¿Qué hubiera sido si Ibargüengoitia llegara aquí?

  • Lo que pasa es que Ibargüengoitia como Chesterton y como otros escritores ingleses, tenían un alma de mordacidad y sarcasmo que demuestra que el buen humor es el que te hace pensar 

Por Huemanzin Rodríguez
@huemanzin

CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22).- 
«Estamos en la Facultad de Filosofía y Letras en Valenciana, un ex convento de teatinos que nunca se usó de convento, es como los siete sabios de Grecia que no eran siete y no eran sabios, decía Ibargüengoitia», comentó Luis Palaciaos, profesor de la Faculta de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato.
Hace 61 años fue fundada en Valenciana la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato. Entre los profesores que construyeron el cuerpo académico estuvieron Luis Rius, Luis Villoro, Henrique González Cassanova (sic), Edmundo O’Gorman, Leopoldo Zea y Samuel Ramos, entre otros. Y por aquí, quiso enseñar Jorge Ibargüengoitia.
Durante la ponencia el escritor Jorge F. Hernández, adentrado en la obra del guanajuatense, comentó, «estar aquí es importante porque Ibargüengoitia aquí dio clases, la Facultad de Filosofía y letras es la segunda facultad de la república, la primera fue la de la UNAM, y antes de estar aquí, estuvo instalada una escuela de verano donde Ibargüengoitia dio clases, entonces es muy emocionante estar en los lugares, en la escenografía y con los personajes que él convirtió en tinta, pero son personas de carne y hueso».
Ibargüengoitia estuvo ligado. De alguna manera, a la docencia y con grandes amigos como Margarita Villaseñor que fue egresada nuestra, de esta facultad. Y fue muy amigo de Ibargüengoitia que lo invitó a vivir en su casa en la Presa, que fue la casa en donde nació Ibargüengoitia en Guanajuato, cuando él regresa en los 50 esa casa no era de ellos, era de la familia Villaseñor pero regresó a vivir ahí, a tener el mar de la presa, como decía él y Margarita, para tener enfrente el testimonio de sus años juveniles y sus recuerdos que plasmó en “Estas ruinas que ves”, agregó el académico.
Pero Ibargüengoitia deseaba trabajar de manera más cercana con la Universidad, en 1958 ofreció sus servicios a la unidad de Valenciana. 
Encontramos un documento impresionante que es un carta de Ibargüengoitia que le solicita a la directora en turno, Matilde Rangel, trabajo en la facultad, dice soy dramaturgo, estas son mis obras, las redacta, no menciona ninguna novela porque en ese momento no tiene ninguna novela, explicó Palacios.
El documento dice: “…me interesa trabajar en la universidad de ustedes, porque me ofrece mayores alicientes que cualquier empleo de los que tengo en perspectivas; me interesaría trabajar con Ruelas en la dirección o en cualquier otra ocupación que hubiera en la escuela de teatro…”
«Estamos hablando de los años 50, los primeros años del teatro universitario, de los entremeses. Como seguramente no hubo dinero, no hay carta de respuesta, no la localizamos, obviamente nunca llegó Ibargüengoitia aquí. ¿Qué hubiera sido si Ibargüengoitia llegara aquí? No había escrito novelas todavía, ¿se hubiera asociado con Ruelas en el teatro y a lo mejor los entremeses hubieran sido otra cosa, a lo mejor la vida de Ibargüengoitia hubiera sido otra cosa», concluyo Palacios.
Pero no fue así, Ibargüengoitia tuvo que seguir su camino que lo llevo a escribir su novela “Estas ruinas que ves”, que por su mordacidad, no fue bien recibida en el Guanajuato de entonces. 
Entretanto Jorge F. añadió «lo que pasa es que Ibargüengoitia como Chesterton y como otros escritores ingleses, tenían un alma de mordacidad y sarcasmo que demuestra que el buen humor es el que te hace pensar y es el que te distingue de ser un chistosito. Los que hemos querido imitarlo caemos en el error de ser chistositos, yo lo que quisiera, ojalá y poder elevar un párrafo a la altura del humor que te hace pensar y que también te hace quejarte, qu         e es propiamente la personalidad de Jorge y que fue la personalidad de Chesterton».
A la distancia, la vitalidad de la obra de Ibargüengoitia ha permitido que en Guanajuato, no sólo se valore, también se celebre al autor de la “ley de Herodes” a 85 años de su nacimiento y 30 de su muerte. 
Imagen:http://bit.ly/1exlFG7
             http://bit.ly/16ljWOR
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