Redacción/CDMX
El tacto físico, es más que un gesto o una acción; es una poderosa forma de comunicarnos que trasciende las palabras. Un análisis publicado en la revista Nature Human Behaviour menciona que desde un abrazo cálido hasta un simple apretón de manos, puede traernos grandes beneficios.
Señala que todas las personas que recibimos contacto físico podemos obtener estos beneficios, sin embargo, existen tres grupos de personas que son más beneficiados; los bebés prematuros que mejoran enormemente con el tacto y caricias de su madre.
«Un hallazgo muy intrigante que necesita más apoyo es que los bebés recién nacidos se benefician más del contacto de sus padres que del contacto de un extraño», afirmó Ville Harjunen, investigador de la Universidad de Helsinki en Finlandia.
Otro grupo que se beneficia en su mayoría son los adultos mayores con demencia, pues en un estudio se demostró que los masajes suaves diarios de 20 minutos durante seis semanas ayudó a disminuir la agresividad, y redujeron los niveles de un marcador de estrés en la sangre.
Finalmente las mujeres también juegan un papel muy importante, pues ellas suelen favorecerse más que los hombres; existen diversos motivos, sin embargo, uno de ellos se debe a un sistema de prácticas culturales en el que se relacionan, pues en múltiples lugares, el afecto del hombre es muy limitante.
De hecho durante la pandemia debido a la privación del tacto, surgieron enfermedades de salud emocional, pues el no poder relacionarse con sus seres queridos provocó efectos negativos en ellos, como depresión y ansiedad.
El Dr. Michon asegura que en algunos estudios al tocar la cabeza da más beneficios que tocar el torso como comúnmente se cree, lo cual no puede explicarlo, sin embargo, pensó que podría tener que ver con la mayor cantidad de terminaciones nerviosas en la cara y el cuero cabelludo.
Pero no es cualquier contacto, ya que “Si alguien no siente que un toque sea placentero, probablemente lo estresará”.
En un mundo donde cada vez es más digital, donde la conexión humana cada vez es más distante, recordemos el poder del tacto y de los privilegios que solo puede darnos esta acción.
(Con información de The New York Times)