¿Los lectores asiduos tienen cerebros más gruesos?

Redacción/CDMX

Las personas que leen por diversión, al parecer, van disminuyendo de forma constante. Una investigación de The Reading Agency informó que el cincuenta por ciento de los adultos del Reino Unido no leen con regularidad, mientras que en el 2015 esta cifra era del 42%.

Además, casi uno de cada cuatro jóvenes de entre 16 y 24 años afirman que nunca han sido lectores.

Esta situación ha abierto la pregunta ¿Qué tipo de estructura cerebral tienen realmente los buenos lectores? Mikael Roll, profesor de Fonética de la Universidad de Lund, analizó a más de 1000 participantes para descubrir que los lectores de diferentes capacidades tenían rasgos distintos en la anatomía cerebral.

La estructura de dos regiones del hemisferio izquierdo, que son cruciales para el lenguaje, era diferente en las personas que sabían leer.

El giro de Heschl, un pliegue en el lóbulo temporal superior que alberga la corteza auditiva (la corteza es la capa más externa del cerebro), observaba una mejor capacidad de lectura, que se asoció con una parte anterior más grande del lóbulo temporal en el hemisferio izquierdo en comparación con el derecho.

Tiene sentido que tener un área cerebral más grande dedicada al significado facilite la comprensión de las palabras y, por lo tanto, la lectura.

Entonces, ¿los lectores tienen más desarrollado el cerebro? Mikael explica que no necesariamente, si bien la corteza auditiva izquierda puede ser más gruesa en los buenos lectores, sigue siendo más delgada (pero mucho más extendida) que la corteza derecha correspondiente.

Entonces, ¿es mejor que sea más delgada? Una vez más, la respuesta es no necesariamente. Las capacidades complejas que requieren integrar información tienden a beneficiarse de una corteza más gruesa.

Es evidente que la estructura cerebral puede decirnos mucho sobre las habilidades de lectura.

Sin embargo, es importante destacar que el cerebro es maleable: cambia cuando aprendemos una nueva habilidad o practicamos una que ya hemos adquirido, mientras tanto, es bueno ayudar a mantener una corteza auditiva gruesa con un buen libro.

(Con información de The Conversation)

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