«Cercas» de la frontera moral de un adolescente español

  • Javier Cercas asegura que no escribe novelas históricas, sino historias de un «presente dilatado» 


Por Irma Gallo (@irmagallo)

Distrito Federal, 30/01/13, (N22).-  

El escritor español Javier Cercas se encuentra en México para presentar Las leyes de la frontera, su más reciente novela. N22 platicó con el escritor nacido en Cáceres en 1962.

Esta historia es de juventud, de amor, de traiciones. ¿De qué quisiste hablar en primer término en Las leyes de la frontera?

-Yo creo que es verdad, finalmente ésta es sobre todo una larga y compleja historia de amor, que se desarrolla a lo largo de muchos años, de 30 años, quizá más de 20. Desde el año de 1978. Eso, ¿sabes? No estaba en al guión. No estaba en lo que yo había previsto, y eso es algo bastante normal: uno empieza a escribir y va avanzando por un territorio que no conoce muy bien y se encuentra con sorpresas. Y mi principal sorpresa fue esa, que acabó convirtiéndose en una historia de amor. Ésta es la historia de un adolescente, de los años 70 del siglo XX, que tiene la misma edad que yo, y que vive donde yo vivía, va al colegio donde yo iba, y por lo tanto tiene cosas que superficialmente son mías. Un adolescente que un día, empujado por el miedo, pero también por el descubrimiento del sexo, del amor, cruza la frontera física de la sociedad, marcada por un río y se une a una banda de delincuentes juveniles como los que en aquel momento pululaban por España.
Y su vida cambia. Cambia para siempre. Él descubre que la frontera física de la ciudad no es sólo una frontera física, sino también una frontera simbólica, una frontera moral, una frontera entre el bien y el mal, entre la justicia y la injusticia.

Y esa parte es muy interesante, cómo se transforman estos paisajes oscuros de los setenta, estas ciudades, como dice el título La frontera, esta frontera que divide de un lado a las casas de clase media, y del otro lado es totalmente una ciudad oscura donde viven estos delincuentes, y luego, esta España, pasados algunos años, esta España de aparente prosperidad, ¿no lo crees?. 

-Eso es. La España que se describe en la primera parte es una España tercermundista, una España que sale de una dictadura muy larga, muy oscura, muy cruel. Y que es un país pobre, miserable. Y la segunda parte, en cambio, que es la parte que transcurre en el siglo XXI, es una España, claro, ya europeizada, próspera, y como dice un personaje: «ridículamente satisfecha de sí misma».
Entonces la novela habla de eso, habla de muchas cosas. Habla también de cómo el pasado persiste en el presente. Habla de los espejismos en los que vivimos, quiero decir, tenemos una visión de nosotros mismos que no siempre corresponde a la realidad, de las ilusiones que nos hacemos de nosotros mismos, de cómo los mitos se sobreviven, si es que se sobreviven a sí mismos.

Hablábamos al principio del desencanto de esta España que en esta segunda época de la novela parecía ser una España en plenitud económica, donde nunca iba a pasar nada malo, había pasado el franquismo y parecía que todo lo malo había quedado atrás. Los personajes, de alguna manera, el Zarco y el Gafitas, que ahora es un abogado pero que está aburrido de su vida, está en un momento en que no le encuentra sentido a su vida, el Zarco, al contrario de aquel héroe juvenil, idealizado, es un tipo ya de mediana edad, gordo, con arrugas. ¿Tenías de alguna manera la intención de comparar a España con estos personajes? 

– No. No era mi propósito, pero inevitablemente en la vida de estos personajes se refleja la historia de mi país, eso es inevitable. Mis primeros libros son libros donde la historia no desempeña un papel importante, y donde la política tampoco desempeña un papel importante. Eso ocurre, sobre todo, a partir de Soldados de Salamina, que es un libro que me hizo un escritor profesional y conocido, pero es un libro que escribí ya cuando era mayor. Tenía 39 años.
Ninguno de mis libros son novelas históricas, no me gusta esa definición, no me gusta ese género. Son novelas que hablan de ese presente un poco ensanchado, de ese presente más amplio, de ese presente dilatado, que tiene en cuenta el pasado. De esa relación entre el pasado y el presente. 

Las leyes de la frontera está editado por Mondadori. 
13MAG

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