Redacción/CDMX
Uno de los rituales más importantes para las comunidades de yaquis y mayos que habitan en Sonora y Sinaloa es la danza del venado, que representa el mundo natural con movimientos, sonidos y música, al lado de vestimenta y parafernalia que aluden a este animal.
En esta danza con origen prehispánico por lo general es protagonizada por un joven que se dedica a imitar los movimientos del venado, portando elementos donde cada uno tiene una carga simbólica:
Carga una cabeza de ciervo que representa el espíritu más grande de todos. Conjunto a unos listones rojos que simbolizan el “Sewa Ania” o el mundo de las flores.
Porta collares que son el curso de las cosas o sea los cuatro corazones del Universo.
Cubre su cuerpo con un chal que atribuye a la unión de las naciones y un rebozo de un color oscuro a la cintura, que representa la piel del venado.
Esto es unido por un cinturón que simboliza la carrera que emprende el ciervo para escapar de su cazador.
En sus muñecas porta cintas que atribuyen a las plantas y flores que el ciervo encuentra en su camino, mientras en sus manos sostiene unas sonajas que simbolizan el mundo, las semillas y la gente de las tribus nativas.
Por último, en sus pantorrillas utiliza unos capullos que generan el sonido que hacen los ciervos al caminar sobre hojas secas.
Este baile fue homenajeado en el Festival Internacional Cervantino número 51 por el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, el 23 de octubre en la famosa Explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández se ha posicionado durante siete décadas como el conjunto más emblemático de danza folklórica en México y alrededor del mundo, debido a que revolucionó el concepto de los bailes tradicionales y transformó la historia de la danza mexicana generando un estilo que ha sido replicado por otras agrupaciones del país y del mundo.
(Fotos: Ariadna Campos Rojas)