Glasgow Lock Hospital, un sistema que nació enfermo

Redacción/CDMX

Annie McGuire, de nueve años, y Elizabeth Martin, de siete, fueron dos de los miles de mujeres y niñas ingresadas en el Glasgow Lock Hospital for Unfortunate Females entre 1846 y 1947, instalación que fue parte de un sistema que Gran Bretaña construyó en el siglo XIX, en su territorio y sus colonias.

Este hospital formaba parte de una red establecida para tratar enfermedades venéreas y era una pieza central del Sistema de Glasgow, que surgió en respuesta a la Ley de Enfermedades Contagiosas.

Estas normas, enfocadas principalmente en mujeres de clase trabajadora, buscaban erradicar la prostitución y las enfermedades venéreas, culpando a las víctimas por las condiciones sociales que padecían.

El ingreso de Annie y Elizabeth al hospital fue el resultado de un contexto social y legal que señalaba a cualquier mujer cuyo comportamiento o apariencia desafiara las normas victorianas.

En este sistema, miles de mujeres, incluidas niñas menores de 13 años eran detenidas arbitrariamente, examinadas de manera invasiva y forzadas a soportar condiciones extremas y castigadoras.

Annie y Elizabeth, quienes contrajeron gonorrea probablemente tras ser víctimas de abuso sexual, murieron en el hospital tras años de sufrimiento y fueron enterradas en tumbas sin marcar.

El Sistema de Glasgow, liderado por figuras como el cirujano Alexander Patterson, reforzó la idea de que las mujeres eran responsables de los “males sociales”.

Los hospitales, prisiones y asilos vinculados a este sistema impusieron regímenes disciplinarios que inmortalizaban el abuso bajo el pretexto de la rehabilitación.

Las niñas eran obligadas a trabajos forzados, instrucción religiosa y comportamientos “femeninos aceptables”.

Desde 1866, exitía la Ley de Policía de Glaswow que facultaba a la fuerza policial detener a cualquier niña o mujer que encontraran en la calle y no pudiera comprobar cómo se ganaba la vida.

Según los registros, detuvieron a bailarinas, actrices, trabajadoras de fábricas, comerciantes y hasta esposas de soldados.

Una vez en el terrible hospital se les clasificaba como: Vagabunda, Caída (es decir protituta conocida); Recién caída o Endurecida (conocida por la policía o que tenía condenas previas)

El cierre del Glasgow Lock Hospital en 1947 marcó el fin de una era, pero su historia demuestra la brutalidad con la que las mujeres y niñas de clase trabajadora fueron tratadas. Este legado, aunque poco conocido, resalta la violencia sistémica hacia las mujeres y la necesidad de reconocer las injusticias del pasado para construir un futuro más equitativo.

(Con información de The Conversation)