América Latina tiene futuro promisorio, si supera la impunidad: Daniel Viglietti

  • Yo estoy preparando un disco que va a salir el año que viene que se va a llamar “Canciones humanas”, parafraseando a César Vallejo, el gran poeta peruano que escribió aquél libro maravilloso “Poemas humanos”

Por Huemanzin Rodríguez
@huemanzin

Ciudad de México, México, 08/10/13, (N22).- “40 años, los
mismos sueños” fue el nombre del concierto celebrado la noche del 30 de
septiembre en el Auditorio Nacional, en memoria de las muertes de Salvador
Allende, Víctor Jara y Pablo Neruda en el desconcertante marco del golpe de
estado de Augusto Pinochet en aquél Chile de las utopías. En este concierto
participaron Inti Illimani, Quilapayú, Los Folcloristas y el cantante uruguayo
Daniel Viglietti, quien en unos días estará en Guanajuato.
“Este viaje
que se origina en mi participación en el Festival Internacional Cervantino,
donde nunca había estado presente, es un hecho muy interesante; también ha
derivado a que me invitaran estando en México, a este acto de anoche en que se
homenajeo a vario poetas: Un poeta de la acción y la dignidad, el compañero
presidente Salvador Allende; un poeta de la canción que fue el querido e
inolvidable compañero Víctor Jara, asesinado por la dictadura de Pinochet; y un
poeta de la poesía propiamente dicha que es Pablo Neruda. Es una conjunción de
valores de un Chile que para mí ha sido muy entrañable. Y además una
coincidencia muy particular es que, la primera vez que yo vine a México fue en
1974, y fue a propósito de que Beatriz Allende, hija del presidente Allende, me
invitara a participar en mi
canto en actos de denuncia contra la dictadura que se hicieron en este México
que ha sabido ser tan solidario, no solamente con la causa chilena, sino con la
de mi identidad primigenia, yo me siento nuestro americano y me siento de
muchos países, pero me siento de nacimiento uruguayo.El pueblo
mexicano fue muy generoso siempre con todos nuestros exilios”,
comentó Daniel
Viglietti.
¿Cómo ve hoy a América Latina?
La veo con
cambios muy interesantes, promisorios, hemos salido adelante, en términos
generales porque somos muchos países y cada uno tiene sus propios ritmos
históricos, con matices importantes: Haití, Honduras y toda esa trampa que ha
ocurrido, Paraguay que vuelve a una etapa no deseada por muchos de nosotros… Me
refiero a lo promisorio e interesante en cuanto a otros mapas políticos, podría
empezar con el de mi país, con un segundo gobierno progresista, donde aún
tenemos dificultades, hay que superar la impunidad, siguen circulando libres
los notorios torturadores represores que son muchos, contra un puñado que está
detenido. Hay mucho que hacer contra la impunidad. Pero son situaciones
diferentes a los gobiernos anteriores, reaccionarios, conservadores como
ocurría en otros países como Venezuela, Ecuador y Bolivia. Por ejemplo la presidencia
de Bolivia es todo un símbolo, Brasil la presidenta en una exguerrillera como
en Uruguay lo es un exguerrillero. Los Kirshner en la Argentina que tanto han
hecho por los derechos humanos. Chile…es una situación compleja, bueno, se
avecinan tiempos de cambio también.
¿Cuál es su vínculo con Chile?
Con Chile he
tenido una relación muy entrañable, desde Violeta Parra cuando la conocí en
1965 en mi primer viaje, cuando estuve en la Peña de sus hijos Isabel y Ángel a
cantores como Víctor Jara, otro talentoso poeta y músico Patricio Manns, un
entrañable cantor fino e irónico que ahora está mal de salud, mi querido amigo
Gonzalo “Payo” Grondona, el Gitano Rodríguez, Rolando Alarcón… Los nombres se
suman pero puedo tener algún olvido, pero ha habido siempre una intensa
relación con la música y la canción chilena
. Vi nacer a grupos como Inti
Illimani, Quilapayún, reencuentro a otros como Santiago Nuevo Extremo… Hay una
relación fraterna, mis canciones fueron cantadas en Chile por Víctor Jara
“Dealambrar” y “Cruz de luz” para el cura colombiano y guerrillero Camilo
Torres; y también fueron cantadas por los Parra. Son nombres simbólicos pero
hay una masa sin un nombre público que he conocido que siempre ha sido muy
fraterna.
¿Y su relación con México?

