Redacción/CDMX
Tradicionalmente, los habitantes de la capital mexicana suelen encontrar en la guajolota la solución al desayuno.
Este platillo típico de la Ciudad de México es uno de los más accesibles para los citadinos.
Aunque no es uno de los platillos más sanos, consiste en un bolillo o telera relleno con un tamal de cualquier sabor.
También existe el “guajolocombo” que incluye un atole de chocolate en el punto exacto para quitarle el frío a cualquiera.
Sin embargo, no todos opinan lo mismo de dicho cóctel de carbohidratos ya que Taste Atlas, una guía de viaje experiencial gastronómica que recopila platillos típicos de distintos lugares, la colocó entre los 50 peores platillos callejeros del mundo, otorgándole una calificación de 3.3.
No hay un origen exacto de dónde fue el nacimiento de la guajolota, pero se tiene conocimiento de su existencia desde los años 80.
Un antecedente de la guajolota se encuentra en Puebla donde se podía ver un pambazo relleno de enchiladas que con el tiempo se le fue conociendo como ‘platillo de tamal’.
En Tulancingo, Hidalgo donde se recuerda que un grupo de trabajadores estaban colocando la electricidad para las fiestas decembrinas buscó un puesto de comida, el cual solo les pudo ofrecer tortas rellenas de enchiladas y ellos comentaron que esas tortas eran su guajolote o pavo navideño.
Se dice también que se le dio el nombre de “guajolota” porque a los guajolotes se les engorda con maíz, es decir, una mezcla de las enchiladas y el bolillo.
(Con información de El Financiero)