Alejandro Albarrán halla en el lenguaje la cruda realidad social

  • Tengo un compromiso social y político, creo que la poesía como cualquier expresión artística tiene que hacer una lectura crítica de su tiempo

Por Alizbeth Mercado

Distrito Federal, 08/01/13, (N22).- 

Las reglas gramaticales limitan muchas veces el uso del
gerundio. Los poetas abstraen ideas y observan los acontecimientos que suceden a su alrededor. Por otra parte, para un provinciano, la Ciudad
de México resulta un festín de sonoridades
nuevas, que puede combinar a través de historias formadas por varias voces. Pero, ¿qué relación hay entre las formas gramaticales, las sonoridades poéticas y la capital de México?

La respuesta está en Ruido,
el primer libro de Alejandro Albarrán Polanco. Este texto es una compilación de
poemas experimentales con una carga social. La antología cuestiona las conductas violentas en la vida cotidiana.

Asimismo, pone en perspectiva el uso del lenguaje a través de
la polisemia, polifonía y otros recursos gramaticales. Este juego abre a los lectores nuevos campos de significado. Para conocer más detalles de Ruido Alejandro platicó con la agencia N22.


-Gracias Alejandro por
la entrevista, háblame sobre la historia de
Ruido.

-Pues el proceso fue de recolectar poemas que sentía que estuvieran
menos mal que los otros y que tuvieran ciertas cosas con las intervenciones. Casi
todos los poemas tienen algo que no es mío como un texto de Isaac Asimov, sobre la teoría de los cuerpos en caída libre de Galileo, o un texto que hice
con Google. Junté todos los
poemas que consideré que estaban más terminados, y no sabía qué hacer,  entonces se los mandé a Julián Herbert y me respondió
a la semana. Punto por punto, él me
sugirió lo de los intermedios, yo tenía la idea de que
fuera algo en aumento, como algo de experimentar, pero no sabía el acomodo de los
poemas. Pensé en poemas que primero pude haber escrito y luego otros en donde
se vea un poco el azar y las alteraciones que pueda generar un traductor.


Un poema es una construcción de forma y fondo al mismo tiempo
-La métrica, el ritmo se
perciben alterados, ¿cómo manejaste la cuestión formal?

-A mí me interesan varias cuestiones formales, escribir
en verso cuando el verso sea, no escribir en verso sólo de bajadita, porque eso
lo podrían solucionar los puntos, las comas. Me interesa que haya un verso en
donde esa pausa no sea gramatical, por ejemplo, para generar un tipo de ritmo,
que a veces intento hacerlo todo el tiempo. A veces supongo que funciona y a
veces no. Este libro tiene más poemas en
verso, pero escribo en prosa, muchos dicen que es falsa prosa, y que es en
verso, pero yo considero que no, porque se entiende el ritmo con puntos y
comas, en ese sentido.

Por otro lado me interesa la polifonía, que haya distintas
voces en los poemas para poder abordar
un poema desde distintos puntos de vista. Como en el primer poema de Ruido que está exagerada una charla de vecinas como yo me lo puedo imaginar, no creo que sea fiel. También
hay una voz que dice que las cosas caen.

Por otro lado hay un texto que no es mío, es de Asimov, en donde
habla de la teoría de los cuerpos en
caída libre de Galileo, para hablar de un asesinato que vi en una nota de
periódico.

Entonces me interesa mucho la cuestión formal, creo que no
se puede hacer un poema si no se piensa formalmente, si no lo construyes fondo
y forma al mismo tiempo.


Interpretar la realidad a través del hallazgo del lenguaje
-Ahora que mencionas el
asesinato que viste en la nota, advierto un reflejo social y en el libro no hablas
de ti, sino de circunstancias, y sobre todo hablas de violencia, ¿fue a
propósito?

-Sí, fue adrede, porque estaba en un proceso de
desintoxicación de mí, porque venía de hacer poemas donde hablaba de mí, pero
me di cuentas que mi vida no era tan audaz ni tan interesante y me interesa lo
que pasa afuera. Fue un poco casual que los poemas hablen de cosas violentas,
creo que esa es una obsesión mía, de darme cuenta de esas cosas y no de cosas
“bonitas”. Por ejemplo, el último poema que metí fue «Multitasking», ése sí es claramente violento y habla en general de la
violencia a distintos tipos de niveles, la violencia del narco o la violencia
visual.
-Éste es un poemario de movimiento, por ejemplo, en el poema “Cuerpos en
caída libre” repites el verbo “cayendo, cayendo” a través de una voz narrativa
e invitas a la acción.

