Libro impreso y digital siguen siendo complementarios

DISTRITO FEDERAL, México, (N22/UNAM).-

La compaginación del libro impreso con el soporte digital continúa sin que el primero abandone su protagonismo en la vida cotidiana. Y es que lo registrado en la plataforma de los bits es un complemento, que en palabras de Rosa Beltrán, directora de Literatura de la UNAM, “brinda un acceso más fácil e inmediato, pero eso no significa que terminará con los convencionales, eso es impensable”.

El libro, consideró, es uno de los objetos más raros y de los inventos más extraordinarios. Es la entidad que más nos define como humanos, porque tiene como centro el lenguaje. La escritora amplió la definición con la evocación a Jorge Luis Borges. “Si el azadón es la extensión de nuestro brazo y el catalejo la extensión de nuestra vista, el libro es el instrumento con que expandimos nuestra imaginación”.
Beltrán apuntó que en el caso de diccionarios, enciclopedias o ejemplares amplios en los que el costo y gasto de papel son muy altos, es propicio utilizar la vertiente digital, aún y que no sea el momento para emprender un reemplazo.
“El invento de Gutenberg me parece todavía insustituible. La mayoría de los que quieres leer no se encuentran en digital; es una era muy temprana para pensar en que se suplantará al impreso. Solamente si eres un nativo hablante de lengua inglesa pensarías que no es pronto, pues la mayor parte de los que están colgados en la red se hallan en inglés”, explicó.
Más libros, menos lectores
Según datos proporcionados por el INEGI, México pasó de 10 mil 841 bibliotecas públicas en el año 2000, a 13 mil 192 en el 2011; además, incrementó su acervo bibliográfico de 58.4 millones a 75.8 millones en el mismo periodo. Sin embargo, las consultas promedio registradas decrecieron de manera dramática, casi en 50 por ciento de 2003 a 2011, al registrarse un descenso de 134.1 millones a 63. 6 millones.
Es penoso que nuestro país sea de muy pocos lectores, y que a una buena parte de nuestras autoridades les parezca raro, o hasta extraño un libro.
“Algo fascinante que tiene, es que es uno de esos objetos que no permite que nadie se acerque a él más que por gusto. Desde la Universidad, uno de los lugares privilegiados donde no ha perdido su valor, es deseable construir una nación de lectores, pero es difícil en una época donde el giro cultural hace que se ponderen otros valores, objetos y actividades, pues leer no requiere solamente educación y tiempo, sino un estado del espíritu”, añadió.
Aún y que no puede imponerse la lectura, sí pueden acercarse libros a la gente de maneras atípicas, como en la Fiesta del Libro y la Rosa, a través de actividades multidisciplinarias.
“No conocemos la cifra exacta de lectores, pero sabemos que cada vez son menos y esto no tiene que ver con ningún formato, sino con una pésima educación, con una falta de apoyo a todos los programas; se considera que la lectura, desde muy temprana edad, no es algo más que un acto suntuario, algo prescindible. Un país de gente pensante y crítica sólo se hace a partir de la lectura de las grandes obras”.
La también profesora de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), refirió que aunque la lectura no es una actividad masiva, y no lo será, las páginas digitales han permitido el acercamiento a géneros que no son tan visitados por quienes acuden a las editoriales comerciales, como la poesía, la crónica, el ensayo y el cuento.
“En la Dirección de Literatura hay cinco publicaciones electrónicas: la página misma, Material de Lectura, Periódico de Poesía, Punto de Partida, y Punto en línea.
Material de Lectura (http://www.materialdelectura.unam.mx/), sin tener a los autores vivos la mayor parte de las veces, es la página que más se consulta en la UNAM, con más de un millón de visitantes. Esto prueba la potencia de la buena literatura si se le acerca a los lectores de forma eficaz y creativa”.
Asimismo, señaló a los mecanismos del mercado como corresponsables en la falta y calidad de la lectura; “de manera engañosa nos han hecho pensar que los best-sellers, o que los libros de autoayuda, realmente implican una transformación del individuo que se acerca a ellos”.
Habría que pensar cuáles se leen, qué tipo de obras son las que se dejan de leer, y en que, pese a que existen los formatos electrónicos y que los jóvenes tienen cada vez mayor acceso a ellos, esto no hará mejores lectores, “no está ahí la respuesta”, consideró.
Día Mundial del Libro
Como si se tratara de un pasaje de literatura fantástica, el 23 de abril se escribe un capítulo peculiar en la historia de las letras. Marca el natalicio y fallecimiento de William Shakespeare, pero también el deceso de Miguel de Cervantes Saavedra.
La fecha también coincide con el nacimiento o la muerte de otros autores prominentes como Maurice Druon, Haldor K.Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo.

Por ello, la Conferencia General de la UNESCO, en 1995, decidió rendir homenaje universal a los libros y autores en esta fecha, para alentar al mundo, y en particular a los jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y valorar las irremplazables contribuciones de quienes han impulsado el progreso social y cultural de la humanidad. Este 23 de abril se conmemora el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.

Foto: http://bit.ly/IzmLS0

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