Redacción/CDMX
La lucha por la igualdad de género esta lejos de ser ganada, pues aún existen países como Afganistán donde se le continúa prohibiendo la educación secundaria y universitaria a las niñas y mujeres, o 22 estados de Estados Unidos donde se le priva a las mujeres de su autonomía, restringiéndoles el acceso a la atención de salud sexual y reproductiva al prohibir el aborto.
Uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el ODS 5, se basa en “lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas”, dentro de sus metas se encuentra poner fin a la discriminación y violencia en el ámbito público y privado, erradicar los matrimonios infantiles y la mutilación femenina, garantiza los derechos sexuales y reproductivos, lograr una representación equitativa de mujeres en puestos de liderazgo y otorgar igualdad de derechos a los recursos económicos.
Para esto, desde julio la ONU introdujo dos nuevos índices: el Índice de Empoderamiento de las Mujeres que se encarga de medir la capacidad y liberad de estas para tomar sus propias decisiones, y el Índice Global de Paridad de Género donde se describe la brecha entre mujeres y hombres en áreas de salud, educación, inclusión y toma de decisiones.
En ambos índices, 114 países figuran, pero los que obtienen buenos resultados en ambos puntajes cubre menos del 1% de todas las niñas y mujeres.
Fue la pandemia del Covid-19 lo que empeoro las cosas pues las mujeres debieron soportar solas la carga del cuidado infantil, además de que fueron objeto de violencia doméstica intensificada.
Y aunque se disminuyeron los matrimonios infantiles al 19% en 2022, se cree que esto puede impulsar a un incremento de hasta 10 millones de niñas con riesgo a casarse en la próxima década.
De los 14 indicadores del ODS 5, solamente uno o dos están cerca de cumplirse antes de la fecha limite de 2030.
Para el 1 de enero de 2023, las mujeres ocupaban 35.4% de escaños en las asambleas de gobiernos locales, un incremento considerando el 33.9% del 2020.
La antropóloga del University College de Londres, Ruth Mace explica que, a pesar de la discriminación sistémica contra niñas y mujeres por parte de los hombres, en muchos contextos el patriarcado no es un orden natural de las cosas.
Por ejemplo, un pueblo de Mosuo en China donde existen comunidades tanto matrilineales como patrilineales, dentro de las investigaciones encontraron que existen mejores resultados de salud en las comunidades matrilineales, y no hay ningún efecto negativo en la salud masculina.
En un estudio publicado en mayo, la subdirectora del Centro Integrado de Sostenibilidad del Instituto de Estrategias Ambientales Globales en Hayama, Japón, Nobue Amanuma y dos de sus colegas comprobaron que los países donde existen legisladoras mujeres y legisladores más jóvenes están obteniendo mejores resultados.
Pero es recomendable realizar más estudios cuantitativos y cualitativos para comprender mejor las razones.
La realidad es que la igualdad de género conduce a mejores resultados en otros ODS, los cuales no son tomados en cuenta, ya que solo 51 de los 230 indicadores hacen referencia a mujeres, niñas, género o sexo incluidos los 14 del ODS 5.
El camino es largo y difícil, pero gracias a que cada vez hay evidencia científica que explique esta mejora, puede ser que en un tiempo se logre la distribución del poder entre los géneros.
(Con información de nature.com)