Redacción/CDMX
Los Homo sapiens compartimos la mayoría de nuestros genes con linajes humanos extintos, como los neandertales y los denisovanos.
Según un estudio reciente, las diferencias genéticas funcionales entre estos grupos y nosotros son sorprendentemente pocas, lo que lleva a los autores a concluir que somos la misma especie.
Esto refuerza la idea de que los humanos modernos somos una población particular dentro de esta línea común: más inteligentes y con características físicas únicas.
Hace 900 mil años, un evento crítico marcó nuestra evolución: la fusión de dos cromosomas ancestrales en el cromosoma humano 2 y un reordenamiento en el cromosoma Y, lo que pudo haber creado barreras reproductivas y generado una nueva especie humana.
Estos reordenamientos genéticos también estaban presentes en los neandertales y denisovanos, indicando que pertenecemos al mismo linaje.
En los últimos 650 mil años, se identificaron mutaciones funcionales en solo 56 genes, de los cuales 24 están relacionados con el cerebro y el cráneo, adaptaciones clave para el nicho ecológico que los Homo sapiens ocuparon en África.
Aunque compartimos ADN con neandertales debido a encuentros en Eurasia hace unos 350 mil años, las variantes exclusivas de nuestra especie no parecieron beneficiar a estos grupos, lo que limitó su transmisión genética.
Sin embargo, esta interpretación no está exenta de debate. Para algunos paleontólogos, las diferencias morfológicas entre neandertales y humanos modernos justifican clasificarlos como especies distintas.
Aun así, los autores sugieren que, genéticamente, somos poblaciones de una misma especie que evolucionaron de forma independiente, adaptándose a diferentes entornos y acumulando innovaciones culturales únicas.
Esta investigación redefine nuestra historia, subrayando que lo que nos hace humanos no son solo nuestras diferencias, sino la conexión genética y evolutiva con otros linajes.
(Con información de IFLScience)