DISTRITO FEDERAL, México, 24/05/12, (N22/INBA).-Como parte del ciclo «Lecturas de la ciudad: Paseos literarios», que organiza el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), se realizará el recorrido denominado Olor a vainilla en Santa María la Ribera: el México de los 1920 en la obra de Cristina Rivera Garza.
Coordinado por Gabriela Damián, este paseo literario se llevará a cabo el próximo domingo 27 de mayo a las 10:00 horas y el punto de encuentro será el Kiosco Morisco de la Alameda en la colonia Santa María la Ribera (Dr. Atl y Salvador Díaz Mirón).
La lectura recomendada es Nadie me verá llorar, Cristina Rivera Garza (Tusquets, México, 1999).
Las primeras décadas del siglo XX es desde donde se sitúa Nadie me verá llorar; novela que retrata la Ciudad de México desde las entonces villas de Mixcoac, Tacubaya, San Ángel y la colonia Santa María la Ribera, “una de las más antiguas del DF, construida fuera del centro de la ciudad de México y que conserva toda la intención de ser un reflejo del régimen porfiriano”, dice Gabriela Damián en entrevista.
En el recorrido se irán comentando pasajes de esta novela que, entre otras cosas, enfatiza la definición de locura y el rol de la mujer en aquella época: “El estereotipo de la mujer y de la locura se nos desbarata, vemos la microhistoria de estos estereotipos en la Historia, así como en la historia de la narrativa mexicana; aquí acudimos a un verdadero relato de esa época, de cómo se abrían camino las mujeres”.
Se visitarán lugares emblemáticos de la colonia Santa María la Ribera, como lo es el teatro Bernardo García, antiguamente Cine Las Flores, así como la casa del entonces famoso torero Vicente Segura, ambos recintos con fachadas que resguardan el estilo ecléctico en su arquitectura, propio de la época.
La estación de trenes Buenavista es un punto significativo en Nadie me verá llorar, por ello aquí se hará una escala para conocer a fondo esta historia que tiene a Matilda Burgos como personaje principal, paciente recluida en el manicomio de La Castañeda que encuentra en las jacarandas un símil con la vainilla, pues dice: “La vainilla, aunque se alimenta de su raíz, necesita, como las mujeres, de un árbol sostén para enredarse en él y no morir”.
La Casa de los Mascarones no faltará en este recorrido. Lugar construido por el conde don José Vivero Hurtado de Mendoza a finales del siglo XVIII, constituye uno de los edificios emblemáticos de la zona, al igual que el Templo de la Sagrada Familia o también conocido como de Los Josefinos. Para rematar, se hará una breve escala en la pulquería La Malquerida.
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