Redacción/CDMX
Estamos en las épocas de dar y recibir, donde la gente da regalos a sus seres queridos como parte de un intercambio o para demostrar cariño, pero ¿de donde surge esta idea de dar cosas que podríamos usar nosotros?
Dar obsequios ha servido para muchos propósitos, psicólogos apuntan a que da un “cálido resplandor, teólogos notaron que es una manera de expresar los valores morales (amor, bondad o gratitud) y en algunas culturas es la mejor manera de demostrar altruismo.
Todo esto, para el antropólogo francés Marcel Mauss era algo desconcertante por las sociedades en las que los regalos se daban de forma extravagante.
En un ensayo titulado “El regalo” sugiere que este comportamiento es reconocible en casi todas las sociedades humanas: regalamos cosas aun cuando conservarlas podría tener más sentido económico y evolutivo.
Esto crea tres acciones separadas pero que van relacionadas: los regalos se dan, se reciben y se corresponden.
Dar establece las virtudes del donante, su generosidad amabilidad y honor.
Recibir muestra la voluntad de la persona de ser honrada, así puede mostrar su propia generosidad y que esta dispuesto a aceptar lo que se le ofrece.
Un tercer factor corresponde a la reciprocidad, es decir devolver en especie lo que se dio primero, o sea, que puedan devolver algo al donante original.
Este último paso hace que los regalos sean únicos, algo que diferencia el intercambio de comprar cosas en una tienda en el que el intercambio finaliza cuando el dinero se cambia por un bien.
Regalar es una expresión de justicia porque cada regalo tiene un valor igual o mayor al que se entregó, al igual que una expresión de respeto ya que muestra la voluntad honrada de una persona.
El regalar une a las personas en un ciclo infinito de obligaciones mutuas.
Sin embargo ¿Esta teoría se salió de control? A fin de cuentas, muchas personas hoy en día ya no sufren por falta de regalos si no por exceso de ellos.
La empresa Gallup estima que en 2023, cada estadounidense gastará un total de 975 dólares en regalos, muchos que probablemente se vayan a la basura; las estadísticas demuestran que 15 mil millones de regalos comprados por estadounidenses no eran deseados, el 4% de ellos fueron directamente tirados al vertedero.
La teoría se termina dividiendo en dos aspectos, por un lado, el dar regalos corresponde a un comportamiento antiguo que nos hace humanos, al sostener nuestras relaciones, por otro parece que las sociedades aprovechan la temporada como excusa para consumir más productos.
Mauss no promueve el consumismo, todo lo contrario, su estudio sugiere que mientras más significativo y personal sea el obsequio, mayor será el respeto y honor que se muestre; los presentes de calidad hablan de los valores de la persona y sostienen las relaciones de una manera más significativa.
(Con información de The Conversation)