A un par de días de su aniversario de nacimiento, el 18 de julio de 1918, volvemos a sus memorias que trazan su camino como ser humano, como figura pública, como político y como símbolo
Ohmar Vera / Ciudad de México
Nelson Mandela es considerado uno de los grandes líderes morales y políticos de nuestro tiempo y representa para millones de personas el triunfo de la dignidad y de la esperanza sobre la desesperación y el odio.
Su extraordinaria vida consagrada a la lucha contra la opresión racial, fue plasmada a puño y letra en su libro autobiográfico El largo camino hacia la libertad. La obra está basada en las memorias que Mandela comenzó a escribir en 1964 de forma clandestina, desde la cárcel de la isla de Robben, en Sudáfrica, donde cumplió una condena de 27 años acusado de traición y sabotaje al Estado sudafricano.
«Él empezó a escribir, como él mismo lo especifica, en 1964 cuando estaba preso en situaciones sumamente difíciles. Gracias al apoyo de diversos compañeros de lucha que también estaban presos, podía escribir pequeños extractos; sin embargo, a corto plazo tuvo que dejar el escrito por las condiciones en las que estaba y fue hasta 1990, una vez libre, cuando decidió retomar la obra. Él consideraba que era fundamental, era una especie de aprendizaje de vida y era fundamental dar este testimonio de vida y de lucha», comenta Hilda Varela, profesora e investigadora del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México.
De acuerdo con la profesora e investigadora, para convertir estas memorias en un libro, Mandela se apoyó en el consejo de personajes como Nadine Gordimer, primera mujer Premio Nobel de Literatura y la escritora sudafricana Fatima Meer, entre otras figuras destacadas. Pero fue Richard Stengel, editor de la revista Times, quien colaboró de cerca con él para terminar la redacción y edición de la obra.
«Originalmente la idea era que él pasaría un par de meses con Mandela para ayudarle a editar lo que ya había escrito y para ayudarle a escribir la segunda parte o los últimos capítulos del libro. Esto, que aparentemente iban a ser un par de meses, se convirtió en un trabajo de tres años y en una amistad sumamente sólida, siempre se habla mucho de la magia de Mandela, tenía el magnetismo extraordinario y no fue la excepción con este escritor estadounidense.»
El libro que comienza narrando de manera ilustrativa y poética la infancia del niño que nació en una pequeña aldea en la provincia Cabo Oriental de Sudáfrica, está compuesto por once grandes partes.
«Es un libro extraordinariamente denso, al mismo tiempo ameno, al mismo tiempo muy formativo, permite apreciar qué clase de hombre era Mandela, pero también quien era su familia, a que grupo social pertenece. Él dice que pertenecía a la familia Thembu de la nación Xhosa, se dice que Mandela estaba dentro de la línea sucesora del familia real Thembu, él dice no, él pertenecía al clan de consejeros reales.»
La infancia de Mandela estableció los valores éticos y morales que puso en practica el resto de su vida.
«Asesoraban al rey para tomar decisiones y entonces él aprendió ahí una forma de democracia porque todo mundo podía hablar delante del rey, no había ningún tipo de prioridad ni nada, entonces él aprendió una forma muy original y muy africana de democracia.»
A continuación, Mandela relata sus pasos como estudiante y pasante de abogado en Johannesburgo, su enfrentamiento con el racismo en Sudáfrica y el lento despertar de su conciencia política. Posteriormente, describe detalladamente los veintisiete años en prisión, tiempo en el que demostró su entereza moral y política.
«Cuando él estaba en Robben, sabía que no tenía derecho a un solo minuto de flaqueza y dentro de esa idea de flaqueza era que él no podía odiar a nadie, él no tenía derecho a odiar, su responsabilidad con su pueblo le exigía que no podía odiar.»
La última parte del libro narra su liberación, su reconocimiento como Premio Nobel de la Paz en 1993 y su posesión como presidente de Sudáfrica en 1994, fecha que marcó el principio del fin del Apartheid.
«Mandela injustamente fue enjuiciado, fue maltratado y salió con una sonrisa y con una idea fundamental: todos somos sudafricanos no importa cuál es el color de la piel»
El libro fue publicado por primera vez en 1994 por Little Brown & Co. Ha sido traducido a trece idiomas y descrito como una de las mejores memorias de una de las más grandes figuras de la historia.
«A mí me parece un libro verdaderamente extraordinario y que no pasa de moda.»