Distrito Federal, 13/07/12 (N22).-
La muestra reunió a más de 60 mil visitantes en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, y su puesta en México se compone de 170 piezas que abarcan los siglos XV al XIX, incluida una selección de piezas prehispánicas, procedentes de museos de Estados Unidos, Perú, Chile, España, Francia y México, entre ellos, el Nacional de Antropología y del Templo Mayor; se exhibirán en seis núcleos temáticos que dan cuenta de las semejanzas y divergencias entre las tradiciones artísticas prehispánicas y coloniales de los virreinatos de la Nueva España y Perú.
Pinturas, esculturas, códices, manuscritos, queros (vasos ceremoniales) y piezas de arte plumario, entre otros objetos, forman parte de esta rica exposición organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y el LACMA, en la que destacan piezas representativas de los dos imperios más grandes del continente americano en la época prehispánica: el mexica y el inca, que luego de la Conquista se convirtieron en los principales virreinatos de la Corona española.
En recorrido de prensa, Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”, señaló que la exposición invita a ver los detalles y particularidades de cada pieza, descifrar los signos y comparar las dos maneras de ver el mundo en ambos virreinatos
Es propósito de la muestra —dijo— encontrar los lenguajes plásticos que reflejan tanto los conceptos del mundo indígena, como de los vehículos del poder en el periodo virreinal. “A su llegada, los españoles encuentran dos grandes civilizaciones autónomas sin contacto entre sí, a las que imponen maneras de pensar y organizarse; sin embargo, eso no significa que hayan desaparecido las antiguas maneras indígenas, sino que en ocasiones se adaptaron y en otras hubo una gran resistencia”.
Por su parte, Ilona Katzew, curadora de la exposición y jefa del Departamento de Arte Latinoamericano del LACMA, comentó que la muestra —producto de un proyecto concebido hace casi una década— se propone resaltar las coincidencias y diferencias entre ambos virreinatos dentro del complejo panorama social y artístico de América Latina durante la Colonia.
Añadió que a pesar de que en los primeros años tras la Conquista hubo un intento por erradicar los rituales y creencias indígenas, a través de los años se fue dando una interacción cultural que llevó a la permanencia de diversos usos y costumbres, que también quedaron plasmados en distintas obras de arte.
De la exhibición de objetos nunca vistos en México y que se pueden admirar, están los queros o vasos ceremoniales en forma de cabeza de jaguar y con representaciones de animales, procedentes del Museo Nacional del Indio Americano, del Instituto Smithsonian, de Washington, DC. Además de pinturas del Museo de América, de Madrid, entre ellas Demostración de la danza de los indios (mitote), en la que se aprecian individuos ataviados lujosamente al estilo antiguo, incluyendo un personaje que hace el papel de Moctezuma.
La doctora en Historia del Arte, Ilona Katzew, comentó que el primero de los seis núcleos en los que se ha dividido la exposición, es Tenochtitlan y Cuzco: antecedentes prehispánicos, que ofrece una introducción al mundo en que se desarrollaron los imperios mexica e inca, mediante piezas representativas de las artes en que ambos se destacaron, y aborda su estructura política e ideológica.
“Los incas, por ejemplo, subyugaron al pueblo chimú, que sobresalió por su habilidad para trabajar los metales, elaborando una serie de objetos de gran belleza y calidad destinados a la elite incaica, mientras que los mexicas se destacaron sobre todo en la creación de esculturas monumentales en piedra”, puntualizó la curadora.
Como muestra de ello, se exhibe un cuenco ceremonial bimetálico y dos vasos sonajeros de oro y plata, piezas muy valoradas debido a su conexión con el concepto de la dualidad complementaria, tan importante en el mundo andino; proceden de colecciones particulares y públicas de Perú. De la cultura mexica está un fragmento de cuauhxicalli en forma de águila (vasija para contener la sangre de sacrificios), y esculturas de un guerrero águila en cerámica y de una Chalchiuhtlicue (deidad del agua) con quechquemitl (blusa), entre otros objetos.
