Redacción/CDMX.
La idea de un ingreso garantizado para todos ha estado flotando durante siglos, y su popularidad ha ido y venido con el paso de la marea de los acontecimientos actuales.
La desigualdad salarial, inseguridad laboral y la inminente posibilidad de pérdidas de empleo inducidas por la inteligencia artificial son algunas de las mayores amenazas que enfrentan los trabajadores modernos.
Elon Musk en la reciente cumbre de Bletchley Park dijo que “no se necesita ningún trabajo… tenerlo puede ser para satisfacción personal”.
Karl Widerquist, economista y profesor de la Universidad de Georgetown-Qatar, menciona que “si la IA te quita el trabajo, no necesariamente te vuelves desempleado. Lo que sucede es que el mercado laboral desciende y empiezas a poblar las profesiones de menor ingreso”.
Una política de la renta básica universal (RBU) en respuesta a la IA y la automatización abordaría el fracaso de los empleadores a la hora de distribuir el botín de crecimiento económico de manera justa entre los trabajadores.
Si en el futuro los trabajadores se ven despedidos por la automatización, la RBU ofrece una opción prometedora, dice Loek Groot, profesor asociado en la Universidad de Utrecht.
En su estudio, realizado por Groot y otros investigadores en los Países Bajos entre 2017 y 2019, demostraron que las personas desempleadas que anteriormente recibían asistencia social obtuvieron un ingreso básico. El estudio indicó una mayor participación en el mercado laboral.
Rossana Merola, investigadora de la Organización Internacional del Trabajo, sugiere que las empresas que utilizan la IA para automatizar tareas, tomar decisiones o prestar servicios, podrían estar sujetas a impuestos sobre las ganancias o los ingresos generados a través de procesos impulsados por la IA.
Una parte de estos ingresos se utilizaría para mitigar el impacto de la tecnología en los trabajadores desplazados.
Algunos argumentan que la IA podría impulsar a los trabajadores a la economía de las pequeñas empresas y que una RBU podría ayudar a sacarlos, incluso Joe Chrisp, investigador de la Universidad de Bath en Inglaterra, dice que tal política corre el riesgo de “facilitar la proliferación de este tipo de trabajos, en lugar de incentivar a las personas a encontrar trabajos más estables”.
Chrisp esta de acuerdo en que, a mediano plazo, debe haber una estrategia para ayudar a los trabajadores a conseguir nuevos roles en una economía cambiante. Sin embargo, no está convencido de que una política única pueda ofrecer la solución a un problema tan complejo como el impacto de la IA en el trabajo.
(Con información de The Guardian)