Hachioji Kuruma Ningyo: el folclore japonés

  • Tres son los elementos fundamentales de este arte: la marioneta, conocida como Ningyo; el Shamisen y la cantante o Joruri, quien da voz a los personajes

Por Víctor Gaspar
Con una larga historia, Hachioji Kuruma
Ningyo es una compañía de títeres considerada patrimonio intangible del
folclore de Japón desde 1996. Su actual director Koryu Nishikawa representa la
quinta generación de maestros, su padre y abuelo fueron los responsables de
formarlo en este arte escénico de construcción, animación y manipulación de
marionetas.

“De hecho este grupo se fundó hace 160 años. Originalmente
eran tres titiriteros, sin embargo hicimos varias mejoras para reducir la
cantidad de titiriteros y pues llegamos a tener la forma actual, que es un solo
titiritero que manipula un títere con la ayuda de carro móvil. Hablando de los
integrantes del grupo, somos diez personas y aparte tenemos otro grupo de
jóvenes que también se compone aproximadamente de diez personas. Algunos de
ellos tienen trabajos propios como parte de las actividades teatrales y otros
sí se dedican completamente a esta actividad teatral”, afirmó en entrevista Koryu
Nishikawa.

Tres son los elementos fundamentales de este arte:
la marioneta, conocida como Ningyo; el Shamisen y la cantante o Joruri, quien da
voz a los personajes. 
Koshiko Takemoto tiene el título de tesoro viviente de
las artes escénicas en su país, dada la capacidad que tiene para generar voces
masculina, femeninas de diversas edades.
Takemoto es narradora y se encarga de la música: soy
la que canta Gidayu. “Trabajo junto con el intérprete de Shamisen. En el mundo
en donde nosotros estamos trabajando en esto normalmente está claramente
separado el trabajo de Gidayu y del intérprete de instrumento musical que, yo
como Gidayu nunca tocó el instrumento musical. El intérprete de Shamisen es
quien toca exclusivamente el instrumento musical”.
Sansuzu Tsuruzawa toca el Shamisen, instrumento de
cuerdas y además ayuda al cantante de Gydayu por medio de éste.

“Sambaso” es la primera de tres piezas que componen
el programa. Se trata de una danza ceremonial que pide por la buena cosecha y
la pesca. Una seguna pieza es “La historia de la princesa Kiyohime”, quien se
convierte en serpiente cuando su novio, Anchin la abandona.

“En realidad hay muchas historias que nosotros
usamos en el escenario. En esta ocasión escogimos dos piezas, una en la que se
expresan las emociones de una mujer, y la otra es una obra bastante cómica que
produce risa”, finalizó el director. 

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