Redacción/CDMX
Desde principios del siglo XIX, los antropólogos han especulado sobre la genética de la forma de la bóveda craneal, asegura Seth Weinberg, profesor en la escuela Pitt de Medicina Dental y que es parte del equipo que de la Universidad de Pittsburgh y KU Leuven, en Pensilvania que descubrieron un conjunto de genes que influyen en la forma de la cabeza de los humanos.
Las incógnitas que buscaban resolver era saber qué hace que la cabeza de una persona sea larga y estrecha o corta y ancha.
El estudio publicado en Nature Communications, identificó 30 regiones del genoma asociadas con diferentes aspectos de la forma de la cabeza, 29 de las cuales no habían sido reportadas anteriormente.
Weinberg y sus colegas emplearon resonancia magnética en más de 6 mil adolescentes para extraer superficies tridimensionales correspondientes a la bóveda craneal.
Cuando los investigadores compararon las 30 regiones genómicas entre los voluntarios de ascendencia europea, africana e indígena americana, encontraron que la mayoría de las asociaciones genéticas eran compartidas entre diferentes grupos ancestrales.
A pesar que el estudio se centró en participantes sanos, los hallazgos podrían revelar pistas sobre las bases biológicas de las enfermedades que afectan a la bóveda craneal.
La bóveda craneal es la parte del cráneo que forma la parte superior redondeada de la cabeza y protege al cerebro.
El equipo encontró que variantes de tres genes asociados con la forma de la bóveda también estaban asociados con la craneosinostosis, enfermedad que ocurre cuando los huesos del cráneo se fusiona demasiado pronto cuando el cerebro aún está creciendo.
La anterior puede provocar desfiguración permanente, daño cerebral, ceguera e incluso la muerte.
(Con información de Infosalus)