La estación flotante y los satélites suspendidos exhibe lienzos monocromáticos de gran formato que dialogan en dos lenguajes: abstracto y figurativo
Redacción/Ciudad de México
Para Francisco Taka Fernández (México, 1966) el rojo no sólo implica un reto formal al dificultar lograr tonalidades y profundidades rápidamente, es además un color con una carga simbólica dual. Por un lado, es un color cálido, el color de la sangre y que por lo tanto representa la vida. Pero al mismo tiempo hace referencia a la muerte, la violencia y la destrucción.
Así se describe desde Arroniz el trabajo que el artista exhibe en su espacio en la calle de Tabasco 198, en la sala principal, bajo el nombre La estación flotante y los satélites suspendidos que abrió al público el pasado 4 de noviembre y que se podrá ver hasta enero del 2022.
Para esta exposición, Fernández presenta un cuerpo de obra monocromático, de gran formato, dedicado al estudio y reconocimiento de la naturaleza. En su obra, suele integrar exploraciones de carácter imaginario; se destacan por sus fuertes trazos y las investigaciones pictóricas que tienden al constante cambio.
Como se lee en la página de la galería:
«La Estación Flotante de Contemplación Activa (EFCA, 2013-2015) es un dispositivo diseñado para la observación de la naturaleza en cuerpos acuáticos. En el 2015, Taka Fernández ideó y puso en marcha el primer prototipo de este vehículo que al mismo tiempo funcionaba como taller nómada y torre de observación de los manglares de la laguna de Manialtepec, Oaxaca. La estación, se manifiesta como un espacio versátil: una casa, taller, observatorio o escultura, un catalizador también, de diálogos y conocimientos entre personas y sus contextos. Una torre finalmente, desde la que es fácil observar pero también ser observado.
»Previo al inicio de la pandemia y el cierre de actividades no esenciales, Fernández se planteaba relocalizar el proyecto ahora en los cuerpos de agua del Valle de México rediseñando la estructura para que pudiera navegar entre los canales angostos de Xochimilco. Una vez limitados los accesos a estos espacios y dinámicas habituales, Fernández comenzó a trabajar esta revisión de Xochimilco desde la memoria. De esta forma las obras, , no sólo son ventanas o portales hacia los canales sino también al recuerdo y la ficción».
El artista ha expuesto en instituciones como el Museo de Arte Carrillo Gil, Yam Gallery, Atellerie Richelieu en Paris, entre otros. Forma parte de los acervos de la Colección Fundación Jumex, del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), de The Mexican Museum en San Francisco, y de Hisnakul, Andenes, Noruega.