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Por Bernardo Zavaleta
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El 20 de febrero de 2017, la NASA, agencia espacial de Estados Unidos, convocó a una rueda de prensa para anunciar un descubrimiento más allá del Sistema Solar. Escueto, este primer anuncio no ofrecía detalle alguno.
El 22 de febrero, los astrónomos Michael Gillon y Nikole Lewis, la profesora del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Sara Seager, además de Thomas Zubuchen y Sean Carey de la NASA, anunciaron al mundo el descubrimiento de un sistema planetario en el que siete planetas orbitan una misma estrella, TRAPPIST-1, que está a 40 años luz de distancia.
Exoplanetas, era el tema misterioso de la conferencia de la NASA. En México, investigadores como la doctora Yilen Gómez Maqueo, del Instituto de Astronomía de la UNAM, llevan años investigando estos cuerpos.
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Para nombrar un exoplaneta, los investigadores únicamente agregan una letra después del nombre de la estrella alrededor de la cual orbita.
Es decir, los planetas descubiertos alrededor de la estrella TRAPPIST-1 se llaman TRAPPIST-1a, TRAPPIST-1b, TRAPPIST-1c, etcétera.
Este año la NASA pondrá en órbita el “Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito”, “TESS”, por sus siglas en inglés, que se concentrará en planetas del tamaño de la tierra y súper tierras.
Cada vez que se encuentra uno de estos raros planetas similares al nuestro, la primera pregunta que inmediatamente surge es ¿puede sostener la vida?
La astrobiología es una disciplina de la ciencia que se dedica a intentar responder esta y otras cuestiones sobre la vida fuera del planeta Tierra.
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La mayor parte de los extremófilos son microorganismos y existen distintos grupos de extremófilos dependiendo de a qué resisten, por ejemplo, el Thermococcus gammatolerans, que es del grupo de los termófilos, que soportan altas temperaturas y al de los radiófilos, ya que también soporta gran cantidad de radiación.
Un Thermococcus gammatolerans vive en ambientes de entre 70 y 90 grados centígrados, además resiste hasta 30 mil gray, una unidad para medir la dosis de radiaciones ionizantes que un material puede absorber. Una dosis de solo 10 gray es letal para el ser humano.
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