Otra cualidad resaltada por la curadora Katzew, es la tradición textil cultivada por hombres y mujeres de la cultura andina, que se caracterizaba por el uso de una técnica especializada para tejer la lana de los camélidos (llamas, alpacas, guanacos y vicuñas). Se incluyen, así, varios uncus (túnicas masculinas) con llamativos diseños geométricos y vivos colores que servían para diferenciar a los diversos ayllus (grupos étnicos del imperio incaico).
El segundo núcleo, Estilos antiguos en la nueva era, muestra ejemplos de arte plumario, ya que ambas culturas prehispánicas dotaban a las plumas de una significación ritual muy importante. “Los mexicas vinculaban las plumas con Huitzilopochtli (dios de la guerra) y las utilizaban para crear toda la parafernalia militar de los combatientes. Cuando llegan los españoles, se quedan tan azorados ante esta tradición, que en lugar de erradicarla la reencauzan a la hechura de mosaicos con temáticas cristianas y la confección de objetos religiosos”.
En esta sección se puede ver un escudo ceremonial mexica (chimalli), y mosaicos plumarios novohispanos de San Agustín y San Juan Evangelista. De Perú sobresalen los tabardos (prendas en forma de túnicas abiertas) realizados con brillantes plumas que se adquirían en las zonas tropicales del Amazonas.
El tercer núcleo —Mitos, conquista y sociedades del Nuevo Mundo— presenta obras que ilustran aspectos de la Conquista y el nuevo orden social tras la implantación del gobierno español. La cuarta sección, El panorama devocional y el indio como buen cristiano, está dedicada a las devociones en Perú y México, donde el indígena se vuelve figura clave en la creación de imágenes religiosas o como testigo de una aparición milagrosa. Entre las devociones más famosas se cuenta la Virgen de Guadalupe, y otras menos conocidas, como la Virgen de Cocharcas y de Cayma, en el caso de Perú.
Festivales indígenas y ritos sagrados es el siguiente apartado en el que se exhiben pinturas y biombos de bodas indígenas, procesiones y tradiciones prehispánicas que perduraron durante la Colonia. La última sección —Memoria, genealogía y tierra— detalla cómo al final del virreinato, las poblaciones nativas apelaban al reconocimiento de su linaje noble para evitar la usurpación de sus tierras.
“Al descender de una supuesta nobleza indígena, algunos miembros accedían a prerrogativas por parte de la Corona española, por lo que en ocasiones se inventaban las genealogías para poder quedarse con las tierras en las que habían vivido toda su vida o a las que deseaban tener acceso”. Aquí se exhibe una serie de óleos de 14 reyes incas, del Museo de Brooklyn, así como un biombo con la genealogía de los incas del Cuzco Circle (colección Familia Pastor) de Perú, y un escudo de armas de Xicoténcatl con su genealogía, entre otras piezas.
La historiadora de arte, Ilona Katzew subrayó la importancia de estudiar los lazos que se establecieron entre estos dos virreinatos, y “tener en mente que las obras no son resultado del sincretismo y la aculturación, sino de un proceso mucho más complejo de negociación cultural, acomodo mutuo y resistencia que se dio entre los indígenas de América y los europeos; una dinámica que dio lugar a obras de arte de gran vitalidad y de ricas posibilidades interpretativas”.
La especialista destacó que durante su presentación en Los Ángeles, la muestra fue elegida entre las diez mejores exposiciones del año por el periódico Los Angeles Times, y nominada entre las cinco mejores muestras temáticas de Norteamérica, por la Asociación de Curadores de Museos de Arte.
Además, el catálogo editado por el LACMA, cuya versión en español estuvo a cargo del INAH, fue galardonado con el Eleanor Tufts Book Prize, otorgado por la Sociedad Americana de Estudios de Arte Históricos Hispanos, y un premio de la Asociación de Curadores de Museos de Arte, ambas de EU.
Miradas comparadas en los virreinatos de América. México y Perú se exhibirá del 12 de julio al 7 de octubre en el Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”, ubicado en Primera Sección del Bosque. Horario: 9:00 a 17:00 horas de martes a domingo. Costo de entrada: 57 pesos. Acceso gratuito a menores de 13 y mayores de 60 años, personas con capacidades diferentes, pensionados y jubilados, y maestros y estudiantes con credencial; domingos, entrada gratuita a público nacional y extranjeros residentes.
Foto: INAH
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