La escritora de libros infantiles Martha Elena Romero propone dedicar unos minutos del día para valorar las buenas experiencias ocurridas frente a «las malas»
Ireli Vázquez / Ciudad de México
En las cosas más insignificantes se encuentran los mejores momentos, anécdotas o aprendizajes de la vida.
En un mundo lleno de movimiento, en el que se busca la perfección y en el que las crisis nos llevan al borde, a veces nos podríamos autoagredir pensando en que nuestros días son malos, pero son muy raras las ocasiones en las que nos preguntamos ¿qué fue lo mejor que nos paso en el día?
Tratando de buscar esa respuesta, es que se desarrolla Lilo y la propina del día, un libro escrito por Martha Elena Romero, que si bien está hecho y estructurado para el público infantil, las lecciones que deja para el mundo adulto son grandes.
Este libro ilustrado por María Perujo Lavín, cuenta la historia de Lilo, un perro chihuahua que nació en una tienda de antigüedades, por lo que creció entre objetos maravillosos y con mucha historia; Lilo observaba la textura, el color y se impregnaba del olor característico de cada objeto, que en palabras de la escritora, esto le permitió tener una apreciación muy particular del mundo, apreciando los pequeños detalles de cualquier cosa. Es así como un día una familia, integrada por tres niñas —Maya, Nina y Sara— se percataron que afuera de la tienda de antigüedades había un letrero que decía que se vendían cachorros chihuahuas; al entrar se enamoraron de Lilo por lo que decidieron llevárselo a casa, y es ahí donde una serie de acontecimientos diarios que le sucedían a Lilo los hicieron darse cuenta que ese pequeño cachorro, aprendía y recibía de forma positiva cualquier cosa, como si de una propina se tratara.
«Esta es una historia muy biográfica porque tiene que ver con mi cachorro, pero ahora fue mi personaje principal. ¿Qué hice yo? Tomé una filosofía de vida que apliqué desde hace tiempo en mi familia y que es la propina del día, y que consiste en tomarse una pausa y apreciar las pequeñas cosas de la vida. ¿Qué puede ser una propina?, un helado, una llamada inesperada, una bonita puesta de sol, una canción, etcétera. Dentro de la historia trato de mostrar el mundo a través de los ojos de un perro que aprecia estas pequeñas cosas, las niñas se percatan de esto y lo llevan una dinámica familiar que consiste en eso, hacer una pausa y platicar al final del día acerca de cuál fue su propina del día», comentó en entrevista para Noticias 22, la escritora Martha Elena Romero.
Cuando somos niños podemos tener esa magia de verle lo bueno a las cosas sin ninguna preocupación, sin dar nada a cambio; imaginar. Conforme vamos creciendo vamos perdiendo esa magia poco a poco. Dentro del cuento podemos darnos cuenta de esas pequeñas acciones que nos rodean en el día a día y poder ser tomadas como un factor bueno, por lo general en el mundo adulto estamos tan apresurados que no nos percatamos de esas situaciones. ¿Qué te orilló a tomar la propina del día y por qué llevarlo a los niños?
Hay días que es muy fácil encontrar esas propinas, que todo va bien, que se tienen buenos días, el reto a veces ante la adversidad, es justo eso, saber qué es lo bueno que puedo sacar de un día “malo”, que quizá no fue el mejor de los días, pero cuál fue ese detalle que sin duda lo hizo más espacial, y es eso, voltear a un lado y apreciarnos, ver que estamos rodeados de pequeños milagros cotidianos que muy fácilmente pueden pasar desapercibidos. Mi propuesta también es que podamos incluir a los niños en esto, hacerlos conscientes de. Hacer estos ejercicios de gratitud a la par de ir fomentado el hábito de la lectura y esperando que sea una historia que siempre en ellos deje algo bonito, y que se vuelva, como en mi caso, un estilo de vida.
¿Cuál es la importancia de crear este tipo de contenido para los niños y que se les tome en cuenta?
Acercarlos a las lecturas adecuadas y sobre todo adecuadas a su edad, donde puedan conectarse, identificar y sean en un futuro adultos lectores. Se que la importancia de esto es que son cosas buenas las que van a salir de aquí.
El libro esta hecho en español e inglés, ¿por qué?
Lo puedo ver como una manera de abrir fronteras y también es una herramienta importante para contribuir para que los niños puedan practicar un idioma. Es una propuesta nueva que ha gustado.
¿Cuál es tu opinión acerca de que el mundo editorial en muchas ocasiones no voltea a ver a los más pequeños?
Creo que los que escribimos para niños tenemos una gran responsabilidad en particular, ¿por qué?, porque es el acercamiento de una persona a literatura. Muchas veces de ese libro que les estamos acercando va a depender que los pequeños vayan tomando amor por la lectura. Es muy importante que contemos historias con las que conecten, con las que se identifiquen, que utilicemos un lenguaje adecuado, un tema que conecte, que abordemos de una manera amorosa, y como padres tenemos la responsabilidad de acercarles libros adecuado a su edad. Por otro lado, la editoriales deben de mirar hacia ellos.
Lilo y la propina del día que llega al publico a través de la editorial SéLector.