A través de la exposición virtual «Gases lacrimógenos en Plaza de la Dignidad«, que se presenta en la Sala 10 del MUAC, se muestran los daños ambientales y a la salud que provocó el uso de gas lacrimógeno en las manifestaciones de dicho país
Redacción / Ciudad de México
La Plaza de la Dignidad, ubicada en Santiago (Chile), estuvo en el centro de las protestas contra el gobierno que asolaron a Chile en 2019. La plaza se convirtió en un foco de violencia policial que incluyó un extenso uso de armas químicas, como gases lacrimógenos, o también denominadas como CS, en contra de personas que se manifestaban pacíficamente.
El 20 de diciembre de 2019 cientos de cartuchos de gases lacrimógenos se utilizaron contra los manifestantes, en una atroz muestra de desinterés hacia la salud pública por parte de las autoridades chilenas.
De 20 a 30 segundos es el tiempo que tardan los síntomas por exposición a CS, en manifestarse en una persona. Por el efecto de la detonación en las granadas, el CS deriva en una rápida irritación en ojos, nariz, boca, piel y vías respiratorias de los afectados. Se calcula que el radio de propagación de una bomba puede ir de entre los 60 a los 300 metros cuadrados.
Forensic Architecture y el colectivo médico activista No+Lacrimógenas trabajaron en conjunto para analizar la concentración de gas lacrimógeno lanzado por las fuerzas de seguridad ese día, así como la magnitud de los riesgos a la salud que ese ataque involucró.
Las conclusiones de esta investigación son aterradoras, pues transforman las imágenes anecdóticas que consumimos en las noticias y documentales en un levantamiento científico sobre el empleo criminal y sistémico de las armas químicas en la represión política. En el curso de una sola noche, (la del 20 de diciembre de 2019), los carabineros chilenos descargaron al menos 594 bombas de gas sobre los manifestantes en la Plaza de la Dignidad, lo que produjo concentraciones de más de 40 veces el límite de tóxicos indicados por el fabricante de las armas y condiciones de contaminación casi letales.
Se rastrearon cantidades de 54 mg/m3 del químico CS. Lo que es 135 veces el límite de exposición de 0,4 mg/m3 de lo establecido en el Manual de Operaciones para el Control del Orden Público de la misma organización policial chilena, Carabineros, según datos del medio CIPER Chile, en un artículo de 2020.
Adicionalmente, la simulación de los fluidos en el aire de la zona muestra una dimensión de estas armas químicas que está fuera del debate público: el continuo abuso de los gases a lo largo de dos años de protestas necesariamente pone en riesgo la salud de la población aledaña e incluso la ecología del río Mapocho, principal cuerpo de agua de la ciudad.
Los resultados de esta investigación podrán verse hasta el al 15 de agosto en la #Sala10 del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM como parte de la muestra virtual Forensic Architecture. Tear Gas in Plaza de la Dignidad, 2020. Una muestra en colaboración con El Aleph. Festival de Arte y Ciencia de la UNAM.