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Vecinos de San Gregorio Atlapulco, uno de los pueblos originarios de Xochimilco, se organizan para brindar ayuda a afectados tras el sismo
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Imágenes: Perla Velázquez
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Ciudad de México (N22/Perla Velázquez).- Acceder a San Gregorio Atlapulco es complicado, pero no imposible. Si uno avanza por calzada de Tlalpan, debe de superar cada uno de los obstáculos que el temblor dejó.
Al llegar a uno de los pueblos originarios de Xochimilco el ambiente no es el mismo que impera en el centro de la ciudad. Aquí los derrumbes fueron más duros, sólo basta caminar por una calle para constatar los estragos que dejó el sismo del 19 de septiembre.
Un día después del temblor las colonias aledañas no querían bajar al centro de San Gregorio para pedir ayuda, se negaban a dejar sus cosas solas por miedo a que fueran saqueadas, pero la necesidad los ha llevado a arriesgarse. Parte de los daños que sufren tiene que ver con el derrumbe de casas que han tenido que llevar a cabo los mismos habitantes por el miedo a que sus casas colapsen.
La Marina y el Ejército llegaron a ayudar desde el miércoles por la tarde. Los civiles fueron los primeros rescatistas. Este punto no es igual. Aún se ve a gente por estas angostas calles sacar todos sus muebles, el miedo se percibe y la necesidad no cede. San Gregorio Atlapulco intenta estar de pie, aunque sus casas y lo poco que tenían se haya ido con el temblor.
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