Karen Rivera / Ciudad de México
Como parte del proceso de reconciliación con pueblos y comunidades del país y a dos siglos de la consumación de la Independencia de México, se realizó, en Quintana Roo, la ceremonia Fin de la Guerra de Castas. Petición de Perdón por Agravios al Pueblo Maya.
En presencia de autoridades de las principales dependencias del país y de Alejandro Eduardo Giammattei, presidente de la República de Guatemala, se recordó el movimiento social que los mayas del sur y oriente de Yucatán iniciaron en julio de 1847 contra la explotación y abusos en su contra.
«Al pueblo maya de México hoy le pedimos perdón en nombre del Estado Mexicano por los agravios cometidos en su contra a lo largo de la historia y por la discriminación de la que aún son víctimas en el presente. Durante siglos, estos pueblos han sufrido explotación y maltrato, desde lo que puede considerarse despojo de sus tierras con el consecuente desplazamiento hasta injusticias y humillaciones en sus propios territorios. Derivado de estas situaciones, en 1847 ocurrió un hecho emblemático de la historia de la resistencia indígena de México, el estallido de la llamada Guerra de castas», mencionó Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación.
Asimismo, Sánchez Cordero, afirmó que el reconocimiento del pasado y de sus errores cometidos es necesario para mirar hacia el futuro y alcanzar la paz en el país.
«La reconciliación que buscamos es para entender de una vez por todas que somos una sola voz, México. El reconocimiento de esa voz, por supuesto, pasa por la escucha de todas las voces. Por eso la importancia de esta petición de perdón, que no se queda en este acto formal, sino en la certeza de que a partir de ahora habrá un cambio que tendrá que reflejarse en una relación de respeto e inclusión del pueblo maya», explicó la Secretaria de Gobernación.
Ana Karen Dzib Poot, representante del pueblo maya se refirió al aporte de los pueblos originarios en la construcción de México y puntualizó que el acto de perdón, además de las palabras debe ser un hecho concreto, por lo que propuso tres acciones concretas.
«Planteamos: uno, se cree una comisión de memoria, reconocimiento y justicia del pueblo maya para que se honre nuestra memoria, se nos reconozca como sujetos colectivos y se nos haga justicia; dos, con el liderazgo de nuestros dignatarios y autoridades proponemos la elaboración de un plan de desarrollo del pueblo maya para atender nuestras necesidades más apremiantes y construir un horizonte de justicia y bienestar para nuestros pueblos; tres, se reconozcan nuestros derechos en la constitución y leyes de nuestro país para que nunca más se vuelva a repetir la injusticia, la exclusión y discriminación que hemos vivido hasta hoy en día», concluyó Dzib Poot.