Cuatro rasgos humanos imposibles para la inteligencia artificial

Redacción/CDMX

¿Podrá algún día tener derechos la inteligencia artificial? ¿Tendrá derecho a la vida? Partiendo de esas preguntas y sabiendo que la misma humanidad es quien la ha creado,¿Qué pasará cuando las inteligencias artificiales lo sean todo? ¿Cómo sabremos diferenciar a la IA de un humano?

Uno de los aspectos destacables que nos separa a los humanos de la inteligencia artificial es la espontaneidad, es decir el impulso.

Los científicos de la Universidad de Zaragoza Miguel Aguilera y Manuel Bedia, mencionan en un artículo publicado en la revista Nature, que una IA puede ser espontánea siempre y cuando sea diseñada y programada por una persona.

Otra gran diferencia es la ética. A la inteligencia artificial hay que inculcársela, de lo contrario solo siguen reglas claras y precisas de lo que deben hacer.

Las personas que programan a las IA si tienen ética, no quiere decir que las máquinas las tengan o sean buenas o malas, simplemente son efectivas.

Un aspecto más, tiene que ver con la intención, es decir, la acción humana que está intrínsecamente relacionada con la moralidad.

Elizabeth Anscombe, en su libro “Intención”, argumenta que la intención está directamente relacionada con la responsabilidad moral.

Al carecer de ética y de moral, la inteligencia artificial carece de intención, misma que sigue circunscrita al programador.

Las diferencias son claras, las IA no tienen psicología ni problemas psicológicos, no tienen remordimientos de sus actos ni opinión propia porque nada les es propio.

La inteligencia artificial existe solo si al ser humano le es útil, carece de identidad, su identidad es una construcción humana.

Puede llegar a ser destructiva, puede acabar con millones de trabajos en el mundo, pero también depende de la humanidad si la utiliza como una herramienta constructiva.

Si en el futuro no se logra diferenciar entre el ser humano y la inteligencia artificial, que se incluya en su programación un gesto que nos haga recordar que estamos tratando con un no humano.

(Con información de BBC Mundo)