Bruno y Margarita, la empatía detrás del maquillaje

Por Julio López

Ciudad de México, 11/03/16, (N22).-  Desde que era niño el
director de cine Bruno Santamaría ha mantenido contacto con una mujer en
situación de calle. Al principio sentía miedo, luego curiosidad y al final todo
esto se trasformó en inspiración cuando descubrió que Margarita había
protagonizado una película.    

“A partir de ese momento
me enganché con ella y empecé a buscarla, a darle cigarros, hasta que un día se
acercó, me pidió 10 pesos y me dijo ‘te pareces a esta estampita de un santo’
Nos reímos un poco, me preguntó mi nombre, de ahí fueron unos 12 años de
platicar hasta que en una ocasión me pidió entrar a la casa porque tenía miedo
y fue la primera vez, después de muchos años, que hablamos de tú a tú, no sólo superficialidades,
y en ese momento saqué la cámara y empecé a filmar”, comentó Santamaría.

Esta es la historia de un
encuentro entre un joven realizador con su insospechada musa, que evade la
realidad detrás de capas y capas de maquillaje.   

“Lo difícil fue la
edición, queríamos conservar esa manera de hablar de Margarita por eso es que filmamos
en plano secuencia, porque no queríamos editar un discurso muy claro y muy
lúcido, esa  no es la esencia de
Margarita, porque cuando se pierde esa lucidez deja ver un poquito de todo eso
que está cargando, que tiene que ver con esas máscaras de maquillaje que ella
porta”.

Bruno Santamaría
recientemente se encargó de realizar la fotografía del documental Ayotzinapa. Crónica de un crimen de Estado
dirigido por Xavier Robles.     

Margarita se estrenó en el
Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Imagen:

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