Bertolt Brecht, un recuerdo del poeta de la transformación

  • A 115 años de su nacimiento, el ensayista Marco Lagunas describe al escritor alemán como un fiero crítico del poder e impulsor del teatro de vanguardia

Por Alizbeth Mercado (@alizbeat)

Distrito Federal, 11/02/13, (N22).-  


«Brecht no sólo es vigente porque los temas que trata son vigentes: la
guerra, la desigualdad social,la intriga política, el capitalismo salvaje, (ahora la ecología y la violencia diaria pueden ser incluidos). Su
vigencia tiene que ver también con la dialéctica y, en ese mismo sentido, con
la transformación. Por eso sus obras no se anquilosaron durante la Guerra Fría, ni perdieron su actualidad y su capacidad crítica con la caída del Muro de
Berlín, y las posteriores crisis económicas en todo el mundo. Brecht sitúa al
poder en el ojo del huracán, y lo cuestiona y cuestiona a quienes lo ejercen y
también a quienes se dejan arrastrar hipnóticamente por él», comentó en
entrevista el escritor Marco Lagunas, al recordar los 115 años desde el nacimiento de Berltot Bretch.

Eugen Berthold Friedrich Brecht nació un 10 de
febrero de 1898 en Augsburgo, Alemania. Su padre fue propietario de una fábrica
de papel. En 1917 se mudó a Múnich para estudiar
 Literatura y Filosofía; posteriormente estudió Medicina. Durante la Primera Guerra Mundial comenzó a escribir y publicar. Desde 1920
frecuentó el mundo artístico de Múnich y trabajó como dramaturgo y director de
escena.

En 1924 se trasladó a Berlín y
laboró como dramaturgo con Max Reinhardt en el Deutsches Theater;
posteriormente, colaboró también en obras de carácter colectivo junto con
Elisabeth Hauptmann, Erwin Piscator, Kurt Weill, Hans Eisler y Slatan Dudow.

Bertlot entre el Marxismo y la censura
En sus primeras obras se puede
observar la influencia del expresionismo, tiempo después Brecht comenzó a
estudiar el marxismo y con Hitler en el poder escribió dramas didácticos
musicales. A propósito, Lagunas comentó: «no adopta el traje de juez, sino
el de testigo; un testigo que entonces participa y opina; y tal vez lo hace
porque él mismo en ningún momento la tuvo fácil, pues sufrió persecución,
censura, rechazo (aún después de muerto, fue abusivamente ‘desfigurado’).

«Hay quienes dicen, ‘la
obra de Brecht respondió a una necesidad histórica y esa necesidad histórica ha
desaparecido’ (¿de verdad desapareció?) o ‘la obra de Brecht tiene el defecto
de la propaganda, es un panfleto aburrido contra el capitalismo’ (¿panfleto?,
¿aburrido?, si a cualquiera que ejerza un poco la crítica se le llama
panfletario, ¿qué artista se salvaría de ser etiquetado así?, ¿Herta Müller,
Vargas Llosa, por ejemplo?). 

Por otro lado, ¿quién puede negar que si bien
Brecht no es el inventor del teatro de vanguardia, sí es su mejor impulsor y
tal vez su mayor figura teórica? A través de sus reflexiones el actor, el
espectador y la concepción misma del escenario o de conceptos como “catarsis”
adquirieron otras dimensiones. A mí me parece que Brecht rompió los límites
(del tiempo, del espacio, de las emociones) y de esta manera encontró nuevas
formas de expresión. Ni siquiera los más estetas pueden regatearle eso, ¿o
si?», agregó.

