Aunque el gigante asiático asegura que es para identificar recursos energéticos, el sueño de muchas potencias es llegar al manto, y obtener una muestra del núcleo de la Tierra
Redacción/CDMX
El 24 de mayo de 1970, la Unión Soviética comenzó a excavar un pozo vertical que alcanzó 12,262 metros de profundidad, con la intención de estudiar la litosfera.
El proyecto fue bautizado como ‘Pozo superprofundo de Kola’, fue en 1962 cuando surgió la idea y no fue hasta 1965 que se designo el lugar exacto para realizar esta investigación: fue en Pechenga, un distrito escasamente poblada en Múrmansk, en la esquina noroccidental de Rusia.
Inicialmente la idea era la de perforar hasta los 15 mil metros, pero solo se alcanzó una profundidad de 12 mil 262. Para tener noción de lo impresionante que es esto los sondeos petrolíferos suelen ser de entre 1.000 y 1.600, más de 5.000 ya era algo extraordinario.
En junio de este año, China inició su propia excavación con la meta de alcanzar 11 kilómetros de profundidad que, según la escueta nota de la agencia estatal de noticias Xinhua, asegura que llegará a la capa del Cretácico, teóricamente se encontrarían rocas de hasta 145 millones años de antigüedad.
El presidente Xi Jinping explicó que se realizarían estudios para identificar recursos energéticos, materias primas y evaluar los riesgos de desastres naturales, como erupciones volcánicas y terremotos.
El presidente del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), Manuel Regueiro le contó a ABC que para él, era más plausible que el proyecto fuera destinado a la búsqueda de petróleo o de energía geotérmica.
Para entender la razón por la que se dio este proyecto tenemos que remontarnos a la Guerra Fría, más en especifico la carrera espacial entre el Kremlin y Estados Unidos, esta se extendió a cualquier marca que se pudiera alcanzar en el campo de la ciencia.
Fue Estados Unidos quien dio el primer paso con el lanzamiento del proyecto Mohole, se ubicaba en la Isla de Guadalupe, en México.
Se perforó a través del lecho del Océano Pacifico una profundidad de 180 metros, se consideró que no era viable en la superficie de la Tierra, mientras que en mar abierto era más factible, sin embargo, para 1966 fue cancelado por su alto costo.
Ahí, es cuando la URSS entra en acción, usando perforadoras, de alta tecnología para su momento, se abrieron diferentes pozos, siendo el Kola una de sus ramificaciones y el de mayor profundidad, no fue hasta los nueve años de que se inicio que se batió el récord de profundidad con 9 583.
En 1983, fueron superados los 12 mil metros, se pausó la actividad durante un año para que los especialistas lo visitaron; al ser retomado fue con un ritmo más lento.
El 27 de septiembre de 1985, al haber alcanzado los 12 mil 066 metros se produjo un accidente en el que se derrumbo parte del pozo donde se rellenó 5 mil metros.
Aunque generó decepción no fue impedimento para seguir intentándolo para en 1989, alcanzar el récord actual.
A pesar de que el optimismo era enorme empezó a haber ciertas restricciones inesperadas que les impidieron seguir.
Las temperaturas dentro del pozo estaban aumentando en una manera inesperada, las rocas a esas profundidades eran mucho más densas de lo que se habían imaginado.
Los responsables llegaron a la conclusión de que el equipo no aguantaría las condiciones por lo que decidieron cerrarlo definitivamente en 1995.
Aun así los descubrimientos fueron bastante significativos, por ejemplo, a una profundidad de 6 400 metros existían fósiles de plantas marinas completamente intactos, aunque el descubrimiento más impresionante fue encontrar que, por lo menos en esta península, solo se encuentra granito como roca en esta zona y no basalto como se tenía la idea, por ultimo, también se encontró agua hasta el punto más profundo del pozo.
(Con información de ABC Historia)
En la imagen, tapón blanco con azul que cubre el Pozo superprofundo de Kola, Rusia.