Neblina periodística para tratar casos de extorsión

  • Marco Lara Klahr escribió un reportaje con voces de víctimas y victimarios para ejemplificar las cadenas «extorsivas» en la sociedad mexicana

Por
Alizbeth Mercado

(@alizbeat)

CIUDAD DE MÉXICO, México, 20/02/13, (N22).- “Es un delito
bastante invisible, difícil de rastrear, la gente habla poco y nunca ocurre en
estado puro. La extorsión está asociada a la tortura psicológica, las amenazas
cumplidas, el secuestro, daños patrimoniales, el suicidio; es un tema
periodísticamente complejo, no puedes verlo de manera caprichosa, ni  adaptar la realidad a tu  visión; debes encontrar la lógica extorsiva”,
explicó Marco Lara Klahr  respecto al libro Extorsión y otros círculos del infierno (Random House, 2013).

Lara
Klahr realizó un reportaje en 26 estados y tres países. El texto se  formó con historias de vida que van desde empresarios en Michoacán, hasta  policías extorsionadores y  miembros de bandas criminales. Es decir, hay
voces de víctimas y victimarios, “todo para mostrar las cadenas y
naturalización de la extorsión”, agregó.

Trasfondo cultural y legalidad precaria

Para
el periodista “la hipótesis es que en México hay ciertos aspectos de las relaciones sociales que son
extorsivas”.

Puntualizó
que estas relaciones suceden porque en todos los contextos sociales hay
fenómenos  delincuenciales que tienden a
la exacción de actores más vulnerables, eso se exacerba cuando el estado no
está funcionando en su acepción democrática, “hay una altísima rentabilidad
para violar la ley”.

Para
enfrentar la extorsión se encuentra el Estado o la propia comunidad, sin
embargo, Lara añadió que  “cuando la noción
de comunidad se rompe y el Estado solo sirve 
para reprimir o es cooptado por servidores corruptos o  crimen organizado, el asunto es  explosivo, eso pasa en México”.

El problema de la extorsión tiene un
trasfondo: una cultura de legalidad  precaria, que se agudizó en los últimos
regímenes, “que fueron sumamente laxos para castigar la corrupción y tiene que
ver con el tema de la crisis del presidencialismo, lo que hizo el colapso del
presidencialismo fue empoderar a “reyezuelos” y ahora hay “virreyes”, que son
los jefes de zona militar, ellos a través acaban siendo grandes reguladores de
los mercados informales, donde entra la extorsión”, dijo.

«Violar la ley en México es muy rentable»


Otra
hipótesis que presenta el libro es presentar las  “economías de escala criminal”.  La economía de escala se refiere a comenzar otra
posibilidad de negociar sobre una estructura que ya funciona.  Los grupos criminales no sólo mueven drogas,
también trafican armas, personas, introducen  precursores químicos, entre otros. El libro
muestra el caso de Los Caballeros Templarios y cómo  realizan estas acciones. “La estructura
logística para hacer funcionar el negocio de las drogas ha ido funcionando para
el tráfico de personas, de armas, lavando de dinero y ahora la extorsión”.

Desde
el gobierno de Felipe Calderón, la extorsión creció de forma descontrolada, los grupos de traficantes la usan para obtener liquidez. Por ejemplo si llega el ejercito a Michoacán
eso detiene temporalmente el tráfico de drogas y entonces comienza la extorsión.

El
tema de la naturalización de las relaciones sociales extorsivas, para  Lara funciona de la siguiente forma: es muy frecuente
que en casos de extorsión el  círculo
primario de la persona extorsionada es  el que la señala, el que ponga a esa persona
sobre la ruta de una organización que extorsiona. Hay casos donde fue tu primo,
el señor que trabajaba en  tu negocio, el
inquilino al que retabas o un vecino. Eso habla de cómo la articulación
comunitaria está muy desmembrada, no hay delimitaciones de ética ciudadana,
tiene que ver con la rentabilidad , violar la ley en México es muy rentable.

Pequeñas dosis extorsivas

Según la encuesta Encuesta Nacional  de Victimización y Percepción sobre Seguridad
Nacional 2012  del INEGI , sólo se
castigan el 1% de crímenes relacionados a secuestro y extorsión . “Porque son
delitos que no se ven, la gente tiene miedo, quiere resolver el asunto, va  a la autoridad no le ofrece ninguna
posibilidad real institucional, es otra hipótesis el libro, quedas solo”,
agregó.
En
tanto, la imagen mediática de la extorsión “aparece mucho pero en pequeñas
dosis, como es el periodismo  de nota
roja, no aparece en su contexto, se le da nulo o escaso seguimiento, se
publican hechos consumados, no se pone énfasis en el daño a las víctimas. Tiene
exposición  superficial, criminalizarte
de las propias víctimas y muchas veces produce estigma social”, concluyó.

Imagen http://bit.ly/Y9VcFH

13MAG

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