Marco Lagunas es estudioso de
la obra de Brecht, fue ganador del Premio Nacional de
Ensayo Joven «José Vasconcelos» y autor del libro Centro de gravedad (Conaculta-Tierra Adentro, 2011).
¿Cómo logró Brecht combinar
cierta postura política con el teatro?
«Brecht era un escritor
marxista, y se ‘convirtió’ al marxismo cuando era muy joven. Sin embargo, el
teatro que escribió no proviene sólo del marxismo, su ‘verdad’ deriva también
de la lectura de Lessing, Friedrich Schiller, Georg Büchner, Gerhart Haupmann.
Vivir la Primera Guerra Mundial, tener amistad con Walter Benjamin y Karl
Valentin, asistir al fastuoso entierro de Frank Wedekin, ‘llorar’ el asesinato
de Rosa Luxemburgo, moverse en el Berlín de los años veinte y principios de
los treinta (sumido en la devaluación y el cabaret), ver la ascensión de
Hitler y de los nazis al poder, así como contemplar los horrores que ocurrían
en la Unión Soviética. De todo eso está lleno su teatro, su poesía y sus
reflexiones sobre la dramaturgia. Quien haya contemplado una obra con la
estética brechtiana o haya visto en internet alguna de las obras presentadas en
el Berlin Ensamble, tendrá que reconocer que más allá de ‘promover’ una postura política y panfletaria, a lo que Brecht invitaba era a la
reflexión», respondió el especialista.
Compromiso teatral con causas
sociopolíticas
¿Hacen falta dramaturgos que
encaucen a la reflexión?, preguntó Agencia N22 a Lagunas, y respondió que «no sé si hagan falta este tipo de dramaturgos. Tampoco puedo decir que el
teatro de Luis de Tavira o de David Olguín sea sólo ‘comprometido’. Los dos han
comprendido que hay suficientes modelos como para casarse sólo con Brecht; el
teatro del absurdo, que esencialmente maneja el sinsentido, puede también
contener elementos socialmente críticos». 

Su oposición ante el gobierno de Hitler le obligó a
exiliarse de Alemania en 1933, viviendo primero en Escandinavia y
estableciéndose finalmente en California en 1941. En estos años
escribió algunas de sus mejores obras, como La vida de Galileo
Galilei
 (1938-1939), Madre Coraje y sus hijos (1941) y El
círculo de tiza caucasiano 
(1944-1945). 

En 1948 regresó a Alemania, se estableció en Berlín del Este, donde fundó su
propia compañía teatral, el Berliner Ensemble. Escribió también varias
colecciones de poemas.
«Además, hay que ir
contra la falsa idea de que Brecht es sólo un escritor ‘comprometido’; obras de
teatro como Baalo, La ópera de los tres centavos o
su película Misterios de una peluquería demuestran que ahí hay
algo más, no sólo compromiso. Y esa influencia no tiene que ver solamente
con determinado pensamiento político, pues el surrealismo, el
expresionismo, el teatro chino aparecen continuamente. Tal vez lo que haga
falta entonces sea, ir más allá del teatro épico, del V-Effekt…; es decir,
hacer más combinaciones en torno a sus reflexiones. Y ejemplos de que se puede
ir más allá, ejemplos de una profunda exploración de su teatro son sin
duda Peter Weiss, Heiner Müller, e incluso las primeras puestas en escena de
Peter Handke. Y también el cine, por ejemplo de Bergman, Pasolini, Lars von
Tier, y sobre todo Godard», concluyó Lagunas.


Sus piezas emblemáticas
Entre las obras destacadas de
Brecth están: El casamiento de los pequeños burgueses, , El
exorcismo, El mendigo o el perro muerto, Los rostros de Simone
Machard,
 Schweyk en la segunda guerra mundial, El círculo de
tiza caucasiano, Los días de la comuna, Turandot o el congreso de los
lavadores de blanquería. La ópera de los 3 centavos, Apogeo y caída de la
ciudad de mahagonny, Happy end,
 entre otras.
Bertolt Brecht falleció en Berlín el 14 de agosto
de 1956 por un ataque cardíaco.

Imagen http://bit.ly/1289BI0

13MAG 

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