Muchas comunidades indígenas y pueblos mágicos viven del turismo basado en una economía circular; la pandemia los ha afectado y ahora miran hacia la reconfiguración de los viajes y las estancias en el marco de las restricciones sanitarias
Ciudad de México (N22/Ireli Vázquez).- De acuerdo con la Cuenta Satélite de Turismo (CST), en 2017, un total de 2 millones 289 mil 908 personas perciben sus ingresos directa o indirectamente del sector turístico en México. Sin embargo, no se contempla a la población que labora en actividades culturales, como la producción de artesanías.
El turismo comunitario representa una opción para el desarrollo económico y social de las zonas rurales habitadas por pueblos indígenas. Esta rama del sector ha sido una de los más afectados por la pandemia, no sólo en México sino en todo el mundo. Pues pequeñas comunidades que se veían beneficiadas de las visitas de turistas que buscaban conocer la historia, la gente y sus costumbres con el fin de dar difusión para preservar la naturaleza y la cultura, han postergado o cancelado sus viajes, por lo cual no han percibido ingresos.
«El turismo puede ser la llave para rescatar ésta, todas las culturas milenarias que tenemos. Convivir con ellos, entender sus tradiciones, entender sus bordados, entender cuánto tiempo aplican y cómo se traslada ese conocimiento de generación en generación y, además, la naturaleza en las que están envueltas», mencionó en entrevista Javier Cárdenas, creador de Rotamundos, agencia comprometida con la preservación y difusión de las comunidades indígenas y pueblos mágicos.
«Derivado de la pandemia justo existe miedo, uno que permea en gran parte de los viajeros a nivel internacional. Por una parte, estamos ayudando a todos los espacios y a todos los hoteles, y a las comunidades, a que tengan políticas de sanitización. Por otro lado, es muy diferente que tú viajes a un hotel tradicional industrializado donde a veces tienes en el buffet a la persona aquí hombro con hombro, a que estés en medio de la naturaleza, salgas de tu cuarto y veas un bosque o un río o un lago y que ni siquiera veas donde están los demás turistas, porque ni siquiera se ven las demás cabañas, entonces es un turismo más natural, más sustentable y más consciente», explicó.
El Consejo Nacional Empresarial Turístico declaró que en México, tan sólo en los meses de marzo, abril y mayo, se perdieron 500 mil millones de pesos; haciendo un estimado, durante todo el año, la cantidad podría llegar a 1.6 billones de pesos. Sin duda una cantidad exorbitante. Pero ¿cómo se veían beneficiadas estas comunidades anteriormente?
«Hay algo que nosotros estamos promoviendo, se llama economía circular. La economía circular creemos que es el fundamento para el rescate de la base de la pirámide, pues son los más necesitados. Todos los hoteles de la cadena hotelera que somos, están operados y son de familias pequeñas locales, la economía circular se queda ahí. La derrama económica es consumo local, viajo local y derramo local», mencionó Javier Cárdenas.
El turismo después del covid-19, sin duda no será como lo conocíamos, pero el potencial que tiene México para hacer de ésta una oportunidad para salir de la crisis es un privilegio del que pocos países gozan. Una nueva forma de pensar cómo viajar y cómo conocer nuevos lugares.
Rotamundos
En México hay más de 400 proyectos de turismo comunitario y sustentable, uno de ellos es Rotamundos, quienes buscan llevar a los turistas a conocer, a tener nuevas vivencias y, sobre todo, se preocupan por la conservación de lo que hacen a estas comunidades.
«He llegado a la conclusión de que las comunidades indígenas no necesitan modernidad, lo que necesitan es preservación, y la preservación viene a través del turismo. Nosotros estamos promoviendo un turismo consciente, el querer dejar el lugar mejor de cómo lo encontraste. Creemos que el bienestar, y más postpandemia, está en medio de la naturaleza, en medio del silencio, en medio de los sonidos de la vegetación».
Actualmente, Rotamundos se localiza en 16 estados de la República Mexicana. Su base: tener una red de turistas y de viajeros conscientes con la naturaleza, las culturas y las comunidades.
«Lo que estamos impulsando y concientizando es que el nuevo lujo es comer en una hoja de plátano, el lujo está en medio de la naturaleza, el nuevo lujo está en el silencio, el nuevo lujo es estar hombro con hombro viendo a los ojos a una artesana de noventa años haciendo su bordado y que te diga «así lo hago y me tardo tantos días», y el poder ver a los ojos a estas comunidades, a estos artesanos y a estas comunidades indígenas, genera experiencias y descubrimos sentimientos que pensábamos que no teníamos», concluyó Javier Cárdenas.