-Me interesa mucho el sonido, la sonoridad y creo que se
pueden lograr distintos efectos con la sonoridad, que no necesariamente logras
con una imagen e idea, es otro tipo de sensibilidad y conocimiento, es
decir, al experimentar con el sonido y el
lenguaje, tú como ente que está experimentando adquieres distintos conocimientos, cosas que no te habías imaginado, surgen hallazgos a partir del lenguaje y
eso me interesa mucho, eso es lo que me hace escribir, esos hallazgos que no me
esperaba al momento de escribir, no creo en las cosas mágicas, pero sí creo que
entre más tenses tus herramientas, de pronto eso te descubre cosas que no te
imaginabas que te ibas a encontrar en el camino y eso te lleva a otro camino.

También creo que los poemas tienen que decir cosas, no creo en la abstracción y
que los poemas no tienen que decir algo ni entenderse, al contrario, creo que es
un buen lugar para discutir ideas y cuestionar la misma poesía, cómo procede lo
que es poético y lo que ha sido poético canónicamente, no necesariamente tienes
que hablar del lenguaje para cuestionar al poema.


Los gerundios no son más que simples geranios
-“Cayendo, cayendo” es
un gerundio y tienes un poema homónimo, ¿por qué hablar de esta forma
gramatical?, ya que es complicada y muchas veces no se usa correctamente.

-En los talleres, por ejemplo, decían que los
gerundios eran de mal gusto y no se usaban en los poemas, no estaba pensando en
ir en contra de eso, más bien una amiga me contó que cuando estaba chica confundía la palabra gerundio con geranio y
entonces pensaba que los geranios eran los gerundios y se me hizo muy padre la
sonoridad. Entonces, ella me mandó una definición, la del libro: “dícese de la
persona que habla o escribe en estilo hinchado, afectando inoportunamente erudición e ingenio”. Me pareció que eso era
un conectivo para que gerundio fuera geranio y que la confusión podía ser real en
un nivel poético, y la poesía puede hacer que cosas de diferentes contextos semánticos
se relacionen.

Poesía con compromiso social y político
-Háblame de las
intervenciones, ¿por qué rehacer en notas de periódico como otro texto?

-Pues la idea surgió en un café cuando me dieron propaganda de
hoteles de breakfast, y entonces lo vi y me pareció chistoso, porque lo primero que leí fue “¿qué es una idea?”
pero en realidad decía ¿qué es una idea de breakfast? Entonces empecé a borrar
y a generar algo con eso, se me volvió una manía, pero me ponía mis reglas, no
alterar la sintaxis y no poner nada que no estuviera ahí, y tratar de generar a partir de ese discurso, un
discurso que criticara el discurso primigenio.
-En tu caso, ¿la poesía
es reflejo social o en tus poemas se filtraron cuestiones sociales?
-Pues en mi caso tengo un compromiso social y político, creo
que la poesía  como cualquier expresión
artística tiene que hacer una lectura crítica de su tiempo, como decía Kandinsky,
aunque no hable de cosas particulares como lo que sucede en la esquina de mi
casa. Este compromiso lo tengo en las
cosas que hago. Ser sincero no creo que sea mayor atributo para la obra, pero
en la medida que eres más específico y criticas la ideología. Yo estoy realmente en contra de la ideología de lo que es o no poético en México,
eso es lo que combato cuando escribo, trato de combatir esa ideología que creo
está errada y no hay un pensamiento crítico, hay un juego de prestigio. Entonces uno escribe como (José Emilio) Pacheco para que te
den una beca, ir contra esas cosas me interesa porque creo que es sano y así
uno puede conocer más cosas, que no
conocemos porque el sistema cierra.
-¿Qué propondrías ante
el sistema de becas y la legitimación de la literatura en el país?

-Pues ser críticos, está mal que en un país se pueda vivir
sólo de becas si se quiere escribir, se me hace muy triste y que no es la mejor
manera, pero es la que hay. Sin embargo, en Chile donde no había un sistema de
becas hasta hace poco, surgieron poetas muy buenos, la vanguardia chilena es
muy fuerte y pensar que ahí hay escritores tan buenos que no tienen becas y viven de escribir, esto quiere decir algo, se
legitima cierto tipo de literatura desde los contemporáneos que tienen puestos
de poder que institucionalizan cierto tipo de poesía, eso ha afectado. También en la disyuntiva de ¿qué tal si no les gusta lo que escribo?, aunado a eso
hay una serie de personas que escriben contra los poetas y no se ajustan a su
visión estrecha, creo que eso se debe solucionar desde el fondo y la tarea de
nosotros es decirlo y fomentar el pensamiento crítico, críticas reales, no a la
persona sino a la obra. Yo siento ese compromiso, escribir contra las cosas que
afectan.
Ruido fue editado por Bobobos y  Conaculta. Alejandro Albarrán nació en 1985 en la Ciudad de México. 
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