Y con México
también hay un vínculo hermano, cuando escucho México lo primero que me viene a
la cabeza es Zapata, eso es siempre lo primero. Pero también hay grandes
artistas como Judith Reyes o Los Folcloristas, soy muy amigo de uno de sus
fundadores, Rubén Ortiz quien  está por
cumplir 80 jóvenes años, en fin, tengo tantas relaciones como dicen ustedes
“carnales” con México, entre ellas mi compañera, Lourdes que es mexicana,
psicoanalista que hace muchos años trabaja en Uruguay. Así es mi relación con
este país.
Hay Historias, una esa que escriben los políticos de
manera unilateral. Pero hay otras historias escritas por la gente que nos dan
otra realidad. Entre ellas el canto, y en América Latina ese “canto nuevo”
<que no tiene nada de nuevo> nos cuenta otra Historia.
Son nombres
circunstanciales, como la “Nueva Novela”, “Cinema novo” en Brasil, son palabras
clasificatorias pero lo importante es la densidad y el valor de la creación, y
en ese sentido la música latinoamericana donde hay brillo, hay cosas menos
brillantes, también hay tanta mediocridad, pero pensemos en lo positivo de la
música y la canción latinoamericana de consciencia. Uno no sabe qué término
aplicar, se le ha llamado de protesta, era un tema como de enojo que no
abarcaba otro sentimientos de nuestra canciones donde también hay amor,
ternura, cariño, humanidad <Yo estoy preparando un disco que va a salir el
año que viene que se va a llamar “Canciones humanas”, parafraseando a César
Vallejo, el gran poeta peruano que escribió aquél libro maravilloso “Poemas
humanos”>
.
Todo eso, yo
pienso que va generando sensibilidad, consciencia teniendo claro, que ni una
canción o poema, como alguna vez dijo un poeta, cambia, hace una revolución.
Pero si contribuye a sensibilizar, a ayudar en el manejo de las ideas, a
encontrarse con nuevas generaciones que traen lo suyo.
¿Qué piensa de las músicas actuales de
América Latina?
Hay muchos
músicos con propuestas nuevas, hay raperos que me interesan mucho, se me
escapan los nombres… el género del rap es muy interesante, es una suerte de
payada, como diríamos en el sur, es muy creativo. Yo tengo confianza en la
evolución de la especie musical que a pesar de los Auschwitz, los Hiroshima,
los Afganistán y los vencedores Vietnam, que a pesar de esas tragedias, a pesar
de los pesares la especie humana busca ser un mundo digno como Cuba, que nos es
perfecta, tiene imperfecciones pero ha sido un ejemplo para América Latina como
lo fue el primer período, el naciente, del sandinismo.
Y como el gran ejemplo
de la Revolución Mexicana en su origen, ha sido un faro para todos nosotros.
                                                                                                            
Canciones como su “Desalambrar” o “Te recuerdo
Amanda” de Jara, ahora sin símbolos de AL, nos describen un espacio tiempo, son
una especie de memoria.
Por supuesto,
soy muy cauto en el elogio del género porque soy parte del género. Pero, por
supuesto que creo en lo que hago, pero ¿por qué?… Yo siempre digo que a
veces, la canción es como un pajarito que se posa en el hombro y le habla a uno
al oído. Y alguna vez hizo eso una canción de Atahualpa Yupanqui, y eso me
sensibilizó siendo yo un niño.
¿Qué canción?
“Duerme
negrito”, una canción anónima del Caribe, yo fui uno de los primeros que la
grabó y no por casualidad, sino porque me sensibilizó muy tempranamente. Me
emociona esa mezcla de denunciar algo injusto pero también con ternura y
humanidad. La posibilidad de poder hacer sentir amor, protesta, esperanza,
cariño, humanidad, ternura, miedo, coraje, ¡todo!… Ése es un poco el arcoíris
que debe generar una canción.
¿Qué tiene planeado para el concierto del Festival
Cervantino?
Yo no soy muy
planificador del programa pero ahora por cuestiones técnicas he hecho una
selección que de pronto tendrá una mínima alteración porque uno es un ser vivo
no cronometrado. Voy a tocar canciones conocidas y algunas más nuevas, algún
tema de Jara, Parra o Yupanqui. Me gustaría tocar a Chico Buarque pero a él lo
toco con mi banda, en ese formato, ahora yo vengo como solista, que es mi
trabajo más habitual, el mismo que hice anoche. Y que haré también en Ciudad
Nezahualcóyotl, en el centro, el sábado en la tarde. Les paso el omento para
que se enteren.
En el escenario Daniel, al cantar “abre” el cuerpo,
¿qué es lo entra?
Hay una
canción que, no voy a cantar en esta gira por razones de programación, por cómo
viene todo, que se llama “Cuántos, quiénes” y dice: Cuántos seres han cruzado
por mi cuerpo como flechas, como flechas cuántos se han quedado a vivir en la
casa roja de mi corazón… Entonces la casa roja de mi corazón, como metáfora, se
nutre mucho de este encuentro en México, que es un encuentro trifocal, en el
sentido de que está implícito Chile, está implícito México y está implícito
Uruguay.
Yo inventé una palabra, creo que la inventé porque no la he escuchado
antes, que es Nuestro Americano, a partir de la expresión de José Martí en su
trabajo “Nuestra América” me pareció que era una definición. Bueno, me siento
Nuestro Americano aquí, en México, una vez más.
“Dale la mano al indio, dale que te hará bien” ¿Por
fin lo hemos hecho?
Yo creo que ha
pasado exactamente al revés, el indio nos ha dado la mano. Eso es importante,
nosotros seguimos proponiendo una actitud para las izquierdas
latinoamericanas  que a veces han estado
al borde de un racismo inconsciente. Basta recordar una película de un gran
realizador boliviano que se llama Jorge Sanjinés, con una película él denuncia
de manera notable cómo las izquierdas han podido a llegar a ser,
inconscientemente, racistas. Y cómo situaciones como las Bolivia con evo
Morales, situaciones como Ecuador, generan algo inverso: son los pueblos
originarios los que nos han dado la mano; como lo ha sido en su peripecia
cambiante el zapatismo aquí en México. Son manos que nos abrazan y tenemos que
decir gracias, corresponder.
Usted habla de una América mejor que antaño, salvo
Colombia y México en América Latina ya ha habido gobiernos de izquierda, al
tiempo que, en Europa, ocurre lo mismo pero con la derecha. ¿Qué piensa de
estos procesos históricos?
El Che tenía
una frase: Con el imperialismo no se puede confiar ni un poquito así… Se podría
ampliar la expresión, si el Che me lo permite: En el poder no se puede confiar
ni un poquito así. Yo creo que el riesgo que corremos los cantores es que la
historia corre a la velocidad de una canción de tres minutos. Es un precipicio
creer eso, yo nunca lo creí. Es cierto, en los años 60 y 70 sentimos estar
cerca de una posibilidad de cambio… el intento de escarmiento fue brutal, no
fue casual ese horror, esa tortura, ese castigo que se dio en tantos mapas.
Cuando yo venía a México en 1974 leía en la portada del periódico ¿Excélsior?,
titulares en apoyo a Allende, ya en las páginas leía sobre la matanza de
indígenas, de huelguistas, campesinos aquí en México; era como leer un doble
discurso muy complejo.
Hay que pasar por encima de eso y aprender de lo
positivo que América Latina ha logrado y hemos mencionado, sin vértigo, sin
velocidad, pero tampoco con la apatía que durante un tiempo tuvo la izquierda
del pasado, de no hacer nada y creer de manera absoluta en la “democradura”.
Hay que luchar, trabajar, en mi caso, seguir cantando.

La entrevista finaliza, mientras le quitamos el
micrófono a este hombre gentil nacido en Montevideo en 1939, el contra luz
suave que entra en el primer piso del Centro cultural El Juglar en la colonia
Guadalupe Inn, resalta su cabello cano oculto por una gorra del mismo color
azul cielo de su suéter de cuello redondo, que permite ver una camisa azul aún
más clara. En ciertos ángulos su rostro arrugado recuerda a Leonard Cohen,
entonces Daniel me dice por quién se canta…

Hemos hablado
de seres que importan, hemos hablado de lo bueno, de los horrores, de todo.
Todo eso me impulsa a cantar. Eso no significa que la creación sea fácil. La
fertilidad no es un hechos instalado, a mí me da mucho trabajo componer. Cuando
me encontraba con Mario Benedetti, en un desayuno, en la mañana, él me decía:
“Escribí un poemita esta mañana”
. Él se levantaba siempre muy temprano y yo no
siempre tenía una cancioncita cada mañana, no era tan prolífico como Mario. Da
trabajo pero me gusta, como gozo el trabajo en radio y en tv, aquí he hecho
algo con TV UNAM. Hay muchos caminos de expresión, el instrumento cambia, a
veces no es la guitarra pero siempre está la palabra y los encuentros; y a
propósito, como estoy en México hay alguien en quien pienso y aprovecho esta
conversación para mandarle un fuerte abrazo, al poeta Juan Gelman… Hasta
pronto.

Daniel
Viglietti se presentará el sábado 5 de octubre en el centro de Ciudad
Nezahualcóyotl. Y el domingo 13 al medio día, en la Ex Hacienda San Gabriel de
Barreda de Guanajuato, como parte de la delegación uruguaya que participa en el
Festival Internacional Cervantino como país invitado de honor. 

Imagen:http://bit.ly/1b8bNAC
            http://bit.ly/19xpyvg
            http://bit.ly/1bVHU7x
            http://bit.ly/15TDC1m

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