Expertos afirman que para completar una inmunidad de rebaño en toda la población de mundo, se necesita vacunar por lo menos al 90% y no el 70%, como se había planteado en un principio
Redacción / Ciudad de México
La inmunidad de rebaño es una meta que hoy se ve lejana y quizás inalcanzable. A medida que las nuevas variantes del virus son cada vez más contagiosas, no solo se aleja de aquel 70% de población inmunizada que se calculó en un principio, sino que se hace prácticamente imposible llegar a ella a corto plazo.
Aunque no se conoce exactamente cuál puede ser la nueva cifra, los expertos la sitúan alrededor del 90%, un número que no se puede alcanzar sin vacunar a los niños menores de 12 años, para los que todavía no hay medicamento aprobado.
El porcentaje de población necesaria para llegar a la inmunidad de rebaño depende de la capacidad infectiva del virus. Y en el SARS-CoV-2 ha ido creciendo hasta llegar a la variante delta, la más contagiosa hasta la fecha.
Un informe del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, al que tuvo acceso The Washington Post, señala que cada persona puede infectar a otras nueve, entre tres y cuatro veces más de lo que se calculó en un principio, lo que la hace tan contagiosa como la varicela.
Y, en paralelo a esta mayor capacidad de transmisión, suben las estimaciones, siempre aproximadas, del porcentaje de población vacunada necesario para alcanzar la inmunidad de rebaño. Si al principio se hablaba de un 70%, todos los expertos consultados dan por superado ese umbral, y los que llegan a concretar lo suben a alrededor del 90% o más.
El investigador del Departamento de Enfermedades Infecciosas del King’s College de Londres, José Jiménez, ve más allá, ya que él cree que sería mejor no fijarse porcentajes de inmunidad de grupo, un objetivo al que, según dice, no se sabe si se podrá llegar y que, en cualquier caso, ve lejano. «Son estimaciones muy teóricas y pueden variar mucho dependiendo de la efectividad de las vacunas y la aparición de nuevas variantes. El mejor mensaje que podemos dar es el de vacunar todo lo posible sin fijarnos ningún porcentaje como meta. La vacunación servirá para que la gran mayoría de los casos sean leves o asintomáticos», afirmó como publica el diario El PAÍS.
Un argumento similar expone Ignacio López Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra: «Quizá, en vez de obsesionarnos por el número, por la inmunidad de grupo, sea más realista poner como objetivo reducir el colapso sanitario. Si no lo hay, todos podríamos volver a lo más parecido a la normalidad. No vamos a erradicar el virus, habrá que convivir con él, probablemente. Para eso, hay que vacunar a los más vulnerables. Pero el virus se moverá donde le dejemos, ahora sobre todo en los no vacunados».
Lo más probable, en opinión de Miguel Hernán, catedrático de Epidemiología de la Universidad de Harvard, es que el coronavirus se convierta en endémico, como sucede con otros. Este tipo de patógenos son los que causan lo gripe común. «Posiblemente, en su día fueron una pandemia y hoy no se hace una vigilancia epidemiológica de ellos porque no es necesario. La tendencia de la covid será esta si no hay mutaciones que hagan escapar al virus de la protección que las vacunas otorgan frente a las formas más graves, a medida que cada vez más gente tenga algún tipo de anticuerpos, ya sea por haber recibido la vacuna o por haberse infectado», señaló.
Esto se suma a que las vacunas aprobadas, aunque son muy buenas para evitar las variantes más graves de la enfermedad, no impiden por completo el contagio. Por el momento, no hay consenso sobre la capacidad que tienen para proteger de la infección de la variante delta.
El mismo informe del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos señala que aunque los contagios entre los vacunados siguen siendo infrecuentes, cuando se producen tienen la misma capacidad de transmisión que una persona no vacunada.
«Con todo esto, incluso sería dudoso alcanzar la inmunidad de rebaño vacunando a todos los mayores de 12 años. Y llegar a esta meta es prácticamente imposible», se puede leer dentro del informe.
Un claro ejemplo de las problemáticas a las que se enfrenta la población ante una inmunidad de rebaño sucede en la última encuesta de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) pues el número de personas que rechaza ponerse la inyección es del 4%. A estos hay que sumar otra porción de la población que no puede vacunarse por problemas de salud, otra a la que el sistema no llega, otra que sin estar frontalmente en contra no se toma la molestia de ir a por la inyección o prefiere no hacerlo.
Con información de EL PAÍS.