del XV Premio
Internacional Rómulo Gallegos (2007). En 2011, la escritora obtuvo el premio
Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral por su novela Leonora,
sobre la vida de la pintora Leonora Carrington. Y el más reciente, en 2013,
publicó El universo o nada. Biografía del
estrellero Guillermo Haro,
quien fue su esposo durante 20 años; relata la
vida y obra del astrofísico.


La intelectual
Reconocida, prestigiada, respetada y galardonada con
todos los premios habidos y por haber, Elena Poniatowska ha construido su
propio personaje que tiene un gran peso en la opinión pública del país.
“La gran literatura no se hace así, uno puede odiar al
escritor y ser un escritor magnífico. El autor debe importarnos muy poco y lo
que tiene que contar es la obra que escribió. A muchos no les gusta Borges, les
puede ser antipático pero el señor hizo una revolución literaria en castellano,
y así se puede llenar uno de ejemplos.” René Avilés Favila escritor, periodista
y académico de la Universidad Autónoma Metropolitana.
En medio siglo, es una de las escritoras mexicanas más
influyentes del país, en 2006 dejó muy claro el compromiso que tiene con Andrés
Manuel López Obrador, lo ha defendido, lo ha seguido, ha grabado propaganda
televisiva a su favor y todo eso le ha valido para tener ciertas críticas en su
contra.

«Pese a lo que diga la gente Elena es congruente,
con lo que dice, con la manera en cómo vive y lo que expresa públicamente, creo
que es congruente y más allá de cómo la juzgan diciendo que si vive en
Chimalistac, que si es una mujer burguesa, ya sabes todo este tipo de cosas que
se han construido en torno a su persona, pero yo creo que es congruente yo la
veo cómo vive, cómo es en el día a día y me parece que uno de los valores que
tiene que ver con esa congruencia, en vivir como lo expresa públicamente.” Jacaranda
Correa, documentalista.
Periodista de principio a fin, mujer de buenas
intenciones, lo suyo son las vidas de los artistas, darle a la gente sin voz ese
espacio para expresar lo que sienten y que sabe plasmarlo en reportajes,
entrevistas o crónicas más largas de lo que caben en un periódico.
Ha aportado a la crónica moderna, jóvenes y adultos la
siguen por su manera de pensar y expresarse, así como otros la odian por las
mismas razones. El gremio literario, tal vez no la reconozca como escritora
pero dio a conocer de viva voz, los problemas que en su momento vivieron las
personas de este país.
“Ser escritor en México puede interpretarse como ser partícipe
de una forma de concebir la literatura más atada a ciertos géneros, ciertas
comprensiones de la estética y ciertas prácticas culturales. Es por esta razón
también que muchos no consideran que Poniatowska sea una buena escritora. Ella
opera en un espacio que conecta con el campo literario mexicano, pero que
también lo excede desde muchos ángulos.” Ignacio M. Sánchez Prado, investigador
de la Universidad Washington en Saint Louis.

Actualmente Elena Poniatowska se encuentra escribiendo
varias novelas, una sobre la vida de Lupe Marín, la segunda esposa de Diego
Rivera y también está escribiendo una historia de su familia Los Poniatowski.
Además se encuentra grabando un documental que lleva por nombre El viaje dirigido por Jacaranda Correa.
El documental quiere mostrar una exploración íntima, conocer a fondo a una
Elena lejos de los reflectores, de su vida pública, a partir de preguntas como
la vejez, la soledad y la muerte a la que tarde o temprano todos vamos a conocer.

«El deber de un intelectual es escribir lo mejor que
pueda y hacer su tarea lo mejor que pueda y adquirir un compromiso con lo que se ha
propuesto.»
                                                                                                                Elena
Poniatowska

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