Redacción/CDMX
El dolor tiene la función de alertarnos que algo no está yendo bien, emerge como un mecanismo de defensa o supervivencia que logra mantener a salvo nuestra integridad física.
Es un alarma que posee nuestro cerebro y es desagradable para que sintamos la necesidad de evitarlo.
Se entiende como un producto de nuestro cerebro: es este órgano quien nos dice dónde, cuánto y de qué manera nos duele.
Aunque no siempre está relacionado con la cantidad de estímulos dolorosos que se reciben, ya que puede percibirse en ausencia de ellos, un ejemplo es el fenómeno del miembro fantasma: hay personas cuyo cerebro está produciendo un dolor muy real en una parte del cuerpo que ha sido amputada.
Existen varias teorías sobre el porqué durante la noche existe un aumento de dolor, una de ellas es la llamada Teoría de la puerta de control, en los años 60, Roland Melzack y Patrick Wall propusieron su Gate Control Theory, en la que proponían que en la médula espinal hay una puerta que no permite pasar los estímulos dolorosos hacia el cerebro.
Supone que hay ciertos factores que hacen que se cierre la puerta y se sienta menos dolor y otras harán que se abra, y que que sientan con mayor intensidad.
Un ejemplo, es el acto mecánico de frotarnos la piel si nos hemos dado un golpe, la sensación de fricción compite entonces con la de dolor provocando que el malestar se sienta menos.
Pero ahí, solos con el silencio de la oscuridad no hay distracciones que ayuden a que se cierre la puerta, ni imágenes ni sonidos ni interacciones con otros.
Un estudio de Inés Daguet y sus colaboradores lograron descubrir que el punto más alto en que se percibe una cantidad mayor de dolor es a las 4 de la madrugada.
Investigadores como Hadas Nahman-Averbuch y Cristopher D. King han publicado un comentario al anterior estudio donde señalan que desde una perspectiva evolutiva, somos más vulnerables a los depredadores por la noche.
Por tanto, tiene sentido que a pesar de que exista una menor intensidad de los estímulos, esto sea suficiente para despertarnos por un posible peligro potencial.
(Con información de BBC Mundo)