La fiestota de Marvin

Para la presentación de Daniel Johnston el público había enloquecido y se marcó el parteaguas del festival. El Covadonga simplemente no podía recibir a más gente
Por Nuria Ocaña 
Ciudad de México, México, 19/05/14, (N22).- El Caradura abarrotado con
la presentación de Enjambre auguraba
la buena tarde del festival. Por su lado, en el salón Covadonga, AJ Dávila con
su banda Terror Amor dejó un buen
sabor de boca y la presencia del grupo puertoriqueño superó las expectativas de
la audiencia. Así, las primeras bandas cumplieron su cometido, dejando al público
con ganas de más.
Fallas técnicas hicieron que
Mexican Dubwiser retrasara por un
largo, largo tiempo el inicio de su presentación. Finalmente, Marcelo Tijerina
saldó la deuda con el público por el tiempo de espera y con una mezcla de
culturas musicales guiadas por una consola, la cantina del Covadonga empezó su
propia fiesta.
Como si se tratará de una
comunidad especial en las calles de la Roma y la Condesa se distinguía la gente
del festival; con pulseras amarillas, rosas, naranjas (dependiendo de las
condiciones de acceso) caminaban de un modo más confiado e intercambiaban
opiniones sobre el siguiente venue  en donde la fiesta se “iba a poner buena”.
Si bien la mayoría de la
gente encontró gratas sorpresas sobre el escenario, cada banda acarreaba  con sus propios grupies. Mientras se esperaba la presentación de algún grupo, se
escuchaba cuánto tiempo habían esperado para verlos y el título de las canciones
que no podían faltar en la presentación.
RafiEl
amenizó
suavemente la tarde con su rap hippie, la terraza del Tara creó el ambiente
perfecto para tomar un respiro e intercambiar impresiones con un par de mojitos
en la mano. Más tarde en el Pata Negra, Phèdre
se encargó hacer la atmósfera psicodélica y con un vestuario de corte
galáctico, su electro pop puso a la gente a bailar.
Daniela
Spalla
y Tino el pingüino
se vieron obligados a acortar el tiempo de su show. Para la presentación de Daniel Johnston el público había
enloquecido y se marcó el parteaguas del festival. El Covadonga simplemente no
podía recibir a más gente. “My Life Is Starting Over Again”
tenía a todo el público al unísono como intérprete.
Durante el
show, Johnston olvidó el programa de su presentación (a pesar de cargar
una carpeta con él), olvidó la letra de las canciones y olvidó que músicos de Son Jarocho se le unirían más tarde, pero para el público nada de eso
importó.
Danny
Brown
trajo su momento a los raperos con “Kush Coma” yBlunt after Blunt”. Para el cierre de la noche, The growlers a cargo, quienes con su beach goth (género que autodenominó el
grupo) regalaron al público el encore
de “Tijuana” y “Tell it how it is”, logrando el final perfecto.

14MAG 

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