Bajo la dirección de Ro Banda, esta obra de teatro presenta un acercamiento a la violación desde una perspectiva masculina
Ana León / Ciudad de México
En México mueren 11 mujeres cada día víctimas de feminicidio. Una cifra que horroriza, pero que no ha sido suficiente para que desde las más altas esferas del poder que rigen este país se atienda y solucione la violencia feminicida que cobra la vida de tantas y tantas mujeres cada día. Lo que se hace se hace desde la organización entre particulares, entre colectivas; desde las calles que se toman y donde se grita fuerte Ni una menos.
En un tiempo indefinido, tres amigos se reúnen para intentar aclarar lo que los llevó a la ruptura de su amistad. A la desaparición de dos de ellos. Esta obra, que se desarrolla en zoom con todos los retos que la plataforma impone al “en vivo”, aborda desde la perspectiva masculina el tema de la violación, de la violencia e intenta ensayar una respuesta a sus causas. Una respuesta que no existe. Y justo esto es el punto clave de esta obra que se adentra en el intento de reflexión, búsqueda de respuesta o justificación de los victimarios. Pero, y este es el punto más alto de la obra, es que en cada uno de los diálogos se plantea una idea clave: el mal no está en esos personajes monstruo, sino en las gente común, compañeros de oficina, amigos, nosotros mismos. En la gente que vemos día a día. El mal está en todas partes y ninguno de nosotros está exento de habitar ese lugar, parafraseando a la autora ecuatoriana Mónica Ojeda.
Esta es una obra que ensaya sobre el mal, la maldad que puede residir en cada uno de nosotros y en algo aún más absurdo, inverosímil: sus personajes no encuentran una razón, no hay ningún porqué.
En una entrevista con Ojeda a propósito de su novela Nefando, que aborda la pedofilia, la pederastia y la maldad, señala que:
«Lo humano es mucho más complejo que eso de ser victimario. Somos todos víctimas y victimarios a la vez, y cosas que están en el intermedio entre esas dos palabras».
Y sus palabras no podrían encajar mejor con la trama de esta obra.
No se mal entienda, no se busca justificar al victimario o inhabilitarlo psicológicamente, la obra simplemente muestra lo estúpidamente absurdo de sus acciones y las violencias en el cuerpo y el lenguaje que a ellos también los cruzan. Aquí no se intenta decir algo sobre ellas, sino sobre ellos, los personajes masculinos.
Instrucciones para saltar, de Víctor Velo. Dirección: Ro Banda. Elenco: Fernanda Albarrán, Sebastián Dante y David López. Compañía Los textos de la Capilla / Serebroz Producciones.
Funciones en línea del 3 de junio al 24 de junio.