El sábado por la tarde varias mujeres se reunieron en el Hemiciclo a Juárez para protestar por el asesinato de las activistas Yunuen López Sánchez e Isabel Cabanillas
Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- «Ni una asesinada más» esa fue la frase que resonó este sábado en la Avenida Juárez, del Centro Histórico de la capital mexicana. Con ollas de peltre, pañuelos verdes, tambores y carteles, un grupo de mujeres se reunió para realizar la “Marcha Todas a las Calles” en protesta por el asesinato de las activistas Yunuen López Sánchez, en Morelia, Michoacán; e Isabel Cabanillas, en Ciudad Juárez Chihuahua.
La cita fue a las cuatro de la tarde, en el «antimonumenta», frente al Palacio de Bellas Artes. Y aunque la ruta no estaba definida y la dinámica de la marcha tampoco, las mujeres que acudieron a este llamado quisieron alzar la voz y ser escuchadas. Aquellas a las que les quitaron tanto que perdieron el miedo.
Nelly Ornelas, integrante Colectiva Amor No es Violencia:
«Necesitamos que la sociedad entienda que esto lo estamos haciendo por todas las mujeres de este país, niñas desde cero años, hasta mujeres de la tercera edad. Que puedan salir a la calle sin miedo, porque la realidad es un tema, es de género.»
Antes de iniciar su recorrido, integrantes de los colectivos Ni una Menos México, #MeToo, Crianza Feminista, Boca Negra, Amor no es violencia y Mujeres Organizadas del Estado de México, leyeron sus posturas y pliegos petitorios. Algunas con los rostros cubiertos para evitar ser acosadas.
Colectivo Mujeres Organizadas del Estado de México:
«Vivimos en la entidad más peligrosa para ser mujer, con alertas de género que no sirven. Gobernador, sólo queremos recordarles que los feminicidios son crímenes de Estado y nuestra sangre está en sus manos.»
Integrante Colectivo Crianza Feminista:
«Hubiera deseado nunca estar aquí, pero aquí estoy y vengo a hablar de mi hija Fátima, quien en febrero de 2015 tenía tan sólo 12 años, era una niña con sueños y tres sujetos la interceptaron y consideraron que tenían derecho a arrebatarle la vida de la forma más cruel posible. Las niñas son un eslabón perdido y olvidado de la sociedad, de la política.»
Después de algunos altercados con elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la marcha avanzó por Avenida Juárez con dirección al Senado de la República. Su escudo fue la bandera nacional con la leyenda “México Feminicida”; su uniforme, el coraje, la pintura rosa y el aerosol; y su himno, los cantos en contra del machismo, del patriarcado, de las balas disparadas, y de las mujeres silenciadas.
Lidia Florencio:
«Soy madre de Diana Velázquez Guerrero, ella fue asesinada en el 2017, el dos de julio, en el municipio de Chimalhuacán, hasta el momento su feminicidio está impune y estoy aquí porque hay que salir a las calles a exigir justicia.»
Integrante Colectivo Me Too México:
Nos están matando, es nuestro llamado, es nuestro grito de dolor y rabia, de sed de justicia, nos están matando, pero a nadie le importa.»
Una marcha que también recordó que las mujeres asesinadas no deben morir en la memoria de la sociedad, ni sus crímenes quedar en el olvido.
Imagen: Karen Rivera