CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22/Conaculta).-
Del 29 al 3 de febrero la XXI Feria del Tamal regresa al Museo Nacional de Culturas Populares.
En esta edición participan 27 expositores nacionales del Distrito federal y de los estados de México, Chiapas, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.
Entre los stands más concurridos en este primer día de encuentro está el de los tamales de nueva creación, cuya sección se encuentra en los patios Quinta Margarita y Moctezuma del museo.
“Buscamos nuevos sabores y jugar con los ingredientes para darle otro toque y versatilidad al tamal y ofrecer para todos los gustos”, comentó Yasaira Moreno.
El objetivo es que personas que por alguna enfermedad o dieta que no les permita disfrutar de los tamales tradicionales, pueda hacerlo a partir de diversas combinaciones.
Entre las novedades, se encuentra el tamal con salsa boloñesa, el de hierbas finas, nopal con queso, espinaca, elote y queso manchego y entre las opciones dulces, el de manzana con canela estilo pay y cereza con vainilla.
Con 20 años de participar en la feria, Leticia Esquivel es otra de las expositoras que más visitantes recibe al ofrecer tamales típicos de la región de la Huasteca.
“El tamal de la región de la Huasteca se caracteriza por usar ingredientes poco comunes como calabaza de castilla, semilla de ajonjolí, las calabacitas y sobre todo, la variedad que hay de acuerdo a la época”.
El tamal de camarón con calabaza es tradicional para la Semana Santa o Día de Muertos, mientras que el zacahuil (o niño envuelto, como se le conoce en algunas regiones) es un tamal de ofrenda para ciertas festividades como el inicio y la cosecha de maíz, de ahí que sea importante que en ciertos casos se elabore debajo de la tierra.
«El zacahuil llega a medir de dos metros y medio a tres y llega a pesar hasta 100 kilos, pues cabe un cerdo o res completo, incluye maíz quebrado, chiles secos y las carnes, se coloca en una cama de hojas, se envuelve y se amarra para llevarlo a un horno de leña con un tiempo de cocimiento de 10 a 12 horas».
Otro de los tamales destacados es el Tamal Pulacle, representativo de la zona de Papantla, cuya historia nació de una leyenda en la se cuenta que ante la escases de alimentos, las mujeres buscaron un nuevo platillo para ofrecerlo a los dioses, hasta encontrar una región en donde había una milpa con mazorcas, calabacitas y frijol.
En la oferta internacional, sobresale el sabor de los tamales panameños. El expositor Albert Payer explicó que los tamales son conocidos por incluir la pieza de carne entera: “El tamal panameño no puede ser un tamal pequeño, por eso se incluyen las piezas completas al igual que las semillas y ciruela pasa. Todo el año se disfrutan y se consumen en especial en temporada navideña”.
El tamal se puede acompañar del saril (hoja de jamaica), bebida típica afroantillana que se disfruta fría.
Entre los expositores internacionales también se encuentran Argentina, Colombia, Chile, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras y Venezuela.
La XXI Feria del Tamal permanecerá hasta el 3 de febrero en el Museo Nacional de Culturas Populares ubicado en Av. Hidalgo No. 289 Col. Del Carmen, Coyoacán.
Imagen:http://bit.ly/YEF4